El mes de Ramadán es el noveno mes de calendario lunar islámico. Mientras que el año lunar tiene una semana y media más corta que el año solar, el mes de Ramadán retrocede a lo largo de las estaciones. Es un mes sagrado porque Dios ordenó en él la revelación de los libros sagrados. El Imam Ya’far As-Sadiq citó del Santo Profeta, la paz sea con él y con su inmaculada familia, decir,
“Los Libros de Abraham fueron revelados en la primer noche del mes de Ramadán; la Torá fue revelada el día seis del mes de Ramadán; el Evangelio fue revelado el día trece del mes de Ramadán…, y el Sagrado Corán el día veintitrés del mes de Ramadán.”
Es también considerado sagrado porque contiene la Noche del Decreto (Laylatul Qadr).
“Qadr” literalmente significa destino, y en esa noche Dios determina cada y todos los eventos que ocurran durante el año próximo a cada uno de toda Su creación.
El Imam As-Sadiq, la paz sea con él, nos informó que,
“Durante Laylatul Qadr, los ángeles, el espíritu, los libros confiables todo desciende de los cielos y anotan lo que Dios decreta para ese año, y si Dios quiere que algo avance o se posponga o se agregue, El ordena al ángel borrar eso y que se reemplace por lo que quiera El decretar.”
El Santo Profeta del Islam, la paz sea con él y su familia, nos cuenta acerca de las grandes bendiciones del mes de Ramadán.
“(El mes de Ramadán esta) desbordado de ventajas, misericordia, listo para levantar tus faltas omitidas y cometidas a Dios para obtener Su perdón. Sus días, noches y horas, en la estimación de Dios, son más selectos, perfectos e importantes que los días, noches y horas de otros meses. Este aventaja a todos los meses en mérito y favores….De este modo, verdaderamente, libre del mal y los malos pensamientos y acciones, con la conciencia limpia, reza y pide que Dios pueda darle al corazón fe para ayunar…a lo largo de este mes.”
Conclusión:
Los musulmanes ayunan, como en todo acto de devoción, para buscar la proximidad de Dios, buscar su contento y perdón, y generar un espíritu de piedad en el hombre. Ayunar en este mes honra la palabra revelada por Dios y lo purifica a uno preparándolo para la noche del decreto a la espera del perdón. Ayunar es una renovación espiritual anual, el mismo otorga abundantes recompensas en este mes misericordioso de Dios, esto es parte del camino islámico para el propio ser ideal.