Lo que dicen acerca del profeta Muhammad

“Él era Cesar y Papa en uno; pero él era el Papa sin las pretensiones del Papa, Cesar sin las legiones del Cesar: sin un ejército permanente, sin un guardaespaldas, sin un palacio, sin un rédito fijo; si alguna vez cualquier hombre tuviera el derecho de decir que él gobernó por el derecho divino, este sería Muhammad, ya que él tenía todo el poder sin sus instrumentos y sin sus apoyos. “

Bosworth Smifu, Mohammad and Mohammedism, London 1874, p. 92.

“… Filósofo, orador, apóstol, legislador, guerrero, conquistador de ideas, restaurador de dogmas racionales, de un culto sin imágenes; el fundador de veinte Imperios terrestres y de un Imperio espiritual, este es Muhammad. ¿En cuanto a todas las normas por las cuales la grandeza humana puede ser medida, bien podemos preguntar, hay algún hombre más grande que él? “
Lamartine, Histoire de la Turquie, Paris 1854

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Durante la época de las cruzadas, se invento todo tipo de difamaciones en contra del Profeta Muhammad (P y B sean con él y su familia). Empero, con el nacimiento de la edad moderna, marcada por la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento, cambió la percepción de los autores occidentales acerca de la vida y carácter del Profeta (pbef)1. Sin embargo, todavía queda mucho por descubrir sobre el último Profeta de Dios para toda la humanidad (pbef).

A pesar de sus intentos de ser objetivos, todavía no existe ninguna tentativa sincera e imparcial por entender el Profetizaje de Muhammad (pbef). Es tan extraño que se reconozca su integridad y sus logros, y que al mismo tiempo se niegue, explícita e implícitamente, su calidad de Profeta de Dios. Es aquí donde se requiere una búsqueda interna y una revisión de la supuesta objetividad que se le da al tema. Los siguientes hechos de la vida de Muhammad (pbef) le harán tomar una decisión imparcial, lógica y objetiva en cuanto a su Profetizaje.

Hasta la edad de los cuarenta, no se conocía a Muhammad (pbef) como un hombre de estado, predicador u orador. Nunca se le vio hablando de los principios de metafísica, ética, ley, política, economía o sociología. Sin duda alguna, él tenía un carácter excelente y modales encantadores; también se le conocía por ser sumamente culto.

Aún no había nada profundamente asombroso y tan radicalmente extraordinario sobre él, por lo cual alguien pudiera esperar que hiciera algo grandioso o revolucionario. Pero todo cambió, cuando salió de la Cueva de Hira, con un mensaje nuevo, que le transformo completamente. ¿Es posible que una persona conocida por poseer un carácter recto e impecable, de repente se convierta en “un impostor” que se llama así mismo el Profeta de Dios? La afirmación de su parte, de ser profeta, provoco la rabia de su gente y marcó el principio de una larga y ardua lucha en su contra.

Uno se podría preguntar: ¿por qué razón sufrió Muhammad (pbef) todas aquellas dificultades? Su gente le ofreció aceptarlo como Rey y poner toda la riqueza de sus tierras a sus pies, con la condición que dejara de predicar su mensaje. Pero él rechazó todas sus ofertas y siguió predicando; ante insultos, un boicoteo social y hasta asaltos físicos a su persona.
¿Además, si venia con un diseño para crear rivalidades en contra de los cristianos y los judíos, porqué entonces creía en Jesucristo, en Moisés y en los demás Profetas de Dios (la paz sea sobre ellos); que, en si, es un requerimiento básico de la fe Islámica, sin el cual nadie puede llamarse musulmán?
“Si la grandeza de objetivo, falta de medios y resulta- dos asombrosos son los tres criterios de un genio, ¿quien podría atreverse a comparar a cualquier gran hombre, de la historia moderna, con Muhammad? Los hombres más famosos crearon solamente armas, leyes e imperios. Fundaron, si es que se le puede llamar así, poderíos basados en cosas materiales, que a menudo se derrumbaron ante sus ojos. Este hombre no solo movió ejércitos, legislaciones, imperios, personas y dinastías; sino también a millones de hombres, un tercio del mundo de aquel entonces- y más que eso, derrumbo altares y dioses, cambio religiones, ideas, creencias y almas… Su paciencia en la victoria, su ambición, que fue dedicada completamente a un ideal, sin pensar en formar ningún imperio, sus rezos infinitos, sus conversaciones místicas con Dios, su muerte y su triunfo después de la muerte; todo esto atestigua, no a un impostor, sino a una convicción firme que le dio el poder de restaurar un dogma. Un dogma doble, la unidad de Dios y la inmaterialidad de Dios; el primero define lo que es Dios, el segundo dice lo que no es Dios; uno derroca a dioses falsos con la espada, el otro crea ideas por medio de la palabra.

Filósofo, orador, apóstol, legislador, guerrero, conquistador de ideas, restaurador de dogmas racionales, de un culto sin imágenes; el fundador de veinte imperios terrestres y de un imperio espiritual, este es Muhammad ¿En cuanto a todas las normas por las cuales la grandeza humana puede ser medida, bien podríamos preguntarnos, hay algún hombre más grande que él? “
Lamartine, Histoire de la Turquie, Paris 1854, Vol. II, pp. 276-77.

“No es la propagación sino la permanencia de su religión lo que merece nuestro asombro; la misma impresión pura y perfecta que él grabó en Meca y Medina es preservada, después de las revoluciones de doce siglos por los indios, africanos y los prosélitos turcos del Corán…. Los musulmanes uniformemente se han resistido a la tentación de reducir el objeto de su fe y devoción al nivel de los sentidos y la imaginación del hombre. “Yo creo en Un solo Dios y Muhammad es el Apóstol de Dios”, es la simple e invariable profesión del Islam. La imagen intelectual de Deidad nunca ha sido degradada por algún ídolo visible; los honores de Profeta nunca han transgredido la medida de la virtud humana; y sus preceptos de vida han refrenado la gratitud de sus discípulos dentro de los límites de la razón y la religión.”

Muhammad: El último Profeta para la humanidad

Se sabe que Muhammad (pbef) era iletrado y llevaba una vida muy tranquila antes de anunciar su misión al mundo a la edad de cuarenta años. ¿No es esta una prueba indiscutible de su Profetizaje, que a pesar de ser iletrado, toda Arabia se levantó en asombro y maravilla cuándo comenzó a predicar, y quedo estupefacta ante la tremenda elocuencia de su mensaje?
Una legión entera de poetas árabes, predicadores y oradores del más alto calibre fallaron al no poder presentar un equivalente al Qur’an, el cual permanece inimitable hasta estos días. Y sobre todo, ¿cómo pudo pronunciar el Profeta (pbef), en aquel entonces, verdades de naturaleza científica, que se encuentran en el Qur’an y las cuales ningún ser humano pudo haber descubierto en aquel tiempo? Por último ¿por qué condujo una vida llena de penalidades aún después de haber obtenido el poder y la autoridad? Las palabras que pronunció al morir fueron: ” La comunidad de los Profetas no damos herencia.

Cualquier cosa que dejamos es para la caridad”. En realidad, Muhammad (pbef), es el último eslabón de Profetas enviados a diferentes naciones y eras desde la creación de la humanidad.

Edward Gibbon and Simon Ocklay, History of the Saracen Empire, London 1870, p. 54.
“Es imposible para cualquiera quien estudia la vida y el carácter del gran Profeta de Arabia, quien sabe como enseñó y como vivió, sentir algo sino reverencia por este poderoso Profeta, uno de los grandes mensajeros del Supremo. Y aunque en lo que puse mencionare muchas cosas que le puedan sonar común a muchos, aún yo mismo siento siempre que leo esto, otro forma de admiración, un sentido nuevo de reverencia para aquel poderoso profesor árabe”.

Annie Besant,The Life and Teachings of Muhammad, Madras 1932, p.4.
“Su disposición para sufrir persecuciones por sus creencias, el alto carácter moral de los hombres que creyeron en él y lo respetaron como líder, y la grandeza de su logro, argumentan a favor de su integridad fundamental. Para suponer a Muhammad como un impostor ocasionaría más problemas que lo que ello solucionaría. Además, ninguna de las grandes figuras de la historia son tan apreciadas en el Oeste como Muhammad”.
W. Montgomery, Mohammad at Mecca, Oxford, 1953, p. 52.
“Muhammad, el hombre inspirado, que fundó el Islam, nació en el año 579 A.D dentro de una tribu árabe que adoraba ídolos. Huérfano al nacer, siempre fue solicitado, en particular, por el pobre y el necesitado, la viuda y el huérfano, el esclavo y el oprimido. A la edad de veinte años, ya era un hombre de negocios acertado y rápidamente se convirtió en el director de caravanas de camello para una viuda rica. Cuando alcanzó los veinticinco años aquella que le proporcionó el empleo, reconoció sus méritos y le propuso matrimonio. Aunque ella tenía cincuenta y cinco años, Muhammad se casó con ella, y permaneció como un esposo fiel hasta que ella murió.
Como casi todo gran profeta antes de él, Muhammad luchó, tímido, de servir como el transmisor de la pal- abra de Dios, al sentir sus propias insuficiencias. Pero el ángel Gabriel le ordenó ‘recita’. Por lo que sabemos Muhammad era incapaz de leer o escribir, pero él comenzó a dictar aquellas palabras inspiradas que pronto revolucionarían a un gran segmento de la tierra; “hay solo un Dios”.

En todo, Muhammad, fue profundamente práctico. Cuando su querido hijo Ibrahim murió durante un eclipse, rápidamente corrieron los rumores del pésame de Dios. Por lo cual se dice que Muhammad anunció “un eclipse es un fenómeno natural. Es absurdo atribuir la muerte o el nacimiento de un ser humano a tales cosas”
En la propia muerte de Muhammad una tentativa fue hecha para deificarlo, pero el hombre quien pasaría a ser su sucesor administrativo, termino con el histerismo, al dar uno de los discursos más nobles de la historia religiosa: ‘Si hay alguno entre ustedes quién adore a Muhammad, sépase que él ha muerto. Pero si es a Dios a quien adoran, sépase que Él vive por siempre”
James A. Michener, ‘Islam The Misunderstood Religion’, In the Reader’s Digest (American Edition) for May 1955, pp. 68-70.
(pbef) paz y bendiciones sean con él y su familia

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