En el Islam, la vida después de la muerte esta directamente determinada por la vida presente. La vida después de la muerte comienza con la resurrección del individuo, acto seguido llegará un instante en el que todos los seres humanos serán confrontados con sus intenciones y acciones, buenas y malas, e incluso por sus fracasos en hacer el bien en esta vida. En el Día del Juicio el historial entero de todas las personas, desde la pubertad, será presentado a Dios y Él sopesará todas las acciones malas y buenas acorde a su Misericordia y su Justicia, perdonando muchos pecados y multiplicando muchas buenas acciones. Aquellos que sobresalgan en sus buenas acciones serán recompensados generosamente, aquellos que sus malas acciones pesen más que las buenas serán castiga- dos. Aquellos que emerjan exitosos de este Juicio irán al paraíso y las puertas de la dicha y la felicidad estarán abiertas para él. Aquellas personas condenadas y que merecen el castigo serán enviadas al Infierno: la morada del fuego y la tortura.
“Los infieles dicen: “La Hora no nos llegará”. Di” ¡Claro que sí! ¡Por mi Señor, el Conocedor de lo oculto, que ha de llegaros! No se Le pasa desapercibido el peso de un átomo en los cielos ni en la tierra. No hay nada, menor o mayor que eso, que no esté en una Escritura clara, para retribuir a los que creyeron y obraron bien. Estos tales ten drán perdón y generoso sustento. Quienes, en cambio, se hayan esforzado por dejar sin efecto Nuestros signos, ten- drán el castigo de un suplicio doloroso. (34: 3-5)
La necesidad de creer en la vida después de la muerte.
El creer en la vida después de la muerte es parte fundamental de las enseñanzas de los Profetas y es una condición esencial de ser musulmán. Cuando nos piden hacer algo esta en nuestra naturaleza pensar en sus costos y beneficios. Consideramos una acción inútil como innecesaria, y algo con lo que no perderíamos el tiempo. De la misma manera, no estaríamos muy dispuestos a evitar algo que no nos afecte. Mientras mas profunda sean nuestra convicción sobre la utilidad de algo, así de firme será nuestra acción.
Mientras mas dudoso estemos respecto a la utilidad de algo, así de insegura y vacilante serán nuestras actitudes. ¿Por qué un niño se atreverá a poner su mano en el fuego? Pues porque no esta seguro de que el fuego en efecto, quema. ¿Por qué evade estudiar? Definitivamente porque no cree en la importancia y los beneficios de la educación.
La creencia en la vida después de la muerte divide las personas en tres categorías.
PRIMERO: hay quienes no creen en la próxima vida y piensan que la vida en la tierra es la única vida y que el fin es cuestión de tiempo. Naturalmente, estos juzgan algo como bueno si produce resultados deseables, y como malo, si trae consigo resultados indeseados.
“Y dicen:“Nohay más vida que ésta nuestra de acá. Morimos y vivimos, y nada si no la acción fatal del Tiempo nos hace perecer. Pero no tienen ningún conocimiento de eso, no hacen sino conjeturar. Y cuando se les recitan Nuestras aleyas como pruebas claras, lo único que arguyen es: ¡Haced volver a nuestros padres, si es verdad lo que decís!” (45:24-25)
SEGUNDO: hay personas que no niegan la vida después de la muerte, pero dependen de la intercesión y expiación de algo o alguien para absorberle de sus pecados. Entre estos hay quienes creen que son personas elegidas por Dios y que recibirán algún tipo de castigo nominal de acorde a lo grave que debieron de haber sido sus pecados. Esto les imposibilita de la ventaja moral que habrían tenido si creyeran en la próxima vida.
TERCERO: hay aquellos que creen en la vida después de la muerte y que no se engañan, que tienen una relación especial con Dios. Ellos esperan rendir cuentas por sus acciones y la creencia en la próxima vida les da una gran fuerza espiritual. Como resultado encuentran una protección permanente, instalada dentro de ellos, que les avisa y les amonesta cuando se desvían del camino recto. No tienen ninguna corte que los emplace, ningún policía que los regañe y ninguna opinión pública que los presiones. Por otro lado, la protección dentro de ellos esta siempre alerta y lista para recordarles cuando estén transgrediendo. La conciencia de esta presencia interior les hace temer al hacer algo indebido. Cuando sucumban a la tentación y violen la Ley de Dios, podrán siempre arrepentirse sinceramente y entrar en contrato firme con Dios, y no repiten el mismo error en el futuro.