Amor y Ética

Un corazón que no está encendido no es un corazón;

Un corazón frío no es más que un puñado de arcilla

¡Oh Dios! Concédeme un pecho que encienda una llama,

Y dentro de ese pecho un corazón, estando ese corazón consumido por el fuego.

(Vahshi Kermani, 1583)

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Introducción

Un corazón que no está encendido no es un corazón

Aunque a mucha gente le puede parecer obvio el que no exista moralidad sin fe o sin creencia en Dios, siempre ha habido una disputa sobre este tema o, en términos generales, sobre la relación que existe entre la ética y la religión.

Tanto entre los teólogos cristianos como musulmanes, han existido eruditos que han creído en la total dependencia de la moralidad de los mandatos divinos y de la revelación, así como ha habido otros que han creído en la autonomía de la moralidad. Según lo anterior, “moralmente correcto” significa lo ordenado por Dios, y “moralmente incorrecto” lo prohibido por Dios.

El punto de vista opuesto sostiene que existen criterios independientes del bien y del mal que pueden ser entendidos por nuestra razón. Por lo tanto, hay una posibilidad de tener una moralidad independiente de la religión. Sin embargo, estas personas por lo general sostienen que la religión puede ofrecer una explicación más exhaustiva de la moralidad. Ambos grupos están de acuerdo en que la religión provee una moralidad con sanciones. Por consiguiente, el debate entre los sabios religiosos no es si la religión contribuye a la moralidad o si existe algo que se dé en llamar “ética religiosa”; está más allá del alcance de esta contribución.

En este libro trataré de explicar el concepto de ética religiosa y algunas de sus características y luego me concentraré en el concepto del amor como el concepto central en la ética religiosa. Existe un compromiso con el amor compartido por todas las grandes religiones del mundo y esta virtud del amor es universalmente reconocida. Sin embargo, algunas veces se entiende de diferentes maneras dentro de tradiciones diferentes. En los capítulos dos y tres, trataré de estudiar el significado y los fundamentos doctrinales del amor en las dos mayores religiones del mundo: el Cristianismo y el Islam. En cada caso, estudiaré los aspectos diferentes del amor Divino (para Él mismo, para los seres vivos y para la humanidad) y el amor humano (para Dios y para el prójimo).

Debo decir que lo que realmente quiero hacer es examinar el Cristianismo y el Islam a posteriori, es decir, en su desarrollo histórico, porque lo que realmente nos interesa aquí es ver, por ejemplo, el verdadero aporte de estas religiones a la moralidad. Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de tener una interpretación confiable de cada religión como existe hoy en día.

Para entender la ética islámica y cristiana, mi investigación abarcará algo de la exégesis de la Escritura. Me he atenido mucho a la Biblia y al Corán, junto con los hadices (narraciones), como la primera fuente de las éticas islámica y cristiana, especialmente cuando trato el papel del amor en ambas religiones. Lo que he hecho en este trabajo ha sido descubrir una imagen del amor por lo general aceptada en estas religiones. Solo que, como fue mencionado anteriormente, he tratado de referirme a puntos en común y en lo que es aceptable para todos los cristianos y musulmanes. En efecto, en principio parece no haber mucha diferencia entre los diferentes eruditos de cada religión sobre el tema en cuestión.

Comprendo que ya se han realizado muchas investigaciones en los diferentes aspectos del tema, especialmente acerca del amor en el Cristianismo. Sin embargo, creo que existe la necesidad de llevar a cabo una investigación como la que aquí se propone. Una ventaja de esta investigación es que estudia el tema comparativamente y no en una sola religión. La segunda ventaja es que esta investigación incluye una discusión acerca del papel del amor en la ética islámica, la cual puede resultar poco familiar para los lectores de habla hispana. La tercera ventaja es que esta investigación posee acceso a las fuentes originales islámicas en árabe y persa. De esta forma, espero que este estudio pueda ser un aporte útil en este campo.

Aquí, me gustaría mencionar que el tema del amor ha sido mi interés primordial a lo largo de toda mi vida adulta. Tenía solo 16 años cuando me encontraba tan sumergida en mi amor por conocer a Dios y acercarme a Él que sentía que ya no sería capaz de continuar con mi vida normal. A pesar de todos los planes que mis padres y yo habíamos hecho para mí, decidí comenzar una vida nueva completamente. Con la bendición de mis padres, dejé mi ciudad y me trasladé a la ciudad de Qom, donde ha existido uno de los principales Seminarios Islámicos por más de mil años. Dediqué mi vida a la profundización de mi conocimiento islámico y, lo más importante, a acercarme más a Dios. Aunque no estoy satisfecha con lo que he alcanzado, tengo mucha confianza en que he tomado la mejor decisión para mi vida y he escogido el camino más brillante, el camino del amor.

Durante el periodo de investigación para este trabajo, no solamente leí sobre mi tema, es decir, el amor, sino que también traté de vivir mi tema y ser testigo de él en las vidas de los demás. En ese momento (julio de 1999), pasé una semana con algunos amigos cristianos en Mariapolis en Windermere. Allí noté muchas similitudes entre el Islam y el Cristianismo y cómo el amor sincero por Dios y por el prójimo puede conferir un nuevo espíritu a la vida y una nueva vida a la sociedad moderna.

Recordé mi propia experiencia cuando entré al Seminario de Qom. Ahora he encontrado a otros que como yo creyeron y siguieron el mismo camino, el camino del amor.

Desde entonces he dado lo mejor de mí para desarrollar mi entendimiento del Cristianismo, cómo se inició y cómo es practicado hoy en día. No solamente hice muchas amistades personales, sino que también visité varias organizaciones cristianas y lugares de adoración y educación. Por ejemplo, en octubre de 1999, fui invitada a una conferencia sobre el Islam y el Cristianismo organizada por el Movimiento Focolare en Roma. Además de la conferencia, tuve la oportunidad de familiarizarme con el Vaticano y la Iglesia Católica Romana. También pasé unos días en Loppiano, un pequeño pueblo cerca de Florencia. Todos los habitantes de este pueblo tratan de practicar la espiritualidad Focolare y particularmente el amor a Dios y el prójimo. Pase diez días en Italia donde también tuve la oportunidad de conocer a Chiara Lubich, la fundadora del Movimiento, y a algunos de sus primeros seguidores quienes hablaron acerca de la oración y el amor.

En febrero del 2000 pase dos días en el Collage de Saint John en la Universidad de Durham, un centro importante en la Iglesia de Inglaterra para el entrenamiento del Clérigo. Allí conocí y hablé con el reverendo Stephen Sykes, el director del Collage y también con el presidente de la Comisión Doctrinal de la Iglesia de Inglaterra, y con el Dr. Croft, el Dr. Wakefield y un grupo de estudiantes.

En mayo del 2000, pase toda una semana en Ampleforth Abbey donde tuve encuentros con el Abad y algunos de los monjes. Durante estos encuentros, pude saber más acerca del Cristianismo y su espiritualidad y la naturaleza de la vida monástica. Debo hacer mención especial de Cyprian Smith, el autor de The Way of Paradox: Spiritual Life as Taught by Meister Eckhart y The Path of Life, quien gentilmente me habló acerca del misticismo cristiano y de la espiritualidad de la orden Benedictina. También me beneficié de los invaluables libros de la biblioteca del monasterio. En julio del 2000 pasé otra semana en Mariapolis, con cientos de amigos católicos y cristianos anglicanos de Inglaterra y otras partes del mundo en Stirling, Escocia.

He discutido el amor y el Cristianismo con muchos amigos cristianos, tales como Dom Jonathan Cotton OSB, Leyland, Canon Simon Hoare, Skipton, Dimitrij Bregant, Rome, y Dom Wulstan Peterburs OSB, Ampleforth. Los tres últimos también leyeron un borrador del capítulo “El Amor en el Cristianismo” e hicieron comentarios muy valiosos; de esta forma, espero haber podido desarrollar un entendimiento justo del amor en el Cristianismo como es en la teoría y como se practica hoy en día.

Finalmente, me gustaría decir que el presente trabajo se concibió originalmente como una disertación de M.A. (La Ética Religiosa: La Contribución de la Religión a la Moralidad en la Teología Cristiana e Islámica, con Referencia Particular al Concepto del Amor) y presentada al Departamento de Humanidades y Estudios Sociales Aplicados de la Universidad Metropolitana de Manchester en septiembre del 2000. En esta edición, para el interés de los lectores en general, se han omitido dos capítulos sobre las visiones clásicas teológicas sobre la relación entre la religión y la moralidad.

Durante el periodo de mi investigación, me ha ayudado mucha gente. Agradezco al Dr. Dennis Bates, quien no solo ha sido un buen supervisor y director de curso, sino también un amigo. Desde las primeras etapas de mi estudio hasta el final siempre ha estado disponible, preparado para discutir y leer cada trozo de mi trabajo y siempre darme ánimos. Mis agradecimientos también al Reverendo Stephen Sykes y el Dr. Croft por su hospitalidad y ayuda durante mi estadía en el Collage, Dirham. Deseo agradecer al Abad y a los monjes de Ampleforth Abbey, especialmente a Cyprian Smith y Wulstan Peterburs, por su hospitalidad y discusiones útiles.

Me gustaría agradecer también a todos los que leyeron e hicieron comentarios sobre toda o parte de la Tesis, tales como mi esposo el Dr. Muhammad A. Shomalí, Canon Simon Hoare y Christina Hoare de Skipton, Dimitrij Bregant, Rome, Wulstan Peterburs OSB, Ampleforth. También estoy en deuda con el Instituto de Educación e Investigación Imam Jomeini, Qom-Irán, por patrocinar el estudio de mi esposo y nuestros gastos personales, sin los cuales no habría sido posible continuar, y también estoy agradecida con mi esposo e hijos por su amor y apoyo. También debo agradecer a mis amigos Focolare, especialmente a Frank Johnson por su sinceridad y por sus esfuerzos en la preparación de este libro para su publicación. Y por último en orden, pero no en importancia, quiero extender mis sentimientos de profunda gratitud a Dios por todos su Favores, sobre todos nosotros, y sobre todos Sus siervos.

Londres, Marzo de 2001

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