Defendiendo el punto de vista islámico


Hay muchos escritores no musulmanes especialmente de ideología liberal y feminista, que han atacado el punto de vista islámico sobre la sexualidad femenina. Sus críticas mayoritariamente están basadas en ideas mal entendidas sobre la moral sexual islámica. Básicamente hay dos problemas con estos escritores: o ellos estudian el Islam basado en algunas teorías y modelos sociales occidentales, o ellos están mal dotados para estudiar las fuentes originales islámicas. La mayoría de ellos confían en el trabajo hecho sobre el Islam por los orientalistas o los viajeros europeos. En algunos casos, libros como Las Mil y Una Noches y El Jardín Perfumado son usados para explicar el punto de vista islámico sobre la sexualidad femenina. Estos libros, a lo más, pueden reflejar el criterio árabe sobre la sexualidad femenina, no el criterio islámico. Por lo tanto, estas obras no merecen ni siquiera refutación.

Sin embargo, para nuestra discusión he seleccionado el trabajo de una escritora feminista árabe, Fátima Mernissi. La razón de comentar su trabajo es que al ser una escritora árabe ha tenido fácil acceso a la literatura islámica, y que ella, en efecto, ha usado la literatura de los ahadiz sunni, en particular el Ihiáu ‘Ulúmi d-Dín del Imam Abu Hámid Al-Gazálí, un famoso sabio sunni del siglo XI. Y además, el libro de Mernissi ha sido traducido a varias lenguas europeas y asiáticas y ha llegado a ser popular como informe de una persona enterada.


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1. LAS OPINIONES DE MERNISSI.

El libro de Fátima Mernissi, Más Allá del Velo, subtitulado “Dinámicas hombre-mujer en la moderna sociedad musulmana”, es un estudio de la relación hombre-mujer en la actual sociedad marroquí. Es importante tener presente que la actitud de los musulmanes marroquíes no es necesariamente representativa del Islam. Sin embargo, Mernissi ha analizado la moral sexual islámica en un capítulo titulado “El concepto musulmán de sexualidad femenina activa”. La principal parte de su discurso se centra en la comparación entre las opiniones de Freud y Al-Al-Gazali sobre la sexualidad femenina. Mernissi ha resumido su conclusión como sigue:

La ironía es que las teorías musulmanas y europeas llegan a la misma conclusión: las mujeres son destructivas para el orden social -para el Imam Al-Al-Gazali porque ellas son activas, para Freud porque no lo son.

Luego continúa describiendo la actitud negativa de los cristianos occidentales y la positiva actitud del Islam sobre la sexualidad en general. Ella escribe:

Ordenes sociales diferentes han integrado las tensiones entre religión y sexualidad de diferentes modos. En el Occidente cristiano las experiencias sexuales por si mismas son atacadas, degradadas como brutalidad y condenadas como anti-civilización. El individuo está dividido en dos antitéticos yo: el espíritu y la carne, el ego y el id. El triunfo de la civilización implica el triunfo del alma sobre la carne, del ego sobre el id, del control sobre el descontrol, del espíritu sobre el sexo.

El Islam toma un camino substancialmente diferente. Lo que es atacado y degradado no es la sexualidad sino las mujeres, como la encarnación de la destrucción, como el símbolo del desorden. La mujer es fitna, el compendio de lo incontrolable, una representante viva de los peligros de la sexualidad y de su exuberante potencial subversivo… La sexualidad per se no es un peligro. Por el contrario, tiene tres positivas funciones vitales…

Después de describir el lado positivo de la moral sexual islámica, Mernissi ataca el concepto de sexualidad femenina en el Islam tal y como ella lo ha entendido de las obras de Al-Gazálí:

De acuerdo con Al-Gazáli, el más precioso regalo que Alláh ha dado a los humanos es la razón. Su mejor uso es la búsqueda del conocimiento… Pero para que sea posible dedicar sus energías al conocimiento, el hombre tiene que reducir las con y sin su cuerpo, evitar ser distraído por elementos externos, y evitar dar rienda suelta a los placeres mundanales. Las mujeres son distracción peligrosa que deben ser usadas para los propósitos específicos de proporcionar a la nación musulmana descendencia y de sofocar las tensiones del instinto sexual. Pero de ningún modo las mujeres deben ser un objeto de valores emocionales o el foco de atención, que debe ser dedicado a Alláh exclusivamente en la forma de búsqueda del conocimiento, meditación y oración.

Las opiniones de esta fervorosa feminista árabe pueden ser resumidas como sigue:

a) Las mujeres son consideradas sexualmente activas desde el punto de vista islámico;

b) Por lo tanto, las mujeres son un peligro para el orden social;

c) No hay valores emocionales en las mujeres; esto es, un hombre no debe tener amor por su mujer.

d) ¿Por qué no debe haber amor entre una mujer y su marido?. Mernissi respondería que, según el Islam el amor debe ser exclusivamente para Alláh.

Ahora vamos a tratar cada una de estas premisas y conclusiones gradualmente y veremos si están basadas o no sobre fuentes islámicas fiables.

a) Las mujeres son consideradas sexualmente activas en el islam.

Esta afirmación de que en el Islam las mujeres son consideradas sexualmente activas, puede significar dos cosas diferentes: o que son sexualmente más activas que los hombres o que lo son tanto como los hombres. En la primera frase, significaría que las mujeres tienen un impulso sexual más fuerte; y en la segunda, significaría que las mujeres son tan normales como los hombres en su sexualidad. Al observar el contexto de lo que escribe Mernissi, estaría justificado decir que ella está usando esta afirmación en el primer sentido, es decir, que las mujeres son sexualmente más activas que los hombres.

En mi estudio del Corán y de los ahadiz auténticos sobre esta materia, no me he cruzado con ninguna declaración que diga que las mujeres sean sexualmente más activas que los hombres. Puedo decir con seguridad que, por lo que se refiere al Islam, no hay diferencia entre la sexualidad de los hombres y la de las mujeres. Hay ciertos ahadiz que son usados por Mernissi para probar que las mujeres son sexualmente mas activas que los hombres, a condición de que ella decida persistir en una parte de esos ahadiz e ignorar la otra parte. Es obvio que tal uso parcial del hadiz es un ejercicio académico inaceptable. Por ejemplo, en uno de tales ahadiz, Asbag b. Nubátah cita al Imam ‘Alí como sigue: “Alláh el Omnipotente creó el deseo sexual en diez partes; entonces Él dio nueve partes a la mujer y una al hombre”. Si el hadiz hubiera terminado aquí, Mernissi estaría en lo correcto de su afirmación, pero el hadiz continúa: “Y si Alláh el Omnipotente no les hubiera dado a las mujeres igual parte de pudor, entonces cada hombre tendría nueve mujeres relacionadas con él.”. En otras palabras, Alláh ha dado a las mujeres una parte más grande de deseo sexual pero El tambien lo ha neutralizado dándoles igual parte de pudor. Visto como un todo, este y otros similares ahadiz no soportan la afirmación de que en el Islam las mujeres sean sexualmente más activas que los hombres. Por lo que respecta a la cuestión de porqué Alláh dio más deseo sexual a las mujeres y luego se lo neutralizó con el pudor, trataré de ello en el capítulo de las técnicas sexuales, Insá’ Alláh.

¿Es así como Mernissi ha llegado a su conclusión?. Mientras contrastaba las opiniones de Freud y Al-Al-Gazali sobre lo pasivo y lo activo de la sexualidad de las mujeres, Fátima Mernissi ha estudiado las opiniones de ambos escritores sobre el proceso de la reproducción humana. En primer lugar ella cita a Freud como sigue: “La célula sexual masculina es activamente móvil y busca a la femenina, y esta última, el óvulo, está inmóvil y espera pasivamente…” Esto demuestra para Mernissi que, en opinión de Freud, las mujeres son sexualmente pasivas. Entonces ella confronta esto con la opinión de Al-Al-Gazali citándole como sigue, “El niño no está creado solamente del esperma del hombre, sino de la unión de un esperma masculino con un óvulo femenino… y en cualquier caso el óvulo de la mujer es un factor determinante en el proceso de la coagulación.. Esto prueba para Mernissi que, en opinión de Al-Al-Gazali, las mujeres son sexualmente activas.

Dudo que Al-Al-Gazali coincidiera con la conclusión que Mernissi saca de su última frase. Es más, si Al-Al-Gazali quisiera decir tal cosa, entonces no estaría justificado por las fuentes originales del Islam, el Corán y la sunnah. Nosotros tenemos un hadiz claro, el cual refuta tal connotación para el proceso de la reproducción: Una vez le preguntaron al Profeta, “¡Oh Muhammad! ¿Por qué en algunos casos el niño se parece a sus tíos paternos no pareciéndose en nada a sus tíos maternos y en otros casos se parece a sus tíos maternos y no tiene parecido en nada con sus tíos paternos?”. El Profeta dijo, “Cualquier gota de agua (es decir, espermatozoide u óvulo) que domine a su pareja, hará que el niño se parezca a aquella persona.”.

En otras palabras, si el óvulo de la mujer es dominante sobre el esperma de su marido, entonces el niño se parecerá a la madre o a los tíos maternos; y si el esperma del marido domina al óvulo de su mujer, entonces el niño se parecerá al padre o a los tíos paternos. Este hadiz proporciona bastante claridad de que el hombre y la mujer juegan igual papel en la reproducción; algunas veces, el espermatozoide domina al óvulo y en otras ocasiones el óvulo domina al espermatozoide.

Después cita la declaración de Al-Al-Gazali sobre el modelo de eyaculación de los sexos como sigue. “…La eyaculación de la mujer es un proceso mucho más lento y durante ese proceso su deseo sexual crece fuertemente y retirarse de ella antes de que alcance su placer es dañino para ella.” Cuando leí esta declaración por primera vez, me dije que esto no podía ser cierto todas las veces: algunas veces el hombre eyacula primero y otras veces lo hace la mujer. Y estaba sorprendido de que Al-Al-Gazali hubiera dicho tal cosa. Así comprobé la afirmación de Al-Al-Gazali en árabe y me di cuenta que cuando traducía la anterior cita, Mernissi había dejado fuera, convenientemente, la palabra ‘rubbama’ que significa ‘algunas veces’. . Así la afirmación correcta de Al-Al-Gazali es “La eyaculación de la mujer, algunas veces, es un proceso mucho más lento…” Con esta corrección, el argumento de Mernissi pierde sus piernas.

b) Las mujeres son un peligro para el orden social.

La consecuencia de la premisa anterior de Mernissi es como sigue: El Islam considera a las mujeres como sexualmente más activas, por tanto, considera que ellas son un peligro para el orden social.

Después de citar a Al-Al-Gazali, “La virtud de la mujer es el deber de un hombre. Y el hombre debe aumentar o disminuir sus relaciones sexuales con la mujer de acuerdo a sus necesidades así como para asegurar su virtud,” Mernissi comenta, “La teoría de Al-Al-Gazali vincula directamente la seguridad del orden social a la virtud de las mujeres, y de este modo a la satisfacción de sus necesidades sexuales. El orden social esta seguro cuando la mujer se limita y limita a su marido y no crea fitna, o caos, mediante la seducción de otros hombres para relaciones ilícitas.

En primer lugar, al observar la declaración de Al-Al-Gazali, no veo nada que pueda parecer indicar que en su opinión las mujeres sean un peligro para el orden social. Simplemente describe una de las normas de las relaciones conyugales -que el marido no sea una persona egoísta, mejor dicho: que él debe pensar tambien en los sentimientos de su mujer. No hay indicación de ninguna manera de que, en general, una mujer musulmana insatisfecha salga, necesariamente, y cometa adulterio.

En segundo lugar, si las mujeres insatisfechas llegan a ser un peligro para el orden social sólo porque hay una posibilidad de que ellas puedan cometer adulterio, entonces, esta posibilidad, en ningún modo está limitada a las mujeres, también los hombres insatisfechos podrían cometer adulterio. Si el Islam hubiera considerado a las mujeres como un peligro para el orden social según este informe, entonces debería también considerar a los hombres. Y extendiendo este argumento a su lógica conclusión, uno tendría que decir que el Islam considera a los hombres y a las mujeres un peligro para el orden social, con lo cual se ve lo absurdo de esta línea de pensamiento. Si todos los hombres y mujeres son un peligro para el orden social, entonces ¿De qué orden social estamos hablando?.

c) No habría valores emocionales en las mujeres.

La segunda parte de los argumentos de Mernissi es que, en el Islam, los hombres no deberían estar apegados emocionalmente a sus mujeres; el amor entre el marido y la mujer no sería alentado ni tolerado.

Aparte de lo que hemos citado de Mernissi sobre este tema al comienzo de esta discusión, ella ha hablado sobre este tema, de un modo superficial, en otros lugares tambien. Por ejemplo, después de citar una entrevista con una mujer marroquí, en la que ésta habla sobre su primer marido, mediante un matrimonio arreglado (el cual no tiene nada que ver en el Islam), Mernissi escribe, “¿Amenaza alguna parte vital del orden musulmán el amor entre el hombre y la mujer?… El compromiso heterosexual, el amor real entre el marido y la mujer, es el peligro que debe ser superado.”. En otro lugar, dice, “Y me parece que la descomposición de la segregación sexual permite la emergencia de lo que el orden musulmán condena como un mortal enemigo de la civilización: el amor entre hombres y mujeres en general y entre marido y mujer en particular.”.

Mernissi no podría haber estado más lejos de la verdad que en estos argumentos. En lugar de ir a las fuentes originales del Islam, ella ha basado su conclusión en el modo particular de comportarse, en su vida personal, cierto grupo étnico de musulmanes. Ahora vamos a ver si lo que dice está de acuerdo o no con las fuentes originales del Islam.

El Corán dice, “Y entre Sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona.” (Corán, 30:21)

¿Cómo puede Mernissi decir que el Islam considera el amor entre el marido y la mujer un enemigo mortal de la civilización mientras Alláh lo cuenta como un signo de Su creación y gloria? El Imam Ya’far as-Sâdiq dice, “Amar (hubb) a las mujeres está entre las tradiciones de los profetas.” El mismo Imam cita al Profeta como sigue, “La declaración ‘te amo’ (inni uhibbuki) de un marido a su mujer, no abandonará el corazón de esta jamás.”.

Hay tres interesantes ahadiz en los que el Imam Ya’far as-Sâdiq ha descrito el amor hacia las mujeres como un signo y causa de incremento de la fe. Él dice, “No creo que la fe de una persona pueda incrementarse positivamente a no ser que su amor por las mujeres se haya incrementado.”. En otro hadiz, dice, “Siempre que el amor de un hombre por las mujeres se incrementa, su fe se incrementa en calidad.”. En un tercer hadiz relaciona el amor hacia las mujeres y el amor hacia la Ahl ul-Bait el cual es una importante enseñanza del Corán, él dice, “Cualquiera que incrementa su amor hacia nosotros, su amor hacia las mujeres tambien debe incrementarse.”.

No creo que haya ninguna necesidad más de probar que la acusación de Mernissi contra el Islam es infundada.

d) El amor seria dedicado exclusivamente a Allah.

Si pregunto por qué el Islam considera el amor hacia la mujer como un mortal enemigo de la civilización y un peligro para el orden social, Mernissi debe responder que los valores emocionales o el foco de atención “deben ser dedicados a Alláh exclusivamente en la forma de búsqueda del conocimiento, meditación y oración”.

Esto es lo que ella describe como el punto de vista de Al-Al-Gazali. En otras palabras, Mernissi está diciendo que el Islam, como el Cristianismo considera el amor hacia Alláh y el amor hacia la mujer como dos fenómenos hostiles. Sin embargo, para ser justo con Mernissi, debo decir que este es un concepto erróneo del cual un sabio como Al-Al-Gazali no está a salvo.

A pesar de que ya he citado en detalle el punto de vista islámico, el cual cree que el amor hacia las mujeres no está en discordancia con la vía espiritual, intentaré discutir este tema a la luz de lo que Al-Al-Gazali, con sus tendencias sufís, tiene que decir.

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