Existe un mandato islámico que es imposible ponderar en toda su dimensión, debido a la influencia benéfica que ejerce sobre los musulmanes que lo deben observar: la prohibición del consumo alcohólico. La palabra árabe que utiliza el Sagrado Corán al respecto es jamr. Su significado en español es cubrir, y todas las cosas que cubren a otras son llamadas jimmár. Otros significados del término árabe jamr son: lo fermentado, lo embriagante, como el vino, whisky, vodka, etc. Es por ello que la religión islámica declara ilícito (haram), no sólo lo fermentado como la bebida alcohólica, sino todo embriagante en general, sean estos drogas, bebidas o incluso algún comestible si es que lo contiene.
Además de ser declarado ilícito, los sabios de todas las escuelas islámicas, coinciden en considerarlo impuro (náyis). Entonces aquello que embriaga es ilícito e impuro, ya sea de uva, de dátil, cebada, o cualquier otra bebida alcohólica.
Retomando el significado de cubrir que posee el término jamr, aquello que queda cubierto en quien lo consume, es su razón, impidiéndole distinguir entre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, etc. Por lo tanto todo aquello que cubre el intelecto del hombre, todo lo que embriaga, es haram.
El Corán en la sura Al-Baqara (la vaca), afirma que el beber jamr es perjudicial para la razón y el cuerpo del hombre y además constituye un
pecado grande.
LAS CONSECUENCIAS DEL JAMR
Efectos sobre el organismo y la vida de los individuos.
Beber alcohol acarrea muchos perjuicios al estómago, intestinos, hígado,
nervios, corazón y los cinco sentidos, especialmente la vista y el gusto. Sobre este tema la ciencia médica ha avanzado mucho en las últimas décadas y seguramente mayores afecciones serán descubiertas en el futuro.
Se sabe hoy que un gran porcentaje de jóvenes alcohólicos no viven más allá de los treinta y cinco años, y si lo hacen, sus condiciones psíquicas y físicas son lamentables y muy disminuidas.
Efectos del alcohol sobre la moral del hombre
El alcohol estimula al hombre hacia el pecado. Poco a poco pierde su voluntad para realizar cosas útiles, se convierte en un amoral y en un delincuente. Mata, roba y comete los peores delitos. Su vida familiar queda destruida y sus amigos se apartan de él. Queda reducido a su parte animal, y sólo actúa a través de los sentidos, sin razonamiento alguno, procurando siempre satisfacer su vicio, es decir, embriagarse.
El no tiene límites, no entiende lo que dice ni siente lo que hace. En todos los delitos que oscurecen el mundo de hoy, el alcohol y los embriagantes tienen parte directa o indirectamente.
Se dirá, “todo esto sólo pasa al alcohólico en su grado más elevado, no al que bebe en pequeña proporción”. Pero como veremos, el que bebe en pequeña proporción es tan responsable del vicio del alcoholismo, o quizás más, que el mismo alcohólico, ya que el pequeño consumidor es quien mantiene a pleno la producción de embriagantes, por formar la gran masa de consumidores.
También, el pequeño consumidor mantiene la transmisión del vicio, porque nadie aprendería del adicto alcohólico un vicio cuyas evidencias en esa persona se manifiestan tan dañosas, pero sí lo aprendería de aquel a quien aparentemente no le afecta, sino, por el contrario, le produce placer.
Efectos del alcohol sobre la razón
La característica de todo embriagante es su efecto nocivo sobre la capacidad de razonar y la facultad del entendimiento, originándose a partir de allí todo tipo de pecados y delitos. La voluntad del embriagado queda sujeta a los impulsos inferiores que provienen de las reacciones emocionales.
Es por ello que el Islam prohíbe la embriaguez. La razón es el medio más preciado para el Islam y cualquiera sea el elemento que lo debilita o desarmoniza es malo. También, porque los principios y los mandatos del Islam se apoyan en la salud de la razón.
De todos los vicios, el beber alcohol es el peor. Se cuenta de un hombre al que le fue ofrecido o bien embriagarse o matar, o violar, o mentir, o robar, etc. Como todas estas faltas, excepto el embriagarse, afectaban a otros, optó por embriagarse, y una vez en ese estado, mató, violó, mintió, robó, etc. Esto muestra que aquel desequilibrio que afecta a la razón, al conocimiento, es el peor de todos, y tal es el resultado del alcoholismo.
Luego de lo que llevamos dicho podemos preguntarnos, ¿cómo es posible que hombres habituados al consumo de alcohol y otros embriagantes puedan estar dirigiendo gran parte del mundo de hoy? ¿Cómo pueden ellos dictar leyes que favorezcan los intereses del hombre en general y de los oprimidos en particular? ¿Cómo pueden aquellos cuyo entendimiento y sensibilidad se encuentran afectados, responsabilizarse por sus semejantes? Evidentemente no pueden, y el mundo capitalista y comunista de hoy es la prueba concreta de esta aseveración.
Los perjuicios a la sociedad
Las estadísticas aportadas por un instituto norteamericano en 1961 sobre los delitos perpetrados en el país fueron las siguientes: 50% de los crímenes fueron efectuados por personas ebrias. El 77% de las intervenciones policiales por peleas, algunas con saldo de personas heridas, fueron ocasionados por bebedores. Robos, 83%, delitos sexuales 89%. Estas estadísticas muestran que la mayoría de los delitos y crímenes son motivados por el consumo de alcohol, así como la mayoría de los accidentes automovilísticos. Sin lugar a dudas, que tambièn en Chile el alcohol es el principal actor en cada uno de estos delitos y en gran parte de los accidentes del trànsito.