El Corán es una luz que ilumina el espíritu y el corazón. Quien se compenetre con el Corán verá que su corazón y espíritu se tornan iluminados. Las bendiciones del Corán alejan muchas de las ambigüedades y puntos oscuros del corazón y espíritu del ser humano. Las bendiciones del Corán sacan a la persona, de las tinieblas del extravío, las especulaciones y los errores, hacia la luz de la guía.
Dice el Creador, Exaltado Sea:
«Allah es Protector de los creyentes. Les saca de las tinieblas hacia la luz…»
El Corán es un libro de conocimiento. Es por ello que se refiere a muchos de los asuntos de la vida y del futuro, a los deberes del individuo, al objetivo de la Creación, y muchos otros temas. El ser humano está envuelto en diferentes tipos de ignorancia, y el Corán le permite adquirir el conocimiento.
El Corán es un libro de luz y conocimiento, en el que se encuentra la salvación, el bienestar, el desarrollo, la elevación y el acercamiento a Dios. Entonces, ¿cuándo adquiriremos eso del Corán?
¿Acaso es suficiente con guardar el Corán en nuestros bolsillos? ¿Acaso es suficiente con pasar bajo el Corán antes de partir hacia un viaje? ¿Acaso es suficiente con asistir a las reuniones de Corán? ¿Acaso es suficiente con recitarlo o escuchar su recitación con una voz melodiosa y disfrutar de ello? ¡No! No es así. Es algo más lo que se necesita, y consiste en la reflexión en el Corán.
El mismo Corán nos exhorta a esa reflexión en muchas oportunidades. Si aprendemos cómo confraternizar con el Corán y reflexionar en él, lograremos eso.
Nosotros continuamos alejados del Corán, así que debemos superarnos. La preocupación de los responsables y personas sinceras de la nación por la recitación y memorización del Corán, y los continuos congresos sobre el Corán que se realizan desde el triunfo de la Revolución Islámica, se hacen con el propósito de un mayor acercamiento hacia el Corán. Cada año que pasa (de la vida de la Revolución) es mayor la preocupación de nuestro pueblo por el Corán -Gracias a Dios- y abarca cada vez más aspectos y ramificaciones. Esa es una particularidad del Corán: cuanto más es el conocimiento que la persona tiene sobre el mismo, más ésta se siente atraída hacia él.
Ese camino estaba cerrado al común de la gente antes del triunfo de la Revolución Islámica, pero luego fue abierto y los hijos de este pueblo comenzaron a transitar por él, especialmente los jóvenes. Ahora ha llegado el momento de revitalizar eso. Veamos ¿cuántos de ellos asisten a las reuniones de Corán y por qué lo hacen? ¿Qué es lo que les impulsa a tal participación? No hay otra respuesta sino la naturaleza innata de fe que se encuentra enraizada en lo profundo de esta comunidad, así como el espíritu coránico que impera sobre el pueblo, y la atracción misma del Corán. Entonces, debemos reforzar esto día a día.
Debe haber un grupo de gente preparada en un alto nivel y otro en un nivel superior a aquél. La distinción de los más elevados atrae a los de nivel medio, y origina que se incremente el nivel de éstos. Por ello, paulatinamente, aumenta el número de lectores y de aquéllos de melodiosa voz, así como memorizadores y otros que están embuidos del Corán tanto en estilo como en cuantía.
Lo que deseo de los queridos lectores de Corán es que no se conformen con un límite determinado, ya que les es posible seguir desarrollándose desde el nivel en que se encuentren. Vemos que continúa la diferencia entre nuestros lectores y los apreciados y afamados lectores del mundo, tanto los que se encuentran con vida como los que ya han fallecido.
Nuestros lectores son mejores que los de muchos países, e incluso son mejores que algunos de renombre, pero aun persiste una gran diferencia con los excelentes lectores del mundo. Nuestros jóvenes deben llegar a ese nivel, e incluso superarlo, puesto que son jóvenes revolucionarios, y la atmósfera coránica que impera en el país les aporta los recursos, por lo tanto no hay excusa para el atraso.