Las Bendiciones del Sagrado Corán

El Corán es una luz que ilumina el espíritu y el corazón. Quien se compenetre con el Corán verá que su corazón y espíritu se tornan iluminados. Las bendiciones del Corán alejan muchas de las ambigüedades y puntos oscuros del corazón y espíritu del ser humano. Las bendiciones del Corán sacan a la persona, de las tinieblas del extravío, las especulaciones y los errores, hacia la luz de la guía.

Dice el Creador, Exaltado Sea:

«Allah es Protector de los creyentes. Les saca de las tinieblas hacia la luz…»

El Corán es un libro de conocimiento. Es por ello que se refiere a muchos de los asuntos de la vida y del futuro, a los deberes del individuo, al objetivo de la Creación, y muchos otros temas. El ser humano está envuelto en diferentes tipos de ignorancia, y el Corán le permite adquirir el conocimiento.

El Corán es un libro de luz y conocimiento, en el que se encuentra la salvación, el bienestar, el desarrollo, la elevación y el acercamiento a Dios. Entonces, ¿cuándo adquiriremos eso del Corán?

¿Acaso es suficiente con guardar el Corán en nuestros bolsillos? ¿Acaso es suficiente con pasar bajo el Corán antes de partir hacia un viaje? ¿Acaso es suficiente con asistir a las reuniones de Corán? ¿Acaso es suficiente con recitarlo o escuchar su recitación con una voz melodiosa y disfrutar de ello? ¡No! No es así. Es algo más lo que se necesita, y consiste en la reflexión en el Corán.

El destino de los Masâhif ‘Uzmânî

El tercer Califa y sus funcionarios demostraron un gran interés y atención en la protección de estos Masâhif, y fue ello lo que ocasionó su permanencia y continuidad, y solo con el transcurso del tiempo se originaron cambios en ellos, entre los que se encuentran el hecho de colocar puntos y marcas y la separación del Mus·haf en capítulos. La letra con la que se habían escrito estos Masâhif también cambió, transformándose la letra cúfica primaria con la que se habían escrito los Masâhif en épocas de ‘Uzmân, en la letra cúfica conocida, y en épocas subsiguientes, se volvió normal escribir el Corán con letra nasj (caligráfica) arábiga bella, y otros tipos de letras. Estos cambios de a poco dejaron en el olvido a los primeros Masâhif escritos en épocas de ‘Uzmân, y gradualmente se perdió la huella de los mismos.

Se investigó bastante este asunto. Los orientalistas que investigaron en el área de la historia del Corán tampoco fueron negligentes en relación a indagar el destino de estos Masâhif. Pero la realidad es que, a pesar de que se recibieron muchas colecciones en diferentes mezquitas, bibliotecas y museos a título de Mus·haf ‘Uzmânî, hoy no se puede juzgar en forma categórica que existan tales Masâhif. De algunas afirmaciones se concluye que algunas de las copias de dichos Masâhif existieron por lo menos hasta el siglo sexto y séptimo de la Hégira:

“Ibn Yubair (fall. 614) vio en la Gran Mezquita Principal de Damasco un cofre de Masâhif donde se encontraba el Mus·haf de ‘Uzmân que había sido enviado a Damasco. Cada día, tras la oración, el cofre era abierto y la gente se aglomeraba para visitarlo. Iâqût Al-Hamawî (f. 626 hégira), que según parece también vio dicha copia, narró que allí decían que este Mus·haf había sido escrito por el puño y letra del mismo ‘Uzmân”.

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La Tercera Recopilación – Periodo de Gobierno de ‘Uzmân

La expansión de las conquistas islámicas en la 2ª y 3ª década de la Hégira, la tendencia en aumento de la gente hacia el Islam y el amor indescriptible que sentían por su Libro Sagrado, el Corán, llevó a aquéllos que sabían leer y escribir, a escribir el Corán de acuerdo a sus posibilidades, transcribiéndolo de los Mus·haf famosos o existentes en cada región. A pesar de que la gente de ciudades como Kûfah, Damasco y Basora, seguían los Mus·haf de ‘Abd-ul·lah ibn Mas‘ûd, Ubai ibn Ka‘b y Abû Mûsâ Al-Ash‘arî, respectivamente, en esas mismas ciudades también, con el paso del tiempo y la necesidad de memorizar y leer del Corán, se transcribieron muchos Mus·haf.

Además, la letra y escritura se encontraba en sus primeros períodos y era muy primaria y deficiente, de forma que leer el Corán desde el Mus·haf sin valerse de la memoria era imposible, puesto que las letras estaban desprovistas de todo tipo de puntos, I‘râb (uso de las desinencias y declinaciones gramaticales) y cualquier otra marca indicativa. Teniendo en cuenta todo esto, es natural que a pesar de que lo que se había hecho en la época de Abû Bakr, lo cual se considera como un gran paso que se dio en el camino del resguardo y protección del Corán, no se pudiera evitar el surgimiento de diferencias entre los musulmanes en lo relacionado a la lectura del mismo, y a medida que pasaba el tiempo y se alejaban de la época de la revelación, las diferencias se incrementaban también.

En las fuentes históricas se registraron varios casos de diferencias acaecidas entre los musulmanes en la lectura del Corán, y se dijo que estas disparidades ocasionaron que algunos se ocuparan en pensar cómo resolver el problema. Bujârî en su “Sahîh” transmitió una narración de Anas ibn Mâlik que atrajo la atención de los expertos en la historia del Corán, quienes se basaron en ella:

Anas dijo: “Hudhaifah[1], quien participó en la guerra de Armenia y Azerbaiján junto al ejército de Siria y de Irak, en el calor de la batalla observó las disparidades que existían entre el ejército del Islam en lo referente a la lectura del Corán, por lo que se horrorizó sobremanera. Cuando regresó ante ‘Uzmân, le dijo: “¡Oh Amîr-ul Mu’minîn! Salva a la comunidad islámica antes de que, al igual que los judíos y cristianos, discrepen en relación a su Libro divino…”[2].

Según otra transmisión, Hudhaifah al regreso de la guerra vio a Sa‘îd ibn ‘Âs en Azerbaiján y le dijo: “En esta guerra observé algo en la gente, que, si se los deja tal como están, terminarán introduciendo discrepancias en el Corán y en consecuencia no actuarán jamás de acuerdo al mismo”. Sa‘îd preguntó: “¿Por qué?”. Él respondió: “Vi a la gente de Hums que alegaba que, debido a que ellos obtuvieron la lectura (del Corán) de Miqdâd, entonces su lectura era mejor que las demás. La gente de Damasco también consideraba mejor su lectura que la del resto. Y los kufíes también pretendían lo mismo y decían: “Nosotros aprendimos el Corán de Ibn Mas‘ûd”. Los de Basora decían: “Nosotros lo aprendimos de Abû Mûsâ”. Cuando Hudhaifah y Sa‘îd ibn ‘Âs llegaron a Kûfah, Hudhaifah alertó a la gente. Los Compañeros del Profeta (BP) y muchos de los Tabi‘în en Kûfah coincidieron con él, pero los seguidores de Ibn Mas‘ûd que en Kûfah leían el Corán según su lectura, se opusieron. Hudhaifah, irritado, se dirigió a Medina y se presentó ante ‘Uzmân y le narró lo que había visto, y con palabras impetuosas y enérgicas le dijo: “¡Rescata a la comunidad islámica!”[3].

Las diferencias habían llegado hasta tal punto que incluso en la capital del Califato, esto es Medina, los maestros de Corán enseñaban a sus alumnos el Corán de diferentes maneras. Anas ibn Mâlik dijo: “Durante el período del Califato de ‘Uzmân la gente llegó a discrepar de tal manera en lo referente a la lectura del Corán, que los alumnos y los maestros disputaban entre sí (los alumnos entre sí y los maestros entre sí). La noticia de lo que sucedía llegó a ‘Uzmân, y él dijo a la gente: “Vosotros, gente de Medina, que os encontráis cerca mío os desmentís unos a otros y denigráis la lectura del otro. Entonces los que se encuentran alejados de vosotros, deben estar ocupados en desmentirse y denigrarse unos a otros mucho más que vosotros. ¡Oh seguidores del Profeta (BP)! Reuníos y escribid un Mus·haf (de cabecera) para la gente…”[4]

Asimismo Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P) manifestó su conformidad con este programa en forma esencial. Ibn Abî Dâwûd transmitió de Sûaid ibn Gaflah que ‘Alî (P) dijo: “Juro por Dios que ‘Uzmân no hizo nada en relación a los Masâhif sin que consultara conmigo. Él consultó conmigo en relación a las lecturas y dijo: “Me dijeron que algunos dicen “mi lectura es mejor que la tuya” y esto es algo cercano a la apostasía”. Le dije: “¿Tú qué opinas?”. Dijo: “Creo que debe haber solo un Mus·haf en poder de la gente y que no haya discrepancias y desavenencias entre ellos en este asunto”. Dije: “Es una buena idea”[5].

Fue así que se originaron las circunstancias que llevaron a ‘Uzmân a unificar los Masâhif.

[1] Hudhaifah ibn Iamân fue uno de los primeros en aceptar el Islam. En épocas del Enviado de Dios, él era su asistente. En épocas de ‘Umar se convirtió en gobernador de Madâ’in. En el año 22 de la Hégira Nahâband fue conquistada por él. En aquel mismo año hizo un pacto de paz con Azerbaiján que se hizo efectivo después de unos años. En épocas de ‘Uzmân él era su comisionado en Azerbaiján. Después de ‘Uzmân dio la Bai‘ah a ‘Alî (P). Cuando falleció fue sepultado en Madâ’in, al lado de Salmân Al-Fârsî.
[2] Sahîh Al-Bujârî, Kitâb Fadâ’il Al-Qur’ân, T. 6, p. 581; Al-Burhân, T. 1, p. 330; Al-Itqân, T. 1, p. 187; Al-Mizân, T. 12, p. 122.

[3] Al-Kâmil fî At-Ta’rîj, T. 3, pp. 111-112.

[4] Al-Itqân, T. 1, pp. 187-188; Al-Mizân, T. 12, p. 122.

[5] Al-Itqân, T. 1, p. 59.

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La formación del grupo de Tauhîd-ul Masâhif

El primer paso que dio ‘Uzmân, fue enviar un representante hacia Hafsah –hija de ‘Umar y esposa del Profeta- quien llevaba un mensaje suyo donde le pedía que pusiera a su disposición, en condición de préstamo, el Mus·haf oficial del primer Califa que se encontraba en su casa, para realizar copias del mismo, garantizándole que tras finalizar el trabajo se lo regresaría.

‘Uzmân constituyó un comité conformado por cuatro personas: Zaid ibn Zâbit, ‘Abd-ul·lah ibn Zubair, Sa‘îd ibn ‘Âs y ‘Abd-ur Rahmân ibn Hâriz [2] , diciéndoles que, ya que el Corán había descendido en dialecto quraishî, entonces, si es que discrepaban con Zaid ibn Zâbit -que no era quraishî- debían escribir el Corán en dialecto quraishí.

Según otras fuentes, estas cuatros personas fueron el primer núcleo de este comité, al que se le agregaron luego otras personas. Muhammad ibn Sîrîn resalta el hecho de que ‘Uzmân reunió doce personas de entre los de Quraish y los Ansâr, quienes escribieron varios Masâhif. No se precisaron los nombres de las doce personas pero se puede obtener los nombres a través de la investigación en las narraciones: Zaid ibn Zâbit, Sa‘îd ibn Âs, ‘Abd-ul·lah ibn Zubair, ‘Abd-ur Rahmân ibn Hâriz –todos éstos miembros principales-, Ubai ibn Ka‘b, Mâlik ibn Abî ‘Âmir, Kazîr ibn Aflah, Anas ibn Mâlik, ‘Abd-ul·lah ibn ‘Abbâs y ‘Abd-ul·lah ibn ‘Amrû.

Los Fundamentos de la Sociedad Islámica en la Sura Al-Fatihah

En verdad que las llaves de los tesoros del Sagrado Corán se han reunido en “la Apertura del Libro”, la sura Al-Fatihah, de una forma global y sorprendente para quien anhela introducirse en este libro divino, y desea hacerlo en la forma de amplios lineamientos que comprendan la totalidad de los conceptos del excelso Corán, los cuales abarcan el espíritu del Libro y se caracterizan por su condición milagrosa, claridad y belleza.

Esta sura constituye Umm-ul Kitab (la Matriz del Libro), sus llaves y fundamentos. De esa manera, le corresponderá a cada especialista referirse a ella indagando sus indicios para conseguir de ella lo que satisfaga su sed.

La “Apertura del Libro” es palabra del Señor del universo y es la forma con la que quiere educar a Sus siervos en lo relacionado a Su adoración. La obligación que tiene todo musulmán de leerla por lo menos diez veces al día, al serle exigida en cada rezo dos veces, indica la necesidad de enfatizar sus conceptos y de materializarlos en la práctica.

Por ello, se impuso su lectura tanto para quien se encuentra de viaje como para quien no lo está, para circunstancias de guerra como en la paz, para los hombres como para las mujeres, para los jóvenes como para los ancianos, individualmente como en grupo, y para los rezos en voz alta como para los que deben ser realizados en voz baja; y eso es por la necesidad de actuar sobre la base de la educación divina y en procura de la sublime guía.

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La opinión de los Imames de Ahl-ul Bait (P) respecto a la segunda y tercera recopilación:

Para nosotros los Shi‘as y seguidores de Ahl-ul Bait (P), conocer la postura de los líderes religiosos en relación a lo sucedido en la segunda, tercera y cuarta década de la Hégira en lo referente a la recopilación del Corán llevada a cabo por los dos Califas Abû Bakr y ‘Uzmân, es importante y decisivo, por lo que la última pregunta en esta sección sería: ¿Acaso la postura de nuestros Imames (P) fue positiva o negativa? Nos referiremos a los testimonios y fuentes históricas para obtener la verdad:

“‘Alî (P), no obstante haber recopilado el Sagrado Corán antes, según el orden de revelación, enseñándoselo a la asamblea, sin que fuera aceptado, y sin que le dieran participación ni en la primera ni segunda recopilación (correspondientes a las recopilación en épocas de Abû Bakr y ‘Uzmân) [1] , a pesar de ello no mostró ninguna oposición ni resistencia de su parte aceptando el Mus·haf circulante, y hasta que estuvo con vida, incluso durante su propio Califato no se opuso a ello. Asimismo, los Imames de Ahl-ul Bait (P), que son los sucesores y descendientes de ‘Alî, nunca dijeron nada respecto a la validez del Sagrado Corán, ni siquiera a los más cercanos de sus seguidores, sino que continuamente en sus explicaciones se documentaban en él y ordenaban a sus seguidores y shi‘as que lo recitaran como lo hacía la gente [2] , y sin temor a equivocarnos se puede decir que el silencio de ‘Alî (P), a pesar de que este Mus·haf conocido se contradice con la ordenación de su Mus·haf, se debió a que según la apreciación de Ahl-ul Bait el Tafsîr o exégesis del Corán por el Corán mismo es válida, que esta manera de ordenar las suras medinenses y mecanas no afectaba los sublimes objetivos del Corán, y que al hacer la exégesis de cada aleya o versículo se deben tener en cuenta el conjunto de las aleyas…” [3]

En una narración, Talhah, tras el trabajo de ‘Uzmân, requirió de ‘Alî (P) que expusiera también ante la comunidad el Mus·haf que antes había recopilado y mostrado a la gente. Pero ‘Alî se negó a responderle. Talhah le insistió diciéndole: “¿Acaso no expondrás para la gente aquel Mus·haf?”. ‘Alî (P) le dijo: “¡Oh Talhah! A propósito me negué a responderte. Infórmame respecto a lo que ‘Umar y ‘Uzmân escribieron. ¿Acaso todo ello es Corán o es que hay en él algo que no es Corán?”. Talhah respondió: “No. Todo es Corán”. Entonces ‘Alî le dijó: “Si os aferráis a lo que hay en él os salvaréis del fuego y entraréis al Paraíso, puesto que en este Corán hay argumentos e indicios respecto a nosotros, deja en claro nuestro derecho y la obediencia que se nos debe” [4] .

Es así que la unanimidad de los sabios shi‘as es de la opinión que lo que hoy se encuentra en nuestras manos, es ese mismo Corán completo y terminado que nunca fue objeto de adulteración o cambio, y que la lectura conocida es esa misma lectura correcta y fiel, cuya recitación en la oración es correcta, y documentarse en el texto existente en todos los casos es válido, y es ese mismo que fue revelado al Profeta (BP) y no hay otra cosa que esto [5] .

Las diferencias que existen hoy en su texto son minúsculas, cuya escasez es causa de asombro. Las diferentes recitaciones quedaron en el olvido y solo permanecieron la vocalización de las palabras y/o los lugares de detenimiento (waqf) los cuales surgieron con el tiempo y no tienen nada que ver con el contenido del texto legítimo y auténtico.

Es así que a lo largo y ancho del mundo existe un solo Libro, el cual a través de catorce siglos permaneció fulgurante, esplendoroso, preciso, libre de contaminación y exento de cualquier tipo de cambio en su texto, hasta el punto que hoy encontramos sus versículos tal como emanaron de los benditos labios de su locutor terrenal; y ese es el Corán, el cual no hace más que verificar la exactitud de las sagradas palabras: «Por cierto que Nosotros hemos hecho descender el Recuerdo (el Corán), y ciertamente que Nosotros somos sus custodios» [6] .

Respuesta a la tercera pregunta:

En conclusión, la copias del Sagrado Corán que hoy se encuentran en manos de todos los musulmanes del mundo, ya sean sunnis o shi‘as, traducidas a los diferentes idiomas, son iguales al Mus·haf recopilado en épocas de ‘Uzmân.

Estar informados de los detalles de la revelación, valiéndose del Mus·haf recopilado por ‘Alî, hubiera contado con ciertas ventajas, como el conocer la historia del Islam, las disposiciones y enseñanzas legales y sucesos por los cuales fue descendida la revelación, como así también la forma en que fue progresando la convocatoria al Islam de Muhammad (BP) durante los 23 años de la misión, y otros asuntos similares, pero lo más relevante es la preservación de la unidad islámica, un tema sobre el que insistieron los Imames de Ahl-ul Bait (P) y por el que ellos mismos soportaron muchas irregularidades.

Bibliografía utilizada:

. Arâsteh, Husain Yavân. Darsnâme-ie ‘Ulûm-e Qor’ânî, 1º impres., año 1377, ed. Markaze Enteshârat-e Daftar-e Tablîgât-e Islâmî Houze-ie Elmi-eie Qom.

. Arâsteh, Husain Yavân. Golchînî az ‘Ulûm-e Qor’ân, Nº 2, serie de apuntes de estudio distribuidos en la Universidad Teológica de Mujeres Az-Zahrâ (P) de Qom, Irán.

. Ma’refât, Aiatul·lah Hâdî. At-Tamhîd fi ‘Ulûm-il Qur’ân, traducido al persa por Abû Muhammad Wakîlî, bajo el título de Amûzeshe ‘Ulûme Qor’ân, T. 1, ed. Sazmân-e Tablîgât-e Islâmî, 1ª impresión: 1371.

. Râmiâr, Dr. Mahmûd, Ta’rîj-e Qor’ân, ed. Enteshârât-e Amîr Kabîr, Teherán, 2ª impres. 1362.

. Tabâtabâ’i, ‘Al·lamah Seied Muhammad Husain. Qor’ân dar Islâm (“El Corán en el Islam”), ed. Daftar-e Enteshârâte Islâmî, impresión de 1361.

[1] ‘Al·lâmah Tabâtabâ’î no cuenta aquí la primera recopilación realizada en épocas del Enviado de Dios, y es por ello que denomina a cada una de las recopilaciones de Abû Bakr y ‘Uzmân, como primera y segunda recopilación.

[2] Al-Wâfî, T. 5, p. 273, Capítulo de las Diferencias del Corán.

[3] Qor’ân dar Islâm, pp. 132-133.

[4] Bihâr-ul Anwâr, T. 89, p. 42.

[5] At-Tamhîd, T. 1, p. 416 (traducción al persa).

[6] Al-Hiyr; 15:9.

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La Tercera Recopilación – Periodo de Gobierno de ‘Uzmân

La expansión de las conquistas islámicas en la 2ª y 3ª década de la Hégira, la tendencia en aumento de la gente hacia el Islam y el amor indescriptible que sentían por su Libro Sagrado, el Corán, llevó a aquéllos que sabían leer y escribir, a escribir el Corán de acuerdo a sus posibilidades, transcribiéndolo de los Mus·haf famosos o existentes en cada región. A pesar de que la gente de ciudades como Kûfah, Damasco y Basora, seguían los Mus·haf de ‘Abd-ul·lah ibn Mas‘ûd, Ubai ibn Ka‘b y Abû Mûsâ Al-Ash‘arî, respectivamente, en esas mismas ciudades también, con el paso del tiempo y la necesidad de memorizar y leer del Corán, se transcribieron muchos Mus·haf.

Además, la letra y escritura se encontraba en sus primeros períodos y era muy primaria y deficiente, de forma que leer el Corán desde el Mus·haf sin valerse de la memoria era imposible, puesto que las letras estaban desprovistas de todo tipo de puntos, I‘râb (uso de las desinencias y declinaciones gramaticales) y cualquier otra marca indicativa. Teniendo en cuenta todo esto, es natural que a pesar de que lo que se había hecho en la época de Abû Bakr, lo cual se considera como un gran paso que se dio en el camino del resguardo y protección del Corán, no se pudiera evitar el surgimiento de diferencias entre los musulmanes en lo relacionado a la lectura del mismo, y a medida que pasaba el tiempo y se alejaban de la época de la revelación, las diferencias se incrementaban también.

En las fuentes históricas se registraron varios casos de diferencias acaecidas entre los musulmanes en la lectura del Corán, y se dijo que estas disparidades ocasionaron que algunos se ocuparan en pensar cómo resolver el problema. Bujârî en su “Sahîh” transmitió una narración de Anas ibn Mâlik que atrajo la atención de los expertos en la historia del Corán, quienes se basaron en ella:

Anas dijo: “Hudhaifah[1], quien participó en la guerra de Armenia y Azerbaiján junto al ejército de Siria y de Irak, en el calor de la batalla observó las disparidades que existían entre el ejército del Islam en lo referente a la lectura del Corán, por lo que se horrorizó sobremanera. Cuando regresó ante ‘Uzmân, le dijo: “¡Oh Amîr-ul Mu’minîn! Salva a la comunidad islámica antes de que, al igual que los judíos y cristianos, discrepen en relación a su Libro divino…”[2].

Según otra transmisión, Hudhaifah al regreso de la guerra vio a Sa‘îd ibn ‘Âs en Azerbaiján y le dijo: “En esta guerra observé algo en la gente, que, si se los deja tal como están, terminarán introduciendo discrepancias en el Corán y en consecuencia no actuarán jamás de acuerdo al mismo”. Sa‘îd preguntó: “¿Por qué?”. Él respondió: “Vi a la gente de Hums que alegaba que, debido a que ellos obtuvieron la lectura (del Corán) de Miqdâd, entonces su lectura era mejor que las demás. La gente de Damasco también consideraba mejor su lectura que la del resto. Y los kufíes también pretendían lo mismo y decían: “Nosotros aprendimos el Corán de Ibn Mas‘ûd”. Los de Basora decían: “Nosotros lo aprendimos de Abû Mûsâ”. Cuando Hudhaifah y Sa‘îd ibn ‘Âs llegaron a Kûfah, Hudhaifah alertó a la gente. Los Compañeros del Profeta (BP) y muchos de los Tabi‘în en Kûfah coincidieron con él, pero los seguidores de Ibn Mas‘ûd que en Kûfah leían el Corán según su lectura, se opusieron. Hudhaifah, irritado, se dirigió a Medina y se presentó ante ‘Uzmân y le narró lo que había visto, y con palabras impetuosas y enérgicas le dijo: “¡Rescata a la comunidad islámica!”[3].

Las diferencias habían llegado hasta tal punto que incluso en la capital del Califato, esto es Medina, los maestros de Corán enseñaban a sus alumnos el Corán de diferentes maneras. Anas ibn Mâlik dijo: “Durante el período del Califato de ‘Uzmân la gente llegó a discrepar de tal manera en lo referente a la lectura del Corán, que los alumnos y los maestros disputaban entre sí (los alumnos entre sí y los maestros entre sí). La noticia de lo que sucedía llegó a ‘Uzmân, y él dijo a la gente: “Vosotros, gente de Medina, que os encontráis cerca mío os desmentís unos a otros y denigráis la lectura del otro. Entonces los que se encuentran alejados de vosotros, deben estar ocupados en desmentirse y denigrarse unos a otros mucho más que vosotros. ¡Oh seguidores del Profeta (BP)! Reuníos y escribid un Mus·haf (de cabecera) para la gente…”[4]

Asimismo Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P) manifestó su conformidad con este programa en forma esencial. Ibn Abî Dâwûd transmitió de Sûaid ibn Gaflah que ‘Alî (P) dijo: “Juro por Dios que ‘Uzmân no hizo nada en relación a los Masâhif sin que consultara conmigo. Él consultó conmigo en relación a las lecturas y dijo: “Me dijeron que algunos dicen “mi lectura es mejor que la tuya” y esto es algo cercano a la apostasía”. Le dije: “¿Tú qué opinas?”. Dijo: “Creo que debe haber solo un Mus·haf en poder de la gente y que no haya discrepancias y desavenencias entre ellos en este asunto”. Dije: “Es una buena idea”[5].

Fue así que se originaron las circunstancias que llevaron a ‘Uzmân a unificar los Masâhif.

[1] Hudhaifah ibn Iamân fue uno de los primeros en aceptar el Islam. En épocas del Enviado de Dios, él era su asistente. En épocas de ‘Umar se convirtió en gobernador de Madâ’in. En el año 22 de la Hégira Nahâband fue conquistada por él. En aquel mismo año hizo un pacto de paz con Azerbaiján que se hizo efectivo después de unos años. En épocas de ‘Uzmân él era su comisionado en Azerbaiján. Después de ‘Uzmân dio la Bai‘ah a ‘Alî (P). Cuando falleció fue sepultado en Madâ’in, al lado de Salmân Al-Fârsî.
[2] Sahîh Al-Bujârî, Kitâb Fadâ’il Al-Qur’ân, T. 6, p. 581; Al-Burhân, T. 1, p. 330; Al-Itqân, T. 1, p. 187; Al-Mizân, T. 12, p. 122.

[3] Al-Kâmil fî At-Ta’rîj, T. 3, pp. 111-112.

[4] Al-Itqân, T. 1, pp. 187-188; Al-Mizân, T. 12, p. 122.

[5] Al-Itqân, T. 1, p. 59.

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El Presente articulo fue elaborado en respuesta a unas preguntas llegadas a la redaccion de la revista “El Mensaje de Az-Zaqalain”

La Recopilación del Corán

Por la Lic. Sumaia Younes

Las Preguntas

Les saludo muy cordialmente, deseándoles muchos éxitos en su magnífica labor de llevar el mensaje de Az-Zaqalain a todos los que hablamos el idioma español. Bendito y Alabado sea nuestro Señor por tan hermoso trabajo. Mi nombre es Jorge Alberto Rivas Nieto y me inquieta lo siguiente:
En una de sus publicaciones “El Mensaje de Az-Zaqalain”, año 2, Nº 3 – Ramadán 1416 – Febrero 1996, pág. 32, dice lo siguiente:
La Recopilación del Corán: Lo primero que recopiló el Imam ‘Ali (P) fue el libro de Allah, el cual constituye la primera “Fuente” de Fiqh. Después de finalizar con el sepelio del Santo Profeta (BP), se juró a sí mismo no ponerse su capa (para así salir de su casa) excepto para el rezo, hasta recopilar el Corán.

Ahora mi pregunta es:
1- En qué fecha ‘Alî –que la Paz de Allah sea sobre él y sobre su descendencia- terminó de recopilar todo el Sagrado Corán.
2- Por qué la escuela sunnita dice que fue ‘Uzmân quien autorizó la compilación oficial del Sagrado Corán en el período que éste era el “Califa”.
3- Tengo en mi poder el Sagrado Corán, traducido al español por el señor Julio Cortez que me obsequió el Maestro Saiied Muytaba Musavi Larí.

Mi pregunta es:
a.- ¿Es esta copia igual a la que ‘Alî –que la paz de Allah sea sobre él y su descendencia- recopiló en el idioma árabe?

b.- ¿O es parecida o igual a la que publicó oficialmente ‘Uzmân?
Por favor, necesito mayor información sobre el Libro Sagrado de Allah, el Corán, referente a:

El inicio y el final de su revelación, fechas y lugares.
El proceso de su recopilación.

Cuántas copias se hicieron al principio, a quiénes se les enviaron, los lugares y si actualmente existe una de esas copias antiguas y en qué lugar se encuentra.
En espera de su contestación, me despido de usted, atentamente

Jorge Alberto Rivas Nieto
San Salvador

LAS RESPUESTAS

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