El tema que abarca este libro es de gran importancia. Este libro busca demostrar cómo el amor ocupa el centro de la espiritualidad y de la ética de las dos grandes creencias, entre las cuales se hace cada vez más necesario, urgentemente, un mayor entendimiento mutuo.
Las relaciones entre cristianos y musulmanes han sufrido los efectos de una herencia histórica de cizaña y odio que se generó cuando los grandes imperios y civilizaciones asociados con cada una de las creencias se vieron envueltos en enfrentamientos y conflictos. La conquista islámica de la Península Ibérica, las Cruzadas, la Caída de Constantinopla, las ambiciones del Imperio Otomano y del Imperialismo del siglo XIX y XX, han dejado todos un remanente de amargura y hostilidad. Esto aún se manifiesta hoy en día en el Medio Oriente, en los Balcanes y en muchas otras partes del mundo. En las sociedades occidentales el informe por parte de los medios acerca de las actividades violentas de los extremistas islámicos ha tendido, muy injustamente, a asociar al Islam y a los musulmanes con un fanatismo que está muy alejado del amor. Es como si las relaciones entre los Católicos y los Protestantes en Irlanda del Norte fueran a tipificar al Cristianismo.
A pesar de estos aspectos lamentables, existen muchos otros aspectos positivos de la historia de las relaciones entre las dos creencias y sus civilizaciones. Es muy fácil olvidar las muchas formas de enriquecimiento cultural e intelectual mutuo que compartieron en el arte, la arquitectura, la filosofía, las matemáticas, la ciencia y la literatura con el pasar de los siglos.
Las áreas del asenso teológico entre ellas (y también con el Judaísmo), han sido también muy poco apreciadas. Tienen una aceptación común de la revelación Bíblica y la tradición profética,
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una estrecha afirmación de la creencia en el Dios de Abraham, y un fuerte énfasis en la importancia de honrar a Dios en la adoración y conducirse con una forma de vida dirigida por Su ley. La similitud y de hecho la interacción del pensamiento y la espiritualidad de algunos de los mayores maestros y místicos del periodo medieval también parecen haber sido olvidadas.