La vida después de la muerte

“¡Alma sosegada!¡Vuelve a tu Señor, satisfecha, acepta! ¡Y entra con Mis siervos,Entra en Mi Jardín!”
Al-Quran (89: 27-30)

“¡Alma sosegada! ¡ Vuelve a tu Señor, satisfecha, acepta! ¡ Y entra con Mis siervos, Entra en Mi Jardín!”
Al-Quran (89: 27-30)

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En el Islam, la vida después de la muerte esta directamente determinada por la vida presente. La vida después de la muerte comienza con la resurrección del individuo, acto seguido llegará un instante en el que todos los seres humanos serán confrontados con sus intenciones y acciones, buenas y malas, e incluso por sus fracasos en hacer el bien en esta vida. En el Día del Juicio el historial entero de todas las personas, desde la pubertad, será presentado a Dios y Él sopesará todas las acciones malas y buenas acorde a su Misericordia y su Justicia, perdonando muchos pecados y multiplicando muchas buenas acciones. Aquellos que sobresalgan en sus buenas acciones serán recompensados generosamente, aquellos que sus malas acciones pesen más que las buenas serán castiga- dos. Aquellos que emerjan exitosos de este Juicio irán al paraíso y las puertas de la dicha y la felicidad estarán abiertas para él. Aquellas personas condenadas y que merecen el castigo serán enviadas al Infierno: la morada del fuego y la tortura.

“Los infieles dicen: “La Hora no nos llegará”. Di” ¡Claro que sí! ¡Por mi Señor, el Conocedor de lo oculto, que ha de llegaros! No se Le pasa desapercibido el peso de un átomo en los cielos ni en la tierra. No hay nada, menor o mayor que eso, que no esté en una Escritura clara, para retribuir a los que creyeron y obraron bien. Estos tales ten drán perdón y generoso sustento. Quienes, en cambio, se hayan esforzado por dejar sin efecto Nuestros signos, ten- drán el castigo de un suplicio doloroso. (34: 3-5)

La necesidad de creer en la vida después de la muerte.
El creer en la vida después de la muerte es parte fundamental de las enseñanzas de los Profetas y es una condición esencial de ser musulmán. Cuando nos piden hacer algo esta en nuestra naturaleza pensar en sus costos y beneficios. Consideramos una acción inútil como innecesaria, y algo con lo que no perderíamos el tiempo. De la misma manera, no estaríamos muy dispuestos a evitar algo que no nos afecte. Mientras mas profunda sean nuestra convicción sobre la utilidad de algo, así de firme será nuestra acción.

Mientras mas dudoso estemos respecto a la utilidad de algo, así de insegura y vacilante serán nuestras actitudes. ¿Por qué un niño se atreverá a poner su mano en el fuego? Pues porque no esta seguro de que el fuego en efecto, quema. ¿Por qué evade estudiar? Definitivamente porque no cree en la importancia y los beneficios de la educación.

La creencia en la vida después de la muerte divide las personas en tres categorías.

PRIMERO: hay quienes no creen en la próxima vida y piensan que la vida en la tierra es la única vida y que el fin es cuestión de tiempo. Naturalmente, estos juzgan algo como bueno si produce resultados deseables, y como malo, si trae consigo resultados indeseados.

“Y dicen:“Nohay más vida que ésta nuestra de acá. Morimos y vivimos, y nada si no la acción fatal del Tiempo nos hace perecer. Pero no tienen ningún conocimiento de eso, no hacen sino conjeturar. Y cuando se les recitan Nuestras aleyas como pruebas claras, lo único que arguyen es: ¡Haced volver a nuestros padres, si es verdad lo que decís!” (45:24-25)

SEGUNDO: hay personas que no niegan la vida después de la muerte, pero dependen de la intercesión y expiación de algo o alguien para absorberle de sus pecados. Entre estos hay quienes creen que son personas elegidas por Dios y que recibirán algún tipo de castigo nominal de acorde a lo grave que debieron de haber sido sus pecados. Esto les imposibilita de la ventaja moral que habrían tenido si creyeran en la próxima vida.

TERCERO: hay aquellos que creen en la vida después de la muerte y que no se engañan, que tienen una relación especial con Dios. Ellos esperan rendir cuentas por sus acciones y la creencia en la próxima vida les da una gran fuerza espiritual. Como resultado encuentran una protección permanente, instalada dentro de ellos, que les avisa y les amonesta cuando se desvían del camino recto. No tienen ninguna corte que los emplace, ningún policía que los regañe y ninguna opinión pública que los presiones. Por otro lado, la protección dentro de ellos esta siempre alerta y lista para recordarles cuando estén transgrediendo. La conciencia de esta presencia interior les hace temer al hacer algo indebido. Cuando sucumban a la tentación y violen la Ley de Dios, podrán siempre arrepentirse sinceramente y entrar en contrato firme con Dios, y no repiten el mismo error en el futuro.

Una persona que esta enfocada en sus fracasos y sus éxitos en este mundo solamente estará preocupado en los beneficios y los daños que vendrán en esta vida. Estarán seguramente vacilantes en hacer algo bueno si eso no les trae beneficios terrenales. De la misma manera, no estarán preocupados en parar algo que están haciendo mal si no les afecta en este mundo.

Por otro lado, una persona que cree en la vida después de la muerte verá en todos los triunfos y pérdidas algo temporal, y por consiguiente, no pondrá en riesgo el disfrute eterno por un logro o placer pasajero. El creer en la próxima vida, instala en uno el deseo de hacer el bien y evitar el mal sin importar el costo que podría suponer en sacrificios terrenales.

“Quienes obran mal ¿creen que les trataremos igual que a quienes creen y obran bien, como si fueran iguales en vida y luego de muertos? ¡Que mal juzgan! Dios ha creado con un fin los cielos y la tier ra. Y para que cada cual sea retribuido según sus méritos. Nadie será tratado injustamente.” (45: 21-22)

Existe una gran diferencia en el estilo de vida de dos tipos de personas. Para unos la idea de un buen acto podría estar limitado a su valor en esta vida pasajera; por ejemplo, ganar dinero, propiedades, reconocimiento público, o cosas similares que dan posición, poder, reputación o felicidad momentánea. Tales cosas se convierten en el objetivo de la vida y no contienen a nadie de utilizar vías crueles e injustas para alcanzar sus metas. Por otro lado, para un creyente todo lo que satisface a Dios es bueno, y todo lo que El desprecia y Le causa ira es por lo tanto, malo.
El buen acto para un creyente será bueno incluso si no le trae ningún beneficio personal en esta vida. Un creyente esta confiado en que Dios le recompensará en la vida eterna y que ese será su éxito real. De la misma manera, no caerán como presas de sus malos actos solo por ganancias terrenales y sabrán, que si escapan al castigo en esta corta vida mundanal, tendrán que darle cuentas a Dios.

Se hace clara la Verdadera Justicia al Creer en la Próxima Vida.

Dios creó a los seres humanos y los hizo responsables de sus propios actos. En este mundo vemos que los hombres de vida virtuosa viven condenados, mientras los débiles de carácter a menudo parecen tener las cosas buenas de esta vida. Gente inocente a menudo sufre a manos de explotadores y criminales que parece que ganan y triunfan por causa de sus crímenes en este mundo. No habría justicia si no hubiese vida futura en donde los virtuosos sean recompensados y los malvados castigados. No tendría sentido el haber creado gentes con conciencia y Profetas que le recuerden de sus responsabilidades.

“Para el día de la Resurrección dispondremos balanzas que den el peso justo y nadie será tratado injustamente en nada. Aunque se trate de algo del peso de un grano de mostaza, lo tendremos en cuenta. ¡Bastamos Nosotros para ajustar cuentas” (21:47)

Dios es el Más Justo; El establecerá justicia entre todas sus criaturas y nadie podrá escapar de Dios. El Islam da gran énfasis en tener absoluta seguridad en la Próxima Vida. Esta seguridad tiene que ser la misma que tenemos en la muerte (que no puede llegar e cualquier momento). Entonces, esforzarse en ganar la satisfacción de Dios se convierte en el objetivo de la vida.

(pbef) paz y bendiciones sean con él y su familia

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