P: ¿Por qué, en cambio, los cristianos pueden comer cerdo?
R:”el cerdo, que divide la pezuña y no rumia, es inmundo para vosotros. No comeréis su carne ni tocaréis su cadáver; será inmundo para vosotros”. Lo mismo es ordenado en Deuteronomio 14,8.
“Puerco, Hombre y Enfermedades” (Buena Salud, vol. 69, N° 1): “El puerco es uno de los elementos más comunes en la dieta de algunas personas, pero es uno de los más dañinos. Dios no prohibió a los hebreos comer cerdo solamente para demostrarle su autoridad, sino a causa de no ser un alimento apropiado para el hombre”. En efecto, el puerco era considerado inmundo por los fenicios, etíopes y egipcios… Para los judíos la carne de cerdo era abominable. El profeta Isaías condena a los hebreos degenerados que lo consumían en sus fiestas idólatras (Isa. 65: 4; 66:17). Durante el reinado de Antíoco IV Epifanes (175-163 A.C.), que pertenecía a la opresora dinastía helénica de los Seleucidas, la carne de cerdo fue utilizada como elemento de tortura. Esta era ofrecida a los judíos bajo coacción para determinar si eran leales a la religión de sus ancestros o aceptaban las costumbres impuestas por sus conquistadores:
A Eleazar, varón de avanzada edad y noble aspecto, abriéndole la boca, querían forzarlo a comer carne de puerco. Pero él, prefiriendo una muerte gloriosa a una afrentosa vida, iba de su propia voluntad al suplicio, y la escupía, como han de hacer los que tienen valor para rechazar de si cuanto no es lícito para comer… (2 Macabeos 6:18 al 31).
Es muy digno de memoria lo ocurrido a siete hermanos que con su madre fueron presos y a quienes el rey quería forzar a comer carne de puerco prohibida y por negarse a comerla fueron azotados. Uno de ellos, tomando la palabra, habló así:: “Estamos prontos a morir antes de traspasar las leyes”. Irritado el rey, dio orden de cortar la lengua al que había hablado, y de arrancarle el cuero cabelludo, y cortarle las manos y pies a la vista de los otros hermanos y de su madre. Mutilado de todos sus miembros, mandó el rey acercarle al fuego y, vivo aún, freírle en la sartén. Mientras el vapor de ésta llegaba bastante lejos, los otros, con la madre, se exhortaban a morir generosamente, diciendo: “El Señor Dios nuestro nos mira y tendrá compasión de nosotros”.
Aunque estas citas pertenecen al Antiguo Testamento, desde ya le anticipo que Jesús nunca derogó la Ley de Moisés:: “No penséis que he venido a derogar la Ley o los Profetas; no he venido a derogarla, sino a cumplirla. Porque en verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que falte una letra o una tilde de la Ley hasta que todo se cumpla”. (Mateo 5:17 al 19).
P: Todo lo que Ud. dice es muy cierto, sin embargo, hablando francamente, no encuentro nada de malo en el cerdo.
R: El hábito de comer cerdo es una costumbre occidental. Espero que Ud. no sea de los que piensan que todas las que provienen de Occidente son costumbres civilizadas. Al orientar los principios dietéticos de los hijos de Israel, y luego de los Musulmanes, Dios otorgó mandamientos que aportan continuos beneficios para la humanidad. El análisis del conocimiento científico sobre contagio de enfermedades, proveniente de la medicina moderna, justifica adecuadamente a esta antigua ley.
P:: Pero el cerdo no es el único animal que transmite enfermedades. También la vaca y la oveja son portadores de gérmenes patógenos.
R: Bueno, pero por qué limitar su cuestionamiento a la vaca y la oveja?. Bien sabemos que incluso los vegetales contienen microbios. Pero el cerdo reina como supremo soberano entre todos los portadores de gérmenes de lo que los seres humanos se pueden alimentar. Cuanto más conocemos al puerco, más lo condenamos.
P: ¿Puede nombrarme algunos de los gérmenes que el cerdo contagia?
R: He aquí una lista de gérmenes y parásitos que se encuentran en el cerdo. Todos ellos son contagiosos. Muchos de ellos son fatales. Cuánto más avanza la ciencia, más queda demostrado que el Islam es correcto.
P:: ¿Puede explicarme en lenguaje simple, las enfermedades que ha nombrado?
R: El protozoo ciliado, cuyo nombre en latín es “Balantidium Coli”, es un parásito que se aloja en el intestino grueso, “el protozoario más grande que afecta al hombre”.
P: ¿Cuál es la relación del “Balantidium Coli” con el cerdo, y cómo afecta al hombre?
R: Este microbio habita normalmente las entrañas del cerdo. Es excretado en las heces del cerdo y, al encontrar un medio ambiente que no es adecuado para su supervivencia, desarrolla una cáscara a su alrededor llamado “quiste”. Dicho quiste contiene parásitos vivos, los cuales al entrar en contacto con la alimentación del hombre (agua, vegetales) entra en su intestino. Este fenómeno fue descubierto por el Dr. Malmston en 1857 y estudiado también por el Dr. Stein en 1862. El Dr. E. A. Widmer, escribió en su antes mencionado artículo “Puerco, Hombre y Enfermedades”: