La moral sexual islámica (1). Fundamentos

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A. DEFINIENDO EL PUNTO DE VISTA ISLÁMICO

La moral sexual islámica es fundamentalmente diferente de la de la Iglesia Cristiana. Esto se debe a la naturaleza abarcadora de la shi’a islámica. Bertrand Russell dice: “Los grandes líderes religiosos, con la excepción de Muhammad -y Confucio, si se le puede llamar religioso- han sido, en general, muy indiferentes a las consideraciones sociales y políticas y han buscado, más bien, el perfeccionamiento del alma por la meditación, la disciplina y la abnegación”.. Si, ciertamente el Islam no ha sido indiferente a los problemas sociales.

La moral sexual islámica es también fundamentalmente diferente de la nueva moral sexual, en el sentido de que no acepta el concepto de sexo libre. El Islam aspira a enseñar a sus seguidores, no a reprimir sus instintos sexuales, sino a satisfacerlos, pero de un modo responsable-

El Islam reconoce las necesidades sexuales de los seres humanos y cree que los instintos naturales deben ser educados, no reprimidos. El Islam dice que las partes de nuestro cuerpo, responden a un propósito, que no han sido creadas en vano. No existe texto alguno en el Islam que equipare sexo con maldad innata o pecado; todo lo que ha sido enseñado por el Corán, el Profeta Muhammad y Ahl ul-Bait, va en una dirección diferente. Lo que el Corán y la auténtica sunnah -y enfatizo lo de auténtica- han dicho sobre el sexo y el matrimonio será tratado ahora en los siguientes apartados: El Islam ha recomendado altamente el matrimonio y no como el menor de dos males; el Islam se ha opuesto enérgicamente al celibato y al monacato; el Islam dice que el matrimonio no es un obstáculo en el camino espiritual, por el contrario ayuda al caminante.

1.- EL MATRIMONIO ES ALTAMENTE RECOMENDADO.

Es importante comprender que en los textos islámicos la idea de matrimonio no está separada de la de sexo, el sexo no está limitado al propósito de la procreación. El término legal para matrimonio es nikah’ que literalmente significa relación sexual.

El matrimonio, de por sí, es un hecho altamente recomendado. Alláh, glorificado y ensalzado sea, dice; “Casad a aquellos de vosotros que no estén casados… si son pobres, Alláh les enriquecerá con su favor.” (Corán. 24:32). La primera palabra de esta aleya es fankihú’ la cual es una forma imperativa del verbo. De acuerdo con los principios de la jurisprudencia islámica, cualquier comunicación de Alláh en forma imperativa puede tener dos niveles de significado: o es un mandato obligatorio o una muy alta recomendación. Vemos, por lo tanto como, en el Islam, el celibato no es considerado como una virtud. Basado en esta aleya encontramos un hadiz del Profeta: “Cualquiera que se abstenga del matrimonio por temor a la pobreza, en verdad, ha pensado, mal de Allah. . En otra aleya, Alláh dice, “….entonces casaos con las mujeres que os gusten -dos, tres o cuatro. Pero si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola…” (Corán, 4:3).

El sexo ha sido abiertamente recomendado en el Corán, “Y cuando se hayan purificado (las mujeres después de la menstruación), id a ellas como Alláh os ha ordenado.” (Corán, 2:222). La frase ‘como os ha ordenado’ no se refiere a ninguna orden legislativa; esto es, no significa que tan pronto como la mujer esté limpia de su período, su marido deba inmediatamente hacer el amor con ella. Es un mandato innato y se refiere al deseo sexual que Alláh ha puesto en nuestra naturaleza. Y cuando el deseo sexual es considerado como un mandato innato de Alláh, entonces ¿Quién puede asociarlo de alguna manera al pecado o la maldad?.

El matrimonio y el sexo están entre los signos del poder y bendiciones de Alláh. El Corán dice, “Y entre Sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente hay en ello signos para gente que reflexiona.” (Corán, 30:21).

De estas pocas aleyas del Corán, se puede comprender fácilmente que según el Islam: a) el matrimonio es un signo del poder y bendiciones de Alláh; b) el matrimonio es un acto de virtud altamente recomendado que no debe ser eludido por la pobreza; c) el deseo sexual es un mandato innato de Alláh puesto en la naturaleza humana. Después de equiparar sexo con mandado innato de Alláh, no hay lugar para equipararlo con culpa, pecado o maldad.

El Profeta y los Imames de Ahl ul-Bait tambien alentaron a sus seguidores a casarse y a satisfacer sus deseos sexuales en las vías lícitas como lo demuestran los siguientes ahadiz:

El Profeta dijo, “No ha sido construida nada en el Islam más querido entre los signos de Alláh que el matrimonio.”. El Profeta dijo: “¡Hombres jóvenes! Os recomiendo la relación sexual.”. El Imam Ali dijo, “Casaos, porque el matrimonio es la tradición del Profeta.” El Profeta dijo, ‘A quienquiera que le guste seguir mi tradición, que sepa que el matrimonio es de mi tradición.'”. El Imam ar-Rizá dijo, “Tres cosas son de las tradiciones de los enviados de Alláh, el perfume, recortar el (excesivo) pelo y visitar a su esposa.”. Isháq b. ‘Ammár cita al Imam Ya’far as-Sâdiq como sigue: “Amar a las mujeres está entre las tradiciones de los profetas.”.

El Profeta dijo: “La oración es el frescor de mis ojos, y mi placer está en las mujeres.”. ¡Observa con qué facilidad se traslada el Profeta desde las oraciones hasta el placer de las mujeres!. El Profeta dijo, “Un hombre musulmán no ha conseguido beneficio mayor, después del (Din del) Islam, que una esposa musulmana que sea causa de su placer siempre que mire hacia ella…”. El Imam Muhammad al-Bâqir cita al Profeta como sigue: “Alláh dice, …’Cuando quiero reunir lo bueno de este mundo y del próximo para un musulmán, le doy un corazón que sea humilde (ante Mí), una lengua que Me alabe, un cuerpo que pueda sufrir aflicción (mundanal) y una esposa creyente que sea causa de su placer cuando la mire y que se proteja ella misma y proteja su propiedad cuando él se ausente'”. ¡Observa con que facilidad Alláh ha combinado Su alabanza con el placer que un hombre obtiene de una esposa fiel!.

Yamíl Ibn Darray cita al Imam Ya’far as-Sâdiq (a.s.), que dice: “Los hombres no han gozado (nada) en este mundo ni en el otro más que el deseo por las mujeres. Alláh dice ‘El amor de lo apetecible, como las mujeres, aparece a los hombres engalanado.’ (Corán, (13:14). La gente del Paraíso no gozará nada de esto más deseable que el sexo, ni el alimento ni la bebida.” .

2. CELIBATO Y MONACATO ESTAN PROHIBIDOS

El punto de vista islámico sobre las cosas buenas mundanales no es negativo, es más, mantiene que nosotros debemos apreciarlas como bendiciones de Alláh. El Islam, por lo tanto, se opone totalmente al monacato y al celibato.

Uzmán Ibn Maz’un fue un compañero fue un compañero cercano al Profeta. Un día su mujer fue a ver al Profeta y se quejó: “¡Oh Enviado de Alláh! Uzmán ayuna durante el día y permanece orando durante la noche”. En otras palabras, ella quería decir que su marido se estaba absteniendo de mantener relaciones sexuales con ella tanto durante la noche como durante el día. El Profeta se puso tan enfadado con esto, que ni siquiera esperó a ponerse sus zapatillas. Salió fuera -con las zapatillas en sus manos- y fue a casa de Uzmán. El Profeta le encontró orando. Cuando Uzmán finalizó sus oraciones, se giró hacia el Profeta, y éste le dijo: “¡Oh Uzmán!, Alláh no me envió para la vida monástica, sino que Él me envió con una sencilla y recta (sari’ah). Yo ayuno, rezo y tambien tengo relaciones íntimas con mi esposa. Así pues, a quien le guste mi tradición, debe seguirla y el matrimonio es una de mis tradiciones.”. Puesto que Uzmán ya estaba casado, la palabra ‘matrimonio’ en este hadiz debe entenderse como referida a las relaciones sexuales.

En otro incidente, tres mujeres fueron a ver al Profeta y se quejaron de que sus maridos se abstenían de la carne, el perfume y las relaciones íntimas con ellas. El Profeta fue rápidamente a la Mezquita, continuó hasta el púlpito y dijo, “¿_Qué les sucede a algunos de mis compañeros que no comen carne, no huelen perfumes y no van con sus mujeres?. No han visto que yo como carne, huelo perfumes y voy con mis esposas. Por tanto, a quien le disguste mi tradición, no es de los míos.”

Ibn Abi Umayr cita que Sikkin an-Naja’y se dedicaba a las oraciones y se abstenía de las mujeres y alimentos deliciosos. Entonces escribió una carta al Imam Ya’far as-Sâdiq buscando clarificación sobre sus acciones. El Imam le escribió, “Por lo que se refiere a lo que me dices sobre el abstenerse de las mujeres, seguramente sabrás cuantas mujeres tuvo el Profeta. En cuanto al alimento, el Profeta solía comer carne y miel”.. Obviamente, el Imam estaba condenando la actitud farisea de su compañero.

El Imam Ali narra que algunos compañeros del Profeta habían jurado abstenerse de las relaciones sexuales con sus esposas, de comer durante el día y de dormir durante la noche. Umm Salamah, la esposa del Profeta, le informó sobre este grupo. El Profeta salió fuera donde estaban sus compañeros y dijo, “¿Os abstenéis de las mujeres mientras yo voy con las mujeres? ¡Yo como durante el día y duermo durante la noche!. A quien le disguste mi tradición, ese no es de los míos “. Después de este discurso, Alláh reveló las siguientes aleyas:

¡Creyentes! ¡No prohibáis las cosas buenas que Alláh os ha permitido! ¡Y no violéis la ley, que Alláh no ama a los que la violan! ¡Comed de lo lícito y bueno de que Alláh os ha proveído! ¡Y temed a Alláh, en Quien creéis!

(Corán, 5:87-88).

Lee estas aleyas cuidadosamente y observa que, en primer lugar, considera al sexo, alimento y sueño entre ‘las cosas buenas que Alláh os ha permitido’; y en segundo lugar, el celibato y la abstinencia son consideradas como ‘violación de la ley de Alláh’. Después de que descendieran estas aleyas, aquellos compañeros fueron a ver al Profeta y le dijeron, “¡Oh Enviado de Alláh! Nosotros hemos hecho juramento de abstenernos de aquellas cosas.” Esto es, ¿Cómo podemos ahora romper nuestro juramento de abstinencia? Entonces Alláh reveló la siguiente aleya, “Alláh no tendrá en cuenta vuestros juramentos vanos,…” (Corán, 5: 89). De nuevo, observa que un juramento de celibato o de abstinencia de las cosas lícitas y buenas es considerado por el Islam como ‘juramento vano’..

La desaprobación del celibato no está limitada a los hombres, tambien las mujeres han sido desanimadas de permanecer solteras. El Imam Ya’far as-Sâdiq dijo, “El Profeta ha prohibido a las mujeres que se conviertan en ascetas y que se prohiban a ellas mismas maridos.”

‘Abd as-Samad Ibn Basir cita que una mujer fue a ver al Imam Ya’far as-Sâdiq y le dijo, “¡Qué Alláh te bendiga!; soy una mujer asceta.”.

– ¿Qué significa el ascetismo para ti?- preguntó el Imam.

– Significa que nunca me casaré- respondió la mujer.

– ¿Por qué? – quiso saber el Imam.

– Por la práctica del ascetismo, deseo adquirir el favor (de Alláh)

– ¡Aléjate! Si el ascetismo fuera un medio de alcanzar el favor (de Alláh), entonces Fátimah habría estado más autorizada a ello que tú, porque nadie puede merecer más favor que ella- le dijo el Imam.

Un incidente similar se narra tambien en relación con el Imam ar-Rida.

El Profeta dijo, “Los de menor categoría entre vuestros muertos son los solteros.”.

El Imam Ya’far as-Sâdiq dice que una persona fue a ver a su padre. Su padre le preguntó, “¿Tienes esposa?”. Él dijo, “No.”. Su padre dijo, “Yo no preferiría tener el mundo con todas sus riquezas mientras duermo por la noche sin una esposa.”.

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3 . EL MATRIMONIO AYUDA EN LA ESPIRITUALIDAD.

En el Islam, al contrario que en el Cristianismo, el matrimonio y el sexo no son antagónicos con el amor y la adoración a Alláh. En lugar de un obstáculo, el matrimonio es considerado como un factor positivo para adquirir la perfección espiritual.

El Profeta dijo. “Quien se casa ya ha protegido la mitad de su din, por tanto debe temer a Alláh por la otra mitad.”. Una persona que puede satisfacer sus instintos sexuales lícitamente está menos distraída al tomar parte en el camino espiritual.

El amor hacia las mujeres y la fe están interrelacionados, En un hadiz, ‘Umar Ibn Zayd cita al Imam Ya’far as-Sâdiq, “No creo que la fe de una persona pueda incrementarse positivamente a no ser que su amor a las mujeres se incremente.”. El mismo Imam dijo, “Siempre que un hombre incremente su amor a la mujer, su fe se incrementa en calidad.”. Tambien dijo, “Cualquiera que incrementa su amor hacia nosotros, su amor hacia las mujeres tambien debe incrementarse.”.

El matrimonio incluso eleva el valor de las oraciones. El Profeta dijo, “Dos rak’at de una persona casada son mejores que una noche de vigilia y el ayuno de una persona soltera.”. Ibn Fussál cita al Imam Ya’far as-Sâdiq que decía, “Dos rak’at de una persona casada son mejores que setenta rak’at de una persona soltera.”.

El Profeta dijo, “Si alguien desea ir al encuentro de Alláh en pureza, entonces debería ir a Su encuentro con una esposa.”.

Una mujer fue a la casa del Profeta y su penetrante perfume pronto llenó la casa. Cuando el Profeta le preguntó a la visitante, la mujer le dijo que ella lo había intentado todo para atraer a su marido pero en vano; él no dejaba su meditación para prestarle atención alguna. El Profeta le contó para que informara a su marido sobre la recompensa de la relación sexual la cual describió como sigue: “Cuando un hombre se aproxima a su mujer, él está protegido por dos ángeles y (en ese momento en la visión de Alláh) es como un guerrero luchando por la causa de Alláh. Cuando tiene relación con ella, sus pecados parecen como las hojas de un árbol (en Otoño). Cuando realiza la ablución mayor, está limpio de pecados.”.

Estas citas del Corán y los hadiz del Profeta y los Imames de Ahl ul-Bait muestran que el punto de vista islámico sobre el sexo y el matrimonio está en completa armonía con la naturaleza humana. Se puede concluir fácilmente que en la moral sexual islámica: a) el matrimonio y el sexo son altamente recomendados, y no hay modo de asociarlos con maldad, culpa o pecado; b) el monacato y el celibato son inaceptables; c) el matrimonio es considerado un factor que ayuda a alcanzar la perfección espiritual, impide a los musulmanes el acceso a los pecados y aumenta el valor de sus actos de adoración.

Estas enseñanzas neutralizan la necesidad de una revolución sexual en una sociedad musulmana. Puesto que no hay represión sexual, la cuestión de una revolución sexual no surge.

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