La fe otorga al creyente la responsabilidad, ante su Creador, de poner en vigor la voluntad de la ley y llevar a cabo sus decisiones sinceramente.
De este modo, considerando este punto de forma racional, la Ley Islámica adquiere un poder espiritual y un empuje moral que la capacita para ser aplicable, logrando alcanzar sus objetivos de una manera mayor que si ella dependiera de la fuerza y de la compulsión.
La Moralidad de la Ley Islámica
La Ley Islámica se caracteriza por su respeto a la moral, por su preocupación por su resguardo y por mantener lazos sólidos con ella; contraria a la Ley Secular, la cual no se aferra a la moralidad, ni vela por ella. La Ley Secular descuida el argumento ético, mientras la civilización es lanzada a una terrible tragedia que hunde al hombre en el precipicio de la degradación y del desorden.
Esta irracional teoría de separación entre la moral y la ley abarca a la cultura materialista en sus diversas tendencias y rumbos ideológicos, tales como el Marxismo, el Comunismo, el Existencialismo, el psicoanálisis Freudiano, el Capitalismo, el Socialismo y otras opiniones filosóficas y sociales.
El Capitalismo, por ejemplo, ve a la moral como un comportamiento personal relacionado a la libertad del individuo, y a la ley o al estado no le incumbe entrometerse en los asuntos privados, ni establecer leyes protegiendo la moral, a menos que un comportamiento personal pueda poner en peligro la libertad de los otros, o pueda caer dentro del ámbito de la ley criminal acorde a la filosofía general del concepto capitalista. De este modo, el Capitalismo, no sólo sostiene la libertad irresponsable o libertinaje, sino que en realidad construye toda actividad humana sobre él.
El Comunismo ve a la moral (según se afirma en el Manifiesto Comunista de Marx y Engels), como una treta burguesa que debe ser abolida. Dice expresamente: “La religión, la constitución y la moral, no son sino una treta burguesa”.
Por lo tanto, la moral, de acuerdo al marxismo, es un fenómeno social impuesto por los sistemas burgueses para progeterse ellos mismos, engañando a la masa y contentándola con conceptos éticos tales como misericordia, sinceridad, deber, derecho, amabilidad, pudor, etc. Por lo tanto, una de las exigencias de la Revolución Marxista es destruir a la moral y exterminarla.
Ahora, comparando estos irrelevantes conceptos con la Religión Islámica Divina, encontramos al Mensajero del Islam, Muhammad (BP.), diciendo:
“Yo he sido enviado para completar la nobleza de la moral”,
“El mejor de vosotros en la moral es el más completo en la fe”
En la claridad de estas expresiones, descubrimos que el Islam dignifica al ser humano y basa su vida sobre fundamentos morales firmes que distinguen a la Ley y a la Sociedad Islámica de otras leyes y sociedades.
Por ello, la Ley Islámica fluye con el espíritu de la moralidad y se aferra a la implantación y a la defensa de la ética en todos los aspectos de la vida.