Los Shî‘as y los Mutazilíes han argumentado también que si no tuviéramos tal comprensión independiente, no podríamos juzgar la veracidad de las afirmaciones hechas por los profetas, porque podríamos pensar que es posible para Dios otorgar poderes milagrosos a falsos profetas. Es nuestra razón la que nos dice que descarriar a la gente es incorrecto y que Dios, el Sabio, el Misericordioso, Cuya existencia se ha demostrado racionalmente, es conocido como Aquél que nunca hace algo incorrecto. Sería un círculo vicioso decir a aquellos que todavía no han encontrado la verdad de la religión que Dios jamás engaña porque Él Mismo o el Corán han proclamado que éste es el caso. El Corán mismo en realidad da a entender en muchas expresiones que el conocimiento de lo que es obligatorio, bueno, y malo es accesible a todos.
«Por cierto que Dios preceptúa la justicia, la caridad y la liberalidad para con los parientes, y veda la obscenidad, lo ilícito y la iniquidad…».[43]
Estas virtudes y vicios deben haber sido reconocidos como tal antes de la Revelación. La objetividad de los valores éticos es afirmada a través del Corán. Por ejemplo, las reiteradas órdenes de Dios respecto a hacer lo que es correcto estarían vacías de fuerza y espíritu si todo lo que ello significara fuese “haz lo que Él te ordena hacer”. Sería aún más difícil sacar algún sentido de las declaraciones sobre que Dios es siempre Justo con Sus siervos, suponiendo que “Justo” signifique “ordenado por Dios”.
Naturalmente, ninguno de éstos significa que los seres humanos no necesiten de la guía religiosa, sino que el argumento es que, a fin de que se beneficien completamente de la guía religiosa, los seres humanos han sido dotados con el intelecto, y es solo cuando ellos son reflexivos y racionales que pueden comprender la Revelación. La verdad de la religión y los principios de moralidad son comprendidos por la razón, pero hay mucho más por aprender de la Revelación. De acuerdo a los pensadores shî’as, la religión puede proveernos con una más detallada y abarcadora valoración de la moralidad, y, lo que es más, nos motiva a observar los requerimientos morales.
Respecto al lugar que ocupan las ciencias intelectivas entre la Shî‘ah, Yann Richard escribe: Hoy, no obstante, una de las originalidades del Islam Shî‘ah es reconocer que la especulación metafísica y el discurso filosófico ocupan un lugar determinado en el conocimiento religioso. El Centro para Estudios Teológicos (Hauzah ‘Ilmîiah) de Qom es, ciertamente, el único lugar de estudios islámicos en el mundo donde uno se atreve a hacer comentarios sobre los tratados filosóficos de Aristóteles o Avicena, y donde la tradición filosófica post-platónica ha permanecido viva. El Aiatul·lâh Jomeini fue conocido en Qom en los comienzos de la década de los ‘50 por su curso de Filosofía.[44]
Sobre la continuidad y desarrollo de la tradición filosófica, S. M. H. Tabâtabâ’î (1892 – 1981), quien fue el maestro contemporáneo de Filosofía Islámica más célebre, escribe:
Del mismo modo que desde el comienzo el Shiísmo jugó un efectivo rol en la formación del pensamiento filosófico islámico, fue también un factor principal en el posterior desarrollo y propagación de la Filosofía y las Ciencias Islámicas… De la misma manera, en cuanto al restode las ciencias intelectuales, surgieron muchas figuras sobresalientes tales como Nâsir Ad-Dîn At-Tûsî (quien fue tanto filósofo como matemático) y Birÿandî, quien también sobresalió como matemático.