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Matrimonio y Ética sexual en el Islam

Introducción

POR QUÉ ESTE LIBRO

Los escritores, normalmente, no tienen que justificar sus temas. Si piensan que lo que escriben será de utilidad a la gente en su vida práctica o en su búsqueda intelectual, no necesitan justificar sus trabajos. El presente libro tiene ambas cualidades: es de utilidad y de interés intelectual. Perro hay mucha gente, incluso entre los musulmanes, que piensa que el sexo es un tema tabú en todas las religiones. Por lo tanto, parece muy apropiado comenzar con la pregunta: ¿Está permitida en el Islam la discusión sobre la moral sexual?

Para responder a esta cuestión uno tiene que mirar la definición de religión desde el punto de vista islámico. Cualquiera que haya estudiado el Islam, incluso superficialmente, puede saber con facilidad que “religión” en su definición islámica es “un sistema completo de vida” el cual abarca todos los aspectos de la vida humana – desde el día en el que una persona es concebida hasta el día en el que es colocada en la tumba. El Islam no sólo se interesa por la edificación espiritual de los seres humanos, igualmente se interesa por su bienestar físico y material. El Islam dirige a los musulmanes en materias financieras y económicas, en asuntos sociales y políticos, y también en las esferas moral y personal de la vida humana. En materias morales y personales, el Islam tiene una línea directriz dietética específica, reglas de higiene, códigos de vestir, y también reglas sobre el matrimonio, divorcio y herencia. Las leyes islámicas sobre el matrimonio no se paran en el cómo y con quién casarse, también tratan de la moral sexual de los seres humanos. Y, como veremos en los siguientes capítulos, esta moral sexual ha sido tratada en el Corán y por el Profeta Muhammad, que Alláh bendiga y de paz, y su Ahl ul-Bait, (Los Imames de la Casa Profética) muy a fondo y abiertamente. De este modo no debe haber duda en la mente de nadie acerca de la autorización que el Islam ha dado para abrir la discusión sobre moral sexual.

Esto se refería a la autorización básica que el Islam ha dado para discutir sobre moral sexual, pero esta explicación no será suficiente para algunas personas que me harán frente con la siguiente cuestión: “¿Es necesario hablar de sexo?”. Existen tres razones sobre la necesidad de hablar de moral sexual. La primera razón interesa a todos los musulmanes, y las otras dos son relevantes para los musulmanes que viven en el mundo occidental, quienes son la audiencia primaria de este libro.

En primer lugar, todos los musulmanes reconocen que es deber de cada musulmán seguir la sari’ah (leyes islámicas); y las leyes del Islam no están confinadas a las oraciones, ayuno, peregrinación y otros actos rituales – la sari’ah también tiene reglas específicas sobre el sexo – Por tanto, si un musulmán desea seguir el Islam completamente, entonces es necesario, para él o ella, conocer la moral sexual del Islam, igual que es necesario aprender como realizar las oraciones diarias.

En segundo lugar, la necesidad de aprender la moral sexual islámica para los musulmanes que están expuestos a la ‘nueva moral sexual occidental’ no se puede sobre enfatizar. Actualmente, la propaganda de la nueva moral sexual está presentando sus ideas a través de todos los medios de comunicación disponibles: libros, revistas, televisión, películas y videos. Los musulmanes que viven en Occidente están expuestos, de un modo u otro, a las normas sexuales anti-islámicas occidentales. (Esta es una descripción insuficiente, en realidad hasta los musulmanes que viven en Oriente están expuestos al modo de vida occidental). Por lo tanto, es absolutamente necesario conocer el punto de vista islámico sobre el sexo para que podamos vivir una vida islámica.

En tercer lugar, los niños en el mundo occidental tienen exceso de educación sexual, de un alcance inimaginable para la generación anterior; por tanto, es muy importante para los padres de hoy, ser conscientes de lo correcto e incorrecto en este tema. Solamente unos padres musulmanes informados podrán ser capaces de hacer frente a este problema de manera correcta y responsable.

Estas razones deberían ser una justificación suficiente de este libro, para aquellos que, como dice el Corán, tienen “un corazón o escuchan con una mente actual”.

EDUCACIÓN SEXUAL.

La tercera razón expuesta anteriormente no significa, necesariamente, que esté en total acuerdo con el tipo de educación sexual que se está impartiendo en el sistema escolar occidental. No tengo problema, en las ideas básicas, de que los niños deban ser educados sobre el sexo. Sin embargo, estoy en desacuerdo con la edad en la cual la educación sexual se inicia y con sus contenidos. Este tema, por si mismo, merece una discusión detalladas la cual está más allá del alcance del presente estudio. No obstante, mencionaré brevemente mis ideas sobre estos dos asuntos.

Edad: La educación sexual debe comenzar en la adolescencia media, cuando los niños llegan a ser sexualmente maduros. El objetivo de la educación sexual en este nivel debe ser el de ayudarles a comprender que ellos son responsables del uso de sus órganos sexuales. Se les debe enseñar como hacer frente a la tensión sexual. No obstante, al observar el alto porcentaje de abusos sexuales infantiles en el mundo occidental, lo cual refleja el grado de destrucción de su moral, me estoy preparando para dar acogida a aquellos programas para jóvenes cuyos objetivos sean tanto el educarles como el protegerles a ellos mismos de los abusos sexuales. Pero esto, en mi opinión no es educación sexual, y por tanto no debería aplicarse a la presente discusión.

Contenidos: En esta sociedad permisiva, el énfasis de la educación sexual está más en la prevención de los embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. No hay intentos serios en la formación de los jóvenes para que se den cuenta de la virtud de la castidad y abstinencia hasta que se casen. Esto no es exactamente porque la sociedad Occidental sea una sociedad laica y liberal, tiene tambien que ver con su economía orientada al consumo. Si la educación sexual significa solamente el cómo prevenir los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual, entonces los estudiantes no aprenden nada excepto la importancia de usar píldoras, preservativos y otros recursos anticonceptivos. En otras palabras, tal educación sexual no es sino un programa promocional de los fabricantes en pro de los anticonceptivos. Una famosa feminista, Germaine Greer, escribió acerca de la promoción de anticonceptivos en el tercer mundo como sigue: “Los reformadores del sexo, quienes no muestran ningún respeto por los valores tradicionales y se dirigen a la sexualidad sin interés ni comprensión en conjunto, son los alcahuetes del capitalismo.”. Estoy totalmente de acuerdo con ella y no sólo en relación al tercer mundo sino hasta en el caso de la educación sexual en Occidente. La razón del por qué los educadores sexuales están bajo presión, de no hablar de métodos naturales de control de natalidad, no es sólo porque tales métodos no sean seguros cien por cien (por otro lado, hasta los preservativos no son seguros cien por cien); la razón real parece ser que si los métodos naturales (como el coitus interruptus o la abstinencia), los cuales no suponen gasto, llegan a ser más populares, entonces ¿Quien comprará los preservativos o las píldoras?.

En breve, estoy de acuerdo con la necesidad de educación sexual para los más jóvenes con tal que muestre respeto por sus valores morales y religiosos y que se dirija el asunto comprensivamente y no convirtiéndolo en un programa promocional para ‘los alcahuetes del capitalismo’.

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C. FUENTES DE LA SARI’AH.

En el sistema islámico, el asunto de la moral sexual es competencia de la sari’ah, las leyes del Islam. Parece apropiado explicar las fuentes de la sari’ah desde nuestro punto de vista. Las fuentes de las leyes islámicas son dos: el Corán y la sunnah. Por sunnah queremos decir los dichos, acciones y silencio aprobatorio del Profeta y Ahl ul-Bait.

El Corán describe solamente las normas básicas de la sari’ah, y la sunnah las amplía. El Corán da a conocer al Profeta del Islam como sigue: “El (Alláh) es quien ha mandado a los gentiles un Enviado salido de ellos, que les recita Sus aleyas, les purifica y les enseña la Escritura y la Sabiduría.” (Corán, 62:2) “Y te hemos revelado a ti (¡Oh Muhammad!) la Amonestación (el Corán) para que expliques a los hombres lo que se les ha revelado. Quizás, así, reflexionen.” (Corán, 16:44). Estas dos aleyas prueban definitivamente que el Profeta Muhammad (que Alláh bendiga y de paz) no fue solamente un mensajero cuyo único trabajo era el de traernos el Libro. El fue un maestro y un comentador del Corán. Hasta sus acciones son fuente de dirección para nosotros: “En el Enviado de Alláh tenéis, ciertamente, un bello modelo para quien cuenta con Alláh y con el último Día y que recuerda mucho a Alláh.” (Corán, 33:21).

La obediencia al Profeta ha sido considerada como la prueba de amar a Alláh: “Di (Oh Muhammad): ‘Si amáis a Alláh, ¡Seguidme! (si lo hacéis) Alláh os amará y os perdonará vuestros pecados”. (Corán, 3:31) Para mostrar la importancia de la obediencia al Profeta, el Corán dice además: “Quien obedece al Enviado, obedece a Alláh.” (Corán, 4:80)

Los musulmanes que vivieron en tiempos del Profeta tuvieron exceso natural de su sunnah. Pero ¿Y nosotros, que hemos nacido cientos de años después de la muerte del Profeta?.

Bien, los musulmanes de los primeros días se dieron cuenta de la importancia de la sunnah del Profeta y comenzaron a preservar sus dichos en libros de hadiz. Hasta las acciones del Profeta, observadas por los compañeros, fueron preservadas por escrito. Pero este proceso de preservar la sunnah del Profeta no fue inmune a faltas e incluso olvidos. Muchos dichos fueron inventados e ilegalmente atribuidos al Profeta durante el período temprano de la historia islámica. Por tanto, es absolutamente necesario encontrar una fuente auténtica y, al mismo tiempo, informada, para utilizar la sunnah del Profeta. Cuando observas a los musulmanes de los días del Profeta, no encuentras a nadie que pueda estar más informado, ser más veraz y estar más cerca del Profeta que la familia del Profeta, Ahl ul-Bait.

Después de todo, es en el Corán donde se declara su pureza espiritual y su elevada categoría, diciendo : “Alláh solo quiere libraros de la mancha, gente de la casa (Ahl ul-Bait), y purificaros por completo.” (Corán, 33:33). Combina esta aleya sobre la pureza de la gente de la casa con la siguiente: “¡Es, en verdad, un Corán noble, contenido en una Escritura escondida, que sólo los purificados tocan.” (Corán, 55:77,78,79). Esto muestra que la Ahl ul-Bait podía comprender el Corán mejor que ningún otro seguidor del Profeta Muhammad (que Alláh bendiga y de paz). Alláh dice, “Di (Oh Muhammad), ‘Yo no os pido salario a cambio (por traeros el Mensaje), fuera de que améis a los parientes’”. (Corán, 42:23). Fíjense que es Alláh quien está ordenando a Su mensajero que pida a la gente que ame a su familia. Si ella no fuera verdadera, veraz y digna de ser seguida ¿Nos ordenaría Alláh que la amásemos?.

Estas pocas aleyas son suficientes para mostrar que los mejores comentadores del Corán y las más auténticas fuentes de la sunnah del Profeta son los Imames de la Ahl ul-Bait. El Profeta dijo: “Yo estoy dejando entre vosotros dos cosas respetables. Con tal que os agarréis bien a ambas, nunca os extraviaréis después de mí. Una de estas dos es más grande que la otra: el Libro de Alláh (el cual es una cuerda colgante de los cielos a la tierra) y mis descendientes, mi Ahl ul-Bait. Estas dos cosas no serán separadas una de la otra hasta lleguen a mi en (la fuente de) Kauzar (en la próxima vida). Por lo tanto, mirad que seréis recompensados por la forma en que tratéis con ellas.”. Este no es sitio para discutir sobre la autenticidad de este hadiz, pero será suficiente citar a Ibn Hayar al Makki, un famoso polemista anti-shi’a. Después de recoger este hadiz de varios compañeros, quienes lo habían oído del Profeta en varios sitios y momentos, Ibn Hayar dice: “Y no hay contradicción en esto (numerosos relatos) ya que no había nada que impidiera al Profeta la repetición (de esta declaración) en aquellos diferentes sitios, debido a la importancia del Libro sagrado y la familia pura.

Podemos concluir estas aleyas y el hadiz mencionado anteriormente diciendo que la Ahl ul-Bait es la más auténtica y la mejor fuente de la sunnah, y por tanto la preferimos a otras tantas fuentes. Siempre que citamos un hadiz de los Imames de la Ahl ul-Bait, no es en realidad de ellos mismos, sino que es el hadiz del Profeta, el cual ellos han preservado como los verdaderos sucesores del Enviado de Alláh. El Imam Ya’far as-Sâdiq (a.s.) dice: “Mi hadiz es el hadiz de mi padre, el hadiz de mi padre es el hadiz de mi abuelo, el hadiz de mi abuelo es el de Al-Husein (b. ‘Ali), el hadiz de Al-Husein es el de al-Hasan (b.’Ali), el hadiz de al-Hasan es el del Amir al Mu’minîn (‘Ali b. Abi Tâlib) (a.s.), el hadiz de Amir al Mu’minîn es el del Mensajero de Alláh (s.), y el hadiz del Mensajero es una declaración de Alláh el Altísimo, el Inmenso.

Iytihad y Taqlid: Después de que el duodécimo Imam al-Mahdi (a.s.) entrara en ocultación, la responsabilidad de la dirección de los shi’as en materias de sari’ah corresponde a los muytahidin, los sabios religiosos especializados en leyes islámicas. Los muytahidin obtienen las leyes islámicas de las dos fuentes mencionadas anteriormente. Esto puede sonar muy fácil, pero no es así. Precisamente, ellos no abren el Corán y los libros de ahadiz, y comienzan a dar fatwas. Los primero de todo, que deben hacer es presentar una metodología de Iytihad (a partir de la disciplina conocida como Usûl ul-fiqh).

En su metodología, los muytahidin deciden como estudiar las aleyas del Corán y los ahadiz. ¿Deben atender solamente al significado literal?. ¿Tienen que encontrar que aleya descendió primero y cual después sobre un mismo asunto? ¿Abrogará la última aleya a la primera, o pondrá exactamente algunas limitaciones sobre ella? ¿Es considerado auténtico cada hadiz?. Si no es así, ¿Cuáles son los métodos de verificar un hadiz dado? Si, sobre un mismo tema, son mencionados dos ahadiz auténticos pero contradictorios. ¿Qué recurso deberá ser seguido?. Todos estos problemas tienen que ser solucionados siguiendo la metodología propia del Iytihad y solamente entonces un muytahid deriva una ley del Corán y la sunnah, correcta y responsablemente.

(Es obvio que no todos tenemos la capacidad o el tiempo para especializarnos en la sari’ah; y por lo tanto para tales personas es necesario seguir a un muytahid en las materias de la sari’ah. Este seguimiento es conocido como taqlid.)

Los puntos de vista islámicos expresados en este libro están basados en las aleyas del Corán, y en la sunnah del Profeta y los Imames como es entendido por los muytahidin shi’ah.

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