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    Imâm Hasan Al-‘Askarî (P) El undécimo de los Inmaculados Imâmes

    Hazrate ali negar (164)

    UNA SÍNTESIS DE LA VIDA DEL IMÂM HASAN AL-‘ASKARÎ (P)
    Su nacimiento
    El undécimo de los Inmaculados Imâmes del Islam después del Profeta Muhammad (BP) fue Imâm Abû Muhammad Hasan Ibn ‘Alî Al-‘Askarî (P). Él nació en “Samarra” en el año 232 H.L./846 d.C. Su honorable padre fue el décimo Imâm ‘Alî Al-Hâdî (P) y su madre la piadosa y respetable dama “Judaîzah” también llamada “Sûsan”.
    El Imâm en Samarra vivía en un lugar llamado “‘Askar”  y por ello es conocido como “Al-‘Askarî”, y sus otros títulos mayestáticos más famosos son “Az-Zakiî”, “An-Naqiî”, y “Abû Muhammad”.
    Él tenía veintidós años cuando su honorable padre el Imâm Al-Hâdî (P) fue martirizado. Él ocupó el puesto del Imâmato durante seis años, lo que significa que fue martirizado a los veintiocho años, o sea el año 260 H.L./874 d.C., su único hijo y sucesor, el duodécimo y último Imâm, el honorable Huÿÿat Ibn Al-Hasan Al-Mahdî (la paz sea con él), es nuestro Walî ‘Amr (protector de los asuntos de los creyentes) y el Imâm de nuestra época. La luminosidad de su existencia se encuentra oculta detrás de las nubes de su ausencia, y en el momento que Dios Todopoderoso ordene, se revelará y aparecerá, y el mundo será depurado de las iniquidades y llenado de justicia.
    Aquellos que tuvieron contacto con el Imâm Al-‘Askarî (P) dijeron: “Este honorable era de tez bronceada, ojos grandes, apuesto, buena figura y con majestuosidad y gloria”.
    La vida del undécimo Imâm coincidió con el gobierno de seis de los Califas Abbasíes: “Ÿa‘far Al-Mutawakkil” (232-247 H.L./847-861 d.C.), “Muhammad Al-Muntasir” (247-248 H.L./861-862 d.C.), “Ahmad Al-Musta‘iîn” (248-252 H.L./862-866 d.C.), “Muhammad Al-Mu‘tazz” (252-255 H.L./866-869 d.C.), “Muhammad Al-Muhtadiî” (255-256 H.L./869-870 d.C.) y “Ahmad Al-Mu‘tamid” (256-279 H.L./870-892 d.C.), y fue martirizado durante el gobierno de este último.




    Primera Parte

    Autor: Equipo de escritores de La Fundación Dar Rah-e Haq
    Traducción: Martha Golzar y
    Rahmatul.lah Golzar
    Edición:
    Tiraje: 2000 ejemplares
    Impreso por: Ediciones Asamblea Mundial de Ahlul Baît (P)

    C O N T E N I D O
    UNA SÍNTESIS DE LA VIDA DEL IMÂM HASAN AL-
    ‘ASKARÎ (P) 7
    Su nacimiento 7
    Su imâmato 8
    ELCALIFATO ‘ABBASÎ EN LA ÉPOCA DEL IMÂM AL-
    ‘ASKARÎ (P) 11
    LA PERSONALIDAD DEL IMÂM Y LAS ESPECIALIDADES
    DE SU CARÁCTER 18
    El ascetismo del Imâm 21
    La visita de dos necesitados 22
    EL CULTO Y LA ADORACIÓN DEL IMÂM 24
    La guía de los musulmanes hacia la verdad 25
    LOS VALIOSOS CONSEJOS DEL IMÂM 27
    El encaminamiento de un filósofo iraquí 27
    Respuestas a varias preguntas 28
    Carta del Imâm a uno de los grandes sabios en la Ciudad de Qom 32
    SUS MILAGROS Y SU RELACIÓN CON EL MUNDO INVISIBLE 35
    ALGUNAS DE LAS SABIAS PALABRAS DEL IMÂM 40
    ALGUNOS DE LOS COMPAÑEROS CERCANOS DEL
    IMÂM 43
    1. “Ahmad Ibn Is.hâq Ash‘arî Qomî 43
    2. “Abû Hâshim Dâwûd Ibn Al-Qâsim Al-Ÿa‘farî” 44
    3. “‘Abdul.lah Ibn Ÿa‘far Himîarî” 45
    4. “Abû ‘Amr ‘Uzmân Ibn Sa‘îd ‘Amrî” 46
    SU MARTIRIO 47
    BIBLIOGRAFÍA 51

    TRANSLITERACIÓN DE LAS LETRAS ÁRABES

    ا = â س = s ل = l
    ب = b ش = sh م = m
    ت = t ص = s ن = n
    ث = z ض = d ه = h
    ج = ÿ ط = t و = û, w
    ح = h ظ = dz ي = î
    خ = j ع = ‘ ء = ’
    د = d غ = g ــَ = a
    ذ = dh ف = f ــُ = u
    ر = r ق = q ــِ = i
    ز = z ك = k

    Se utilizará un punto para evitar posibles confusiones. Como puede suceder con la letra lam con sonido doble a causa del tashdîd (لّ = l•l) para evitar la doble “ele”, o como puede ocurrir con las letras ذ dh, ش sh y ظ dz al encontrarse con otra “h”.

    * * *

    Su imâmato
    Cada uno de nuestros Inmaculados Imâmes (P), al presentar a su sucesor únicamente no se satisfacía con las narraciones comunes las cuales mencionaban el nombre y las características de todos los Imâm hasta el duodécimo de éstos y para enfatizar y disipar cualquier duda presentaban en forma directa a los shiíes y a sus compañeros especiales al Imâm después de él; respecto al Imâm Al-‘Askarî (P) existen numerosas narraciones que conciernen a este mismo asunto, y a continuación nos permitimos trasmitir algunas de éstas:
    1. “Abû Hâshim Ÿa‘farî” —que fue uno de los destacados y fiables cronistas de hadîz de la Escuela Ash-Shî‘ah y seguidor especial de los Imâmes (P)— dice: “Fui a visitar al Imâm ‘Alî Al-Hâdî (P), me dijo:
    “Mi sucesor será mi hijo Hasan; ¿cómo os comportaréis con el sucesor de mi sucesor!”
    Pregunté: “¡Cómo será él! ¡Dios ofrezca mi vida por ti!”
    “¡No podréis ver su persona y no será conveniente que pronuncies su nombre!”
    Pregunté: “¿Entonces, como deberemos recordarlo?”
    Dijo: “Decid Al-Huÿÿat min âli Muhammadin sal.lal.lahu ‘alîhi wa Âlihi — la evidencia de la familia de Muhammad, los saludos de Dios sean para él y su familia”. –
    2. “Saqr Ibn Abî Dalf” relata: Escuche al Imâm Al-Hâdî (P) decir:
    “En verdad que el Imâm después de mí es mi hijo Hasan y después de él su hijo Al-Qâ’im (el Restaurador) y él es el mismo que establecerá en la Tierra justicia y equidad al igual que antes se había llenado de opresión y tiranía”.
    3. “Nawfalî” expone: Me encontraba con el Imâm ‘Alî Al-Hâdî (P) en el patio de su casa, su hijo Muhammad pasó frente a nosotros, entonces le dije: “¿Después de vos éste será el Imâm?”
    “¡No! Vuestro Imâm después de mi será Hasan”. Respondió.
    4. “Yahîâ Ibn Yasâr” cuenta: “Cuatro meses antes de que falleciese el Imâm Al-Hâdî (P) testamentó y mencionó que el heredero del Imâmato y califato después de él sería su hijo Imâm Hasan Al-‘Askarî (P) y nos tomó como testigos a mí, y a un grupo de sus amigos y shiíes”.
    5. “Abû Bakr Fahfakî” dice: El Imâm Abû Al-Hasan Al-Hâdî (P) me escribió:
    “Mi hijo Abû Muhammad (Imâm Al-‘Askarî -P-) entre los descendientes de la familia del Profeta, es el hombre más perfecto en cuanto a su creación y el más firme entre éstos en su lógica; él es mi hijo mayor y mi sucesor y un eslabón del Imâmato, y nuestros mandatos le serán heredados a él. Entonces lo que me preguntabais a mi, preguntadlo a él, y aquello que necesitéis se encuentra en sus manos”.
    * * *

    ELCALIFATO ABASÎ EN LA ÉPOCA DEL IMÂM AL-‘ASKARÎ (P)
    El Imâmato del undécimo de los Inmaculados Imâmes —que fue de seis años—, coincidió con el gobierno de tres califas: “Al-Mu‘tazz”, “Al-Muhtadiî” y “Al-Mu‘tamid”.
    Al-Mu‘tazz Al-‘Abbasî tomo el gobierno después de su primo paterno Al-Musta‘iîn; el Imâm Al-Hâdî (P) fue martirizado durante el gobierno de Al-Mu‘tazz, y también un gran grupo de los seguidores de ‘Alî (P) fueron martirizados y envenenados durante el gobierno de este califa tirano. Al-Mu‘tazz en una ocasión encarceló a su hermano “Al-Mu’aîed” y ordenó que le dieran cuarenta latigazos hasta que él mismo renunciara a ser el heredero del trono, poniéndolo después en libertad; en otra ocasión también lo encarcelo y ya que había escuchado que un grupo de soldados turcos habían decidido poner a Al-Mu’aîed en libertad, ordenó que lo mataran. Para ello colocaron a Al-Mu’aîed dentro de una cobija llena de veneno y cerraron los extremos de ésta hasta que murió, entonces convocaron a todos los jurisconsultos y jueces de la corte para que lo miraran y comprobasen que no había señales de tortura en su cuerpo y fingiesen que murió ¡de muerte natural!
    Durante el gobierno de Al-Mu‘tazz apresaron a más de setenta shiíes los y descendientes de Ÿa‘far Taîîâr y ‘Aqîl Ibn Abî Tâlib que se habían rebelado, y los trajeron a Samarra. Durante el gobierno de este califa los adictos del Imâm Al-‘Askarî (P) se encontraban en muchas dificultades y muy oprimidos. Algunos se quejaron de la situación por medio de cartas enviadas al Imâm; el Imâm en respuesta les dijo: “Dentro de tres días llegará el consuelo y la libertad”.

    Segunda Parte

    Y sucedió tal y como lo predijo el Imâm, ya que los soldados turcos de la Corte ‘Abbasí, que consideraban a Al-Mu‘tazz inconveniente para sus intereses se rebelaron ante él y lo obligaron a renunciar al califato, entonces lo echaron en un sótano y sellaron las puertas de éste para que muriese ahí dentro.
    Después de Al-Mu‘tazz, “Al-Muhtadiî” tomó las riendas del califato. Este hombre tirano se comportaba hipócritamente, aparentemente era un devoto y evitaba las lujurias inclusive había sacado a las cantantes de su corte, prohibido cualquier corrupción y demostraba ayudar a los oprimidos, sin embargo, durante un tiempo encarceló al Imâm Al-‘Askarî (P), e inclusive decidió matarlo. No obstante la muerte no le permitió hacerlo y Dios le quitó la vida. Durante el gobierno de Al-Muhtadiî un grupo de los seguidores de ‘Alî (P) se rebelaron y algunos de ellos fueron encarcelados, en donde tiempo después fallecieron.
    “Ahmad Ibn Muhammad” relata: “Cuando Al-Muhtadiî asesinó a los árabes y no árabes, escribí una carta al Imâm Hasan Al-‘Askarî (P) diciendo: “Gracias al Dios que lo hizo arrepentirse de matarnos. Yo había recibido la noticia de que lo había amenazado y dicho: “¡Juro por Dios que terminaré con la familia de Muhammad sobre la tierra!”
    Y el mismo Imâm con su mismo puño y letra respondió mi carta diciendo: “¡Qué corta es la vida de éste, dentro de cinco días será asesinado con desprecio y bajeza!”
    Y así sucedió. Al-Muhtadiî fue asesinado por los turcos de su ejército y “Al-Mu‘tamid” lo sucedió.
    Al-Mu‘tamid, al igual que sus antepasados, se dedicaba a los placeres del mundo, a la tiranía e inmoralidad, situación que provocó que poco a poco su hermano Al-Muwaffaq se hiciese cago de todos los asuntos de la corte al grado que llegó a controlarla en tal forma que Al-Mu‘tamid prácticamente no tenía nada que ver y únicamente era califa de nombre. Después de la muerte de Al-Muwaffaq su hijo Al-Mu‘tadzid dominó a su tío al igual que lo había hecho su padre, y finalmente el año 279 H.L./892 d.C. Al-Mu‘tamid fue destruido y Al-Mu‘tadzid oficialmente se hizo cargo del califato.
    Durante el gobierno de Al-Mu‘tamid fue martirizado el Imâm Al-‘Askarî (P), y un grupo de los shiíes fueron también muertos. A algunos de ellos los asesinaban de la forma más trágica e inclusive después de matarlos mutilaban sus cuerpos. Algunos de los historiadores han registrado que durante el gobierno de Al-Mu‘tamid hubo muchas guerras y enfrentamientos al grado que aproximadamente quinientas mil personas fueron muertas.
    De cualquier forma, la atención que centraba la sociedad en los Inmaculados Imâmes, y el desacuerdo de éstos Inmaculados hacia con los califas tiránicos, ocasionó odio y constante desacuerdo y el que actuaran más estrictamente hacia con de los Imâm. El Imâm Al-‘Askarî (P) también al igual que su honorable e inmaculado padre siempre tuvo que enfrentarse a las molestias y la rigurosa vigilancia del gobierno. Este honorable Imâm en una ocasión durante el gobierno de Al-Muhtadiî fue llevado a la cárcel de “Sâlih Ibn Wasîf”, quién envió a dos de sus más perversos vigilantes para que cuidaran del Imâm y fueran rigurosos con él, sin embargo los ruegos y súplicas del Imâm hicieron efecto en ellos.
    En otra ocasión enviaron al Imâm a la cárcel de “Nahrîr”, quien era muy severo y molestaba al Imâm. La mujer de Nahrîr le dijo: “¡Teme a Dios! Tú no sabes a quién has hospedado en tu casa. —Entonces habló respecto a la forma en que adoraba a Dios y a sus virtudes, y continuó diciendo— Temo por ti por la tiranía que muestras hacia él”.
    Nahrîr respondió: “¡Juro por Dios, que lo echaré a los animales salvajes!”
    Después de que contó con el permiso de sus superiores, echó al Imâm a la jaula que contenía algunos animales salvajes, y no dudaba en que lo desgarrarían. Cuando fue en busca del Imâm lo encontró a salvo y realizando la oración, mientras que los animales salvajes lo habían rodeado, por ello ordenó que lo regresaran a su casa.
    Al-Mu‘tamid también, durante su gobierno encarceló al Imâm Al-‘Askarî (P) y a su hermano Ÿa‘far, enviándolos a la prisión de “‘Alî Ÿarrîn”. Lo tenían enterado constantemente de la situación del Imâm, y le informaban que durante los días ayunaba y las noches las pasaba en vela y orando.
    En una ocasión preguntó a ‘Alî Ÿarrîn el estado en el que se encontraba el Imâm y le repitió lo mismo que siempre, entonces ordenó: “En este mismo instante ve a visitarlo y hazle llegar mis saludos, dile que se marche a su casa, y tú acompáñalo”.
    ‘Alî Ÿarrîn relata: “Me dirigí a la cárcel, vi que el Imâm había vestido sus ropas y estaba listo para irse. Cuando me vio se levantó, y yo le comuniqué el mensaje del Califa. El Imâm subió a su montura y se detuvo. Pregunté la causa por la cuál se había detenido, me dijo: “¡Espero a Ÿa‘far!”.
    “El Califa únicamente ordenó que lo pusiésemos en libertad a vos, y no dijo nada de Ÿa‘far”. Le expliqué.
    “Ve con el Califa y dile que nosotros dos venimos de una misma familia, y en caso de que yo regrese solo y Ÿa‘far no me acompañe, sucederá algo que no es oculto para él”.
    ‘Alî Ÿarrîn fue a ver al Califa y cuando regresó informó: “El Califa dijo que pondrá en libertad a Ÿa‘far únicamente por vos, y que lo había encarcelado por el delito y traición que cometió hacia vos y hacia él mismo”.
    Luego puso en libertad a Ÿa‘far y los dos regresaron a casa.
    * * *
    De todo lo que hemos mencionado en forma condensada respecto a la situación del gobierno de los califas y su comportamiento con el Imâm es evidente que el Imâm Hasan Al-‘Askarî (P) vivió en una época difícil y sofocante, que el gobierno lo tuvo siempre bajo una estricta vigilancia y que repetidas veces fue encarcelado. La historia es testigo de que inclusive en los momentos en que el Imâm se encontraba fuera de la cárcel, controlaban a aquellos que lo visitaban, y sus amigos y shiíes no podían contactarse fácilmente con este Inmaculado, y en ocasiones algunos de los shiíes podían visitar al Imâm con la ayuda de los familiares del Imâm; en la obra “Kashful Gummah” leemos:
    “Un hombre de los shiíes en la época del Imâm Hasan Al-‘Askarî (P) salió de Samarra para buscar trabajo y se dirigía hacia “Bilâ Ÿabal” (se le llamaba así a las ciudades que se encuentran en la cordillera de Hamadán hasta Qazvin en el occidente de Irán). En el camino se encontró con un hombre amigo de los alíes que viajaba de Halwân (ciudad que se encuentra cerca de la frontera con Irak) y le preguntó: “¿De dónde viene?”
    “De Samarra”. Le respondió el shií.
    Le preguntó si conocía tal colonia y tal calle en Samarra. A lo que contestó afirmativamente. Nuevamente preguntó:
    “¿Tienes noticias de Hasan Ibn ‘Alî (P)?”
    Respondió: “¡No!”
    “¿Para que has venido a Ÿabal?” Le preguntó
    “En busca trabajo”. Dijo el hombre.
    “Tengo cincuenta dinares, te los daré en caso de que me acompañes a Samarra y me lleves a casa de Hasan Ibn ‘Alî el Imâm Al-‘Askarî (P)”. Le propuso el hombre halwânî.
    Éste aceptó y lo llevó a casa del Imâm…”.
    De este relato puede deducirse como era la situación del Imâm fuera de la cárcel, y este Inmaculado hasta que grado se encontraba limitado y vigilado por el gobierno de su época, en tal forma que la gente no podía entrevistarse con este Imâm fácilmente, y para poder entrevistarse con él debían hacerlo con precisión y precaución, e inclusive los seguidores de ‘Alî (P) y sus familiares cercanos no podían visitarlo seguido.

    * * *

    Tercera Parte

    LA PERSONALIDAD DEL IMÂM Y LAS ESPECIALIDADES DE SU CARÁCTER
    Las virtudes morales y los logros espirituales del Imâm provocaron que no únicamente sus amigos, sino que inclusive sus enemigos confesaran su grandeza y fama; “Hasan Ibn Muhammad Ash‘arî”, “Muhammad Ibn Yahîâ” y otros más relataron que “Ahmad Ibn ‘Ubaîdul.lah Ibn Jâqân” que era el delegado y encargado de alquilar las tierras en la Ciudad de Qom, en una ocasión en una de sus reuniones vinieron a la plática los shiíes y sus creencias; Ahmad que era uno de los tenaces opositores de la familia del Profeta (BP) dijo:
    “Yo en Samarra no he visto ni conozco entre los shiíes a nadie como Hasan Ibn ‘Alî Ibn Muhammad Ibn Ar-Ridâ (P) (Imâm Al-‘Askarî) en cuanto a manera, dignidad, castidad, nobleza, virtudes y grandeza entre los de su familia y los Banî Hâshim; su familia lo respetaba más que a los ancianos y honorables de entre ellos, y entre los dirigentes del ejército y los ministros, y toda la gente en general también mantenía esa misma situación. Recuerdo en una ocasión me encontraba con mi padre , cuando los vigilantes de la entrada del palacio anunciaron que Abû Muhammad (Imâm Al-‘Askarî -P-) había llegado. Mi padre en voz alta dijo: “¡Dejadlo entrar!” Quedé sorprendido al ver que el vigilante le avisara a mi padre que el Imâm, llamándolo por su título y con mucho respeto, había llegado, ya que ante mi padre únicamente el Califa, el sucesor del califa o aquél que el califa hubiese ordenado lo llamaban por su título mayestático ; entonces entró un hombre de tez bronceada, alto y de buena figura, apuesto, joven y con majestuosidad y gloria. Cuando mi padre lo vio se levantó y adelantó para recibirlo. No recuerdo haber visto a mi padre recibir a alguno de los Banî Hâshim o de los generales del ejército como lo recibió a él. Mi padre colocó su mano alrededor del cuello del Imâm y besó su cara y luego su pecho, entonces tomando su mano lo llevó y sentó en donde realizaba la oración, y él tomo asiento junto al Imâm y comenzó a conversar con él. Durante su plática mi padre varias veces le dijo: “¡Ofrezco mi vida por ti!” Yo me encontraba asombrado al ver esta escena. Repentinamente el vigilante de la entrada vino y dijo: “¡Al-Muwaffaq Al-‘Abbasî ha llegado!” Era común que cuando Al-Muwaffaq venía, guardias y generales especiales de su ejército se adelantaban y formaban dos filas desde la entrada de la casa hasta el salón donde era el lugar de reunión de mi padre, y permanecían ahí hasta que Al-Muwaffaq venía y se retiraba.
    Mi padre atento escuchaba y platicaba con Abû Muhammad(P), hasta que vio entrar a los sirvientes especiales de Al-Muwaffaq. En ese momento dijo al Imâm: “¡Ofrezco mi vida por vos! Si estáis de acuerdo, marchaos”. Y dijo a sus vigilantes que lo llevaran por detrás de las filas compuestas por los soldados de Al-Muwaffaq para que éste no lo viese; el Imâm se levantó y mi padre también lo hizo, y después de que mi padre le acarició el cuello, el Imâm se retiró.
    Yo pregunté a los vigilantes y guardianes de mi padre: “¿Quién era ese que ante mi padre lo llamaron por su título mayestático y mi padre se comportó así?”
    Respondieron: “Él es uno de los descendientes de ‘Alî (P) llamado Hasan Ibn ‘Alî y es conocido como Ibn Ar-Ridâ (P)”. Mi asombro incrementaba, y todo ese día la pasé preocupado y pensativo hasta que llegó la noche. Mi padre, después del rezo de la noche, acostumbraba a sentarse y escribir los informes de los asuntos necesarios de los cuales debía avisar al Califa. Después de que realizó la oración y tomó asiento, yo también me senté junto a él. Estábamos solos, me preguntó: “¡Ahmad! ¿Deseas algo?”
    Le respondí: “¡Si, padre! Si me lo permite deseo expresarlo”.
    Dijo: “Cuentas con mi permiso”.
    “¡Padre!, ¿quién era el hombre que vi en la mañana, que vos mostrabais tanto honor y respeto por él, y entre vuestras frases repetidas veces le dijisteis “¡ofrezco mi vida por vos!”, y ofrecíais a él vuestra vida, la de vuestro padre y madre?” Le pregunté:
    Me dijo. “¡Hijo, mío! Él es el Imâm de los râfidzîân ; Hasan Ibn ‘Alî conocido como Ibn Ar-Ridâ”.
    Entonces silenció unos segundos, y yo también lo hice, luego dijo: “…¡Hijo, mío! Si el califato saliese de las manos de los Banî ‘Abbas, ninguno de los Banî Hâshim, fuera de él, es meritorio de ese puesto, y esto es por sus virtudes, castidad, ascetismo, culto, buen carácter y mérito. Si hubieses conocido a su padre, hubieses encontrado en él a un hombre honorable y virtuoso”.
    Con estas palabras incrementaron mis pensamientos y preocupaciones, así como la ira en contra de mi padre, y para mi en esos momentos no había nada más importante que preguntar, investigar y estudiar acerca del Imâm; a todos los Banî Hâshim, generales del ejército, escritores, jueces, indigentes y otros que pregunte, su respuesta mostraba la grandeza, el valor y alta jerarquía que él ocupaba en sus mentes, y todos lo recordaban con bondad y lo consideraban superior a todos sus parientes y grandes de su familia. Fue por ello que en mí mismo el Imâm ocupó un alto rango, ya que no encontré a ningún amigo o enemigo de él, a menos que lo enalteciese y hablase bien acerca de él”.
    * * *
    El ascetismo del Imâm
    “Kâmil Madanî” fue a visitar al Imâm para preguntarle sobre algunos asuntos, dijo: “Cuando entré a donde estaba el Imâm vi que él vestía una camisa blanca y suave, entonces me dije: “¡El guardián y prueba de Dios viste camisas suaves y delicadas, mientras que a nosotros nos ordena que auxiliemos a nuestros hermanos, y nos recomienda que no vistamos esas ropas!”
    El Imâm sonriente se arremangó las mangas. Vi que bajo su ropa llevaba puesto un vestido áspero y de lana. En ese momento me dijo:
    “¡Oh, Kâmil! Este vestido áspero y de lana lo visto para Dios, y éste otro para vosotros”.
    La visita de dos necesitados
    “Muhammad Ibn ‘Alî Ibn Ibrâhîm Ibn Mûsâ Ibn Ÿa‘far (P)” relata: Empobrecimos, mi padre dijo: “Vayamos a ver a este hombre (Imâm Al-‘Askarî -P-) que es famoso por su generosidad”.
    Le dije: “¿Lo conocéis?”
    Respondió: “¡No, nunca lo he visto!”
    Iniciamos el camino, a la mitad de éste mi padre preguntó: “¿Qué tanto necesitamos? En caso de que nos dé quinientos dirhams, doscientos para ropa, doscientos para pagar las deudas y cien dirhams para lo demás”.
    Yo me dije, ojalá que a mi también me de trescientos dirhams que con cien dirhams compre un cuadrúpedo, otros cien para comprar ropa y otros cien para mis gastos y para poder ir a Ÿabal .
    Cuando llegamos al patio de la casa del Imâm, salió el sirviente de éste y dijo: “¡Que entren ‘Alî Ibn Ibrâhîm y su hijo!” Después de que entramos y saludamos, el Imâm dijo a mi padre:
    “¡Oh, ‘Alî! ¿Por qué hasta hoy no habías venido a verme?”
    Mi padre le respondió: “Sentía vergüenza venir a visitarlo en esta situación”.
    Cuando salimos el sirviente del Imâm se acercó a nosotros y entregó a mi padre una bolsa de monedas y dijo: “Estos son quinientos dirhams, doscientos para ropa, doscientos para tus deudas y cien para tus gastos”.
    A mi me entregó otra bolsa y dijo: “Estos son trescientos dirhams, cien para comprar un cuadrúpedo, cien para ropa y cien para tus gastos, y no viajes a Ÿabal, y dirígete a Sûrâ (en Irak)…”.

    * * *

    EL CULTO Y LA ADORACIÓN DEL IMÂM
    El Imâm Al-‘Askarî (P) al igual que sus honorables antepasados era un ejemplo en cuanto a la atención que daba a los rezos y adoración de Dios, cuando llegaba el momento de la oración, dejaba lo que estuviese haciendo y no consideraba nada más importante que ésta; “Abû Hâshim Ÿa‘farî” dice:
    “Fui a ver al Imâm Al-‘Askarî, él se encontraba escribiendo algo cuando llegó el tiempo de la oración, el Imâm hizo a un lado sus escritos y se levantó para realizarla…”.
    La calidad y forma en que el Imâm imploraba hacía que los demás recordaran a Dios, y a veces provocaba un cambio total en las personas extraviadas y las traía al sendero recto; después de que el Imâm estuvo en la cárcel de Sâlih Ibn Wasîf algunos de los ‘abbasíes ordenaron al jefe de la cárcel que fuesen estrictos con el Imâm, y él eligió a dos de sus más viles celadores para que vigilaran al Imâm, sin embargo, esos dos cambiaron a raíz del contacto que mantuvieron con el Imâm, y llegaron a ocupar un alto nivel en sus veneraciones y oraciones.
    El jefe de la cárcel los hizo llamar y les dijo: “¡Pobres de vosotros, qué situación mantienen ahora ante ese hombre!”
    Dijeron: “¿Qué podemos decir respecto a alguien que los días los pasa ayunando y todas las noches se levanta para rezar e implorar, y no habla de otro tema ni realiza acto alguno más que suplicar, y cuando su mirada nos alcanza nos hace temblar y perdemos el control!”
    La guía de los musulmanes hacia la verdad
    Algunos de los sabios de Ahl Tasanun como por ejemplo “Ibn Sabbâq Mâlikî” basándose en las narraciones de Abû Hâshim Ÿa‘farî relatan:
    “… había invadido una fuerte carestía a Samarra, Mu‘tamid el califa de esa época ordenó que la gente se presentara para realizar la oración Istisqâ’ (oración para pedir la lluvia). La gente tres días seguidos se presentó en el lugar del rezo y levantaron sus manos para solicitar, empero no llovió. El cuarto día el obispo superior de los católicos acompañado de los sacerdotes y un grupo de católicos se dirigió al campo. Cada vez que uno de los sacerdotes alzaba sus manos al cielo comenzaban a caer grandes gotas de agua. Al siguiente día el obispo superior repitió lo mismo y cayó tanta agua que la gente dejó de suplicar por la lluvia. Este acontecimiento provocó asombro y duda entre los musulmanes, y el que muchos de ellos quisiesen convertirse en católicos, hecho que disgustó al Califa, por lo que mandó traer al Imâm Hasan Al-‘Askarî (P). En esa época este Inmaculado se encontraba encarcelado, lo sacaron de la celda y llevaron ante el Califa. Éste exclamó: “¡Salva a la comunidad de tu antecesor, que se ha extraviado!”

    Cuarta Parte

    El Imâm dijo: “Pide al obispo superior y a los sacerdotes que mañana martes se dirijan al campo”.
    El Califa dijo: “¡La gente no quiere lluvia, ya que ha llovido en demasía! Por lo tanto ¿qué significado tiene ir al campo?”
    El Imâm respondió:
    “Para que, si Dios quiere, se disipen las dudas”.
    El Califa ordenó, y el obispo superior y los sacerdotes se dirigieron el martes al campo. El Imâm Al-‘Askarî (P) se presentó también acompañado por una gran multitud, entonces los cristianos y sacerdotes para solicitar la lluvia alzaron las manos al cielo; en ese momento el cielo se llenó de nubes y comenzó a llover. El Imâm ordenó que agarraran la mano de uno de los sacerdotes y que le quitaran lo que tenía entre los dedos. En su puño se encontraba un hueso negro de los huesos de un humano. El Imâm tomó el hueso y lo colocó en una tela y dijo al sacerdote:
    “¡Ahora pide que llueva!”
    El sacerdote al igual que lo había hecho antes levantó las manos al cielo, sin embargo, las nubes se disolvieron y el Sol apareció.
    La gente quedó asombrada. El Califa preguntó al Imâm: “¿Qué es ese hueso?”
    El Imâm respondió:
    “Este es el hueso de uno de los Profetas Divinos que sacaron de la tumba de alguno de éstos, y cuando es mostrado uno de los huesos de los Profetas, la lluvia cae”.
    Felicitaron al Imâm y probaron el hueso, y comprobaron que era tal y como el Imâm había dicho…”.
    * * *

    LOS VALIOSOS CONSEJOS DEL IMÂM
    El encaminamiento de un filósofo bagdadí
    “Is.haq Kindî” filósofo racionalista de Bagdad comenzó a escribir un libro, y según él quería demostrar que en el Corán había temas que se contradecían. Para lograr lo que se proponía, se alejó de la gente y sólo en su casa se ocupó en esto. Un día uno de los estudiantes de Al-Kindî fue a visitar al Imâm Al-‘Askarî(P). El Imâm le dijo: “¿Acaso entre vosotros no hay un hombre inteligente que cambie la opinión de vuestro maestro en este trabajo y decisión inútil que ha tomado?”
    Respondió: “Nosotros somos sus estudiantes, ¿cómo podemos reclamarle este o cualquier otro asunto a él?”
    “¿Acaso le haréis llegar lo que os diga?, dijo el Imâm.
    “¡Sí!” Respondió.
    “Ve a visitarlo y muéstrate amistoso con él; ayúdalo en los trabajos que desea hacer, entonces di: “¿Tengo una pregunta, acaso puedo realizarla a vos?” Te lo permitirá. Di: “Si el narrador del Corán viniese a veros, ¿acaso supondríais que lo que dice éste tiene otro significado de lo que vos conjeturabais?”
    Ya que Al-Kindî cuando pone atención en un asunto entiende y aprende, te responderá: “Es posible”. Después de que te responda di: “¿De dónde obtuviste la seguridad de que el deseo y propósito del Corán es lo que vos decís? Posiblemente la intención del narrador del Corán sea otra que a la que vos habéis llegado, y las palabras y términos las estéis interpretando en forma errónea a la verdadera intención del Corán”.
    El hombre fue a ver a Is.haq Al-Kindî y fue amable con él, tal y como el Imâm le había encargado, hasta que realizó la pregunta. Al-Kindî le pidió que repitiese la pregunta, entonces silenció y comenzó a meditar, y esto, desde el punto de vista del “vocablo” y del “juicio”, lo consideró como algo posible.
    Juramentando a su estudiante le preguntó que de dónde había sacado esa pregunta. El estudiante le respondió: “¡Fue algo que llegó a mi mente y lo pregunté!”
    Dijo: “Es imposible que tú, y a personas como tú, se les presente este tipo de dudas. Dime ¿de dónde la sacaste?”
    El estudiante sin tener otra alternativa respondió: “Abû Muhammad, Imâm Al-‘Askarî (P), me dio esta orden”.
    Al-Kindî dijo: “Ahora dices la verdad, una pregunta como ésta no puede ser realizada por otro a menos que sea alguien de esa familia”.
    Luego aquello que había escrito respecto a este tema lo echó en el fuego y quedó convertido en cenizas”.
    Respuestas a varias preguntas
    1. “Abû Hâshim Ÿa‘farî” narra: “Un hombre preguntó al Imâm: “¿Por qué una mujer indigente lleva una parte de la herencia mientras que el hombre lleva dos partes de ésta?”
    El Imâm respondió: “Ya que la guerra santa y los gastos de la casa no son obligatorias para la mujer, y también la multa a pagar por la muerte indeliberada de alguien tiene que ser cubierta por el hombre y la mujer no es responsable de pagar nada”.
    Abû Hâshim dice: Me dije a mí mismo que antes había escuchado de “Ibn Abî Al-‘Awÿâ’” que había preguntado al Imâm As-Sâdiq (P) esta misma pregunta y había obtenido esta misma respuesta.
    El Imâm Al-‘Askarî (P) se volteó hacia mí y dijo: “Así es, esta es la misma pregunta de Ibn Abî Al-‘Awÿâ’. Cuando la pregunta es la misma, nuestra respuesta es la misma. Para el siguiente Imâm sucederá lo mismo que para el Imâm anterior. Para el primero y último de nosotros en cuanto a sabiduría y jerarquía ocupamos el mismo nivel, y las virtudes y distinciones del Enviado de Dios y el Príncipe de los Creyentes ‘Alî (P) son fijas”.
    2. “Hasan Ibn Dzarîf” escribió al Imâm Al-‘Askarî (P): “¿Cuál es el significado de las palabras del Enviado de Dios (BP) respecto al Príncipe de los Creyentes ‘Alî (P) donde dice: “Aquél de quien yo sea su Señor, ‘Alî es su Señor”?”.
    El Imâm respondió: “Las palabras de este honorable significan que coloquen a ‘Alî (P) como Imâm, para que sean reconocidos los partidarios de Dios (y los seguidores de la verdad) en caso de discrepancia y separación”.
    3. “Hirawî” cuenta: “Uno de los hijos “Asbât” me dijo: “Escribí una carta al Imâm Al-‘Askarî (P) y lo enteré respecto al desacuerdo que existía ente sus amigos, y le solicité que para terminar con este desacuerdo mostrase un prodigio”.
    El Imâm me respondió: “En verdad que Dios, Amado y Honrado sea, habla con el inteligente, nadie puede traer más muestras y razones de las que trajo el último Profeta y Señor de entre los profetas, a pesar de esto su pueblo dijo: “¡es un brujo y un mentiroso!” Guió a aquellos que eran dignos de ser guiados, los milagros únicamente provocaron el silencio y tranquilidad de mucha gente y esta es la razón por la cuál Dios, Amado y Glorioso, nos permite hablar y cuando nos niega hablar silenciamos. Si Dios quisiera que la verdad no fuese mostrada, no hubiese enviado a sus Profetas para que informasen de la buena nueva (la recompensa, el Paraíso) y el temor (el castigo, el Infierno), los Mensajeros de Dios estando débiles o poderosos mostraron la verdad y en algunas ocasiones hablaron, para completar la orden de Dios y confirmar Su Sabiduría.
    Los hombres se dividen en diferentes grupos y niveles, un grupo son conscientes y transitan por el sendero de la salvación, han llegado a la verdad y cumplen con los fundamentos y las ramas del Islam, y no dudan ni vacilan, ni buscan otro refugio. Otro grupo, no toma la verdad de los poseedores de ésta; este grupo se asemeja a aquellos que se hacen a la mar, que cuando el mar se encuentra tempestuoso, ellos están intranquilos e inquietos, y cuando se apacigua, ellos también se tranquilizan.
    Hay un tercer grupo que el Demonio los ha dominado y por envidia se oponen hacia los que tienen el derecho, quitándoles el derecho a través de lo falso. Aléjate de aquél que (salió del sendero recto y) va hacia la derecha e izquierda; el ovejero cada vez que desee puede juntar a su rebaño con el menor esfuerzo.
    Mencionaste en tu carta el desacuerdo entre los jefes y amigos, si la gloria y grandeza son las razones entonces no hay duda que aquél que se encuentra en la jerarquía del mando y califato (o sea el Inmaculado Imâm) es el más digno para decidir y ordenar. Tú sé benévolo y considera a aquéllos que se encuentran en tu jurisdicción y bajo tu mando, y evita revelar nuestros secretos y la dirección, que estos dos terminan con el hombre.
    Mencionaste que quieres viajar a Fars (Persia, Irán), ve a Fars (Irán) que Dios quiere para ti lo mejor y más beneficioso, ojalá que llegues a Egipto con salud y seguridad. Haz llegar mis saludos a aquellos de mis amigos que son de confianza, e invítalos a la abstinencia y continencia ante Dios, diles que sean honestos con aquellos que dejan algo en depósito y avísales que aquél que revele nuestros secretos es como si se enfrentara a nosotros en la guerra”.
    Dijo: “Cuando leí la frase: “Ojalá que llegues a Egipto con salud y seguridad”, no comprendí su significado hasta que llegue a Bagdad y quería ir a Fars (Irán), sin embargo, no fue posible. Me dirigí a Egipto (entonces se evidenció por qué el Imâm lo había mencionado)”.
    4. “Muhammad Ibn Al-Hasan Ibn Maîmûn” cuenta: “Escribí una carta al Imâm Al-‘Askarî (P) quejándome de la pobreza y de la miseria en la que me encontraba, entonces me dije a mí mismo: “¿Acaso el Imâm As-Sâdiq (P) no manifestó: “La pobreza con nosotros es preferible que el desahogo con los demás, y ser asesinado con nosotros es mejor que quedar vivo con nuestros enemigos?”.
    El Imâm (P) respondió la carta diciendo: “Cuando se incrementan los pecados de los guardianes y de nuestros amigos, Dios, Amado y Glorificado sea, los aleja de las faltas por medio de pobreza e indigencia, mientras que al mismo tiempo muchas de sus faltas se las perdona. Al igual que tu dijiste: “La pobreza con nosotros es preferible que el desahogo con otros”, y nosotros somos un albergue para aquellos que se refugian en nosotros, y somos una luz para aquellos que buscan sabiduría en nosotros, y un guardián para aquellos que buscan un recurso en nosotros: aquél que nos ama se encuentra con nosotros en la cúspide más alta (cerca de Dios), y aquél que se aleja de nosotros se dirigirá hacia el Fuego”.
    Carta del Imâm a uno de los grandes sabios en la Ciudad de Qom
    Un ejemplo de las cartas que el Imâm escribió a sus compañeros cercanos, es la carta que este Inmaculado envió a “‘Alî Ibn Husaîn Ibn Bâbiwaîh Al-Qomî” uno de los grandes jurisconsultos shiíes. El texto de ésta es el siguiente:
    “En el Nombre de Dios el Clemente el Misericordioso”
    Loado sea el Dios que es la Providencia de Su Creación, es el Destino Misericordioso para los abstinentes, Paraíso para los monoteístas y Fuego para los incrédulos; y la guerra y trasgresión es única de los tiranos, y no existe Dios fuera de “Al.lah” que es el mejor Creador, y los Saludos y Clemencia de Dios sean para Sus mejores criaturas: Muhammad y su purificada familia.
    Después de alabar y elogiar a Dios, a ti ¡oh, gran hombre de confianza y jurisconsulto de mis seguidores, Abû Al-Hasan ‘Alî Ibn Husaîn Al-Qomî, que Dios te haga sobresalir en aquello que Él considere conveniente, y Te agracie con descendientes dignos y meritorios! Te recomiendo que seas abstinente por Dios y que realices la oración, pagues el zakât (tributo) —ya que es rechazada la oración de aquél que no lo paga— y te recomiendo que perdones las faltas de la gente, disimules tu ira, visites y ayudes a los parientes, auxilies a tus hermanos, te esfuerces tanto en el desagrado como en el placer para terminar con sus necesidades, seas paciente ante la ignorancia e ineptitud de la gente, pongas mucha atención en la religión, tengas firmeza en los actos, seas conocedor del Corán y te comportes con buena moral. Y te recomiendo que aconsejes las buenas acciones y repruebes lo prohibido. Dios, Glorificado sea, dice:
    “En muchas de sus pláticas mantenidas entre ellos, no existe benevolencia a menos aquél que ordena dar limosna y ser benévolo, para corregir a la gente”.
    Abstente de todas las maldades y fealdades. Es recomendable que realices la oración de la noche, esto mismo lo recomendó el Profeta (BP) a ‘Alî el Príncipe de los Creyentes (P) cuando le dijo: “¡Oh, ‘Alî (P)! Te advierto que realices la oración de la noche!, ¡te advierto que realices la oración de la noche!, ¡te advierto que realices la oración de la noche! Y aquél que no de importancia a la oración de la noche no es de nosotros (no se ha comportado y actuado como es nuestra práctica)”.
    Entonces actúa como te sugiero, y ordena a mis shiíes que actúen como te he ordenado, y te recomiendo que tengas paciencia y esperes el “Día de la Aparición”, en verdad que el Profeta dijo: “La virtud más elevada en el culto de mi comunidad es la espera del Día de la Aparición”. Mis shiíes se encontrarán constantemente en la melancolía y tristeza hasta que aparezca mi hijo (el Imâm Oculto -P-). El mismo que el Profeta (BP) dio la buena nueva de que llenará la Tierra de justicia y equidad el día en que se haya llenado de tiranía y opresión”.
    ¡Oh gran hombre, y hombre de mi confianza! Abû Al-Hasan, ten paciencia y ordena a mis shiíes que la tengan, en verdad que la Tierra es de Dios que ha heredado a Sus siervos, y el buen final es para los abstinentes. Y los saludos y la clemencia de Dios así como Su abundancia sean para ti y para todos mis shiíes”.
    * * *

    SUS MILAGROS Y SU RELACIÓN CON EL MUNDO INVISIBLE
    El Imâm Al-‘Askarî (P) al igual que sus honorables antepasados, mantenía relaciones especiales con Dios, Glorificado sea, con el mundo invisible, así como con los ángeles. Él poseía las ciencias ocultas y sabiduría completa del walî (guardián y protector) que es una de las dignidades de los imâmes, y en las obras y narraciones de los sabios se encuentran registrados innumerables casos de los milagros y noticias del mundo invisible de este Inmaculado, que para reunir todas éstas necesitan de un libro por separado. Nosotros en este ejemplar nos limitamos únicamente a mencionar algunos ejemplos de éstos:
    1. “Abû Hâshim Ÿa‘farî” relata: “En una ocasión fui a visitar a Abû Muhammad (Imâm Al-‘Askarî -P-) y quería solicitarle un trozo de plata para mandarme a hacer un anillo, y pedirle que lo bendijese. Me senté y olvidé mi propósito. Cuando quise retirarme, el Imâm me obsequió un anillo y dijo:
    “¡Querías plata, yo te di un anillo, te has ahorrado la piedra preciosa que tiene así como la comisión del joyero! Que sea para bien, ¡oh, Abû Hâshim!”
    Expresé: “¡Mi señor, atestiguo que tú eres el walî de Dios y mi Imâm, que obedecerte es parte de mi religión!”
    Me dijo: “Dios perdone tus pecados, ¡oh, Abû Hâshim!”.
    2. “Shablanÿî” en su obra “Nûr Al-Absâr” relata de Abû Hâshim Ÿa‘farî lo siguiente:
    “Yo y cuatro más nos encontrábamos prisioneros en la cárcel de “Sâlih Ibn Wasîf” cuando trajeron al Imâm Hasan Al-‘Askarî (P) y a su hermano Ÿa‘far. Rodeamos al Imâm para servirlo. En la cárcel se encontraba un hombre de la tribu de los “Banî Ÿumah” y decía ser uno de los shiíes; el Imâm nos dijo:
    “Si entre vosotros no se encontrase una persona que no es de nosotros, les informaría cuando seréis puestos en libertad”.
    Y señalando al hombre ÿumahî le dijo que saliera, y él así lo hizo, entonces nos dijo:
    “Ese hombre no es de vosotros, tengan cuidado de él, ha escrito un informe de lo que habéis dicho y lo ha guardado entre sus ropas, con la intención de entregarlo al Califa”.
    Algunos de nosotros comenzamos a buscar entre sus ropas y encontramos el informe que había escondido. Había escrito cosas importantes y peligrosas respecto a nosotros…”.
    3. “Muhammad Ibn Rabî‘ Shîbânî” relata: “En Ahwaz debatí y discutí con uno de los dualistas, luego me dirigí a Samarra y las palabras de ese habían influido un poco en mí mismo. Me encontraba sentado en casa de “Ahmad Ibn Jasiîb” cuando el Imâm Al-‘Askarî (P) llegó de una reunión general y me vio, entonces señalándome dijo:
    “¡Dios es único! ¡Único! ¡Único! ¡Considéralo Uno!”.
    Y en ese mismo momento me desmayé”.
    4. “Ismâ’îl Ibn Muhammad” dice: “Me senté afuera de la casa del Imâm Al-‘Askarî (P), y cuando el Imâm salió de ésta me acerqué a él, entonces me quejé de mi indigencia y pobreza, y juré que carecía inclusive de un dirham.
    El Imâm dijo: “¿Juras a pesar de que escondiste doscientos dinares bajo la tierra?”
    Y continuó diciendo: “Esto no lo digo para no ayudarte”. Y volteándose hacia su sirviente le dijo: “Entrégale todo lo que lleves en este momento”.
    El sirviente me dio cien dinares. Agradecí a Dios y regresé; el Imâm dijo:
    “Temo que pierdas los doscientos dinares cuando estés muy necesitado”.
    En cuanto me alejé del Imâm fui en busca de los dinares, y los encontré en su lugar, luego los cambié de lugar y los escondí de tal forma que nadie pudiese encontrarlos. Pasó un tiempo después de este suceso, me vi necesitado de los dinares, fui a buscarlos y no encontré nada, lo que significaba una gran pérdida para mí. Después entendí que mi hijo los había encontrado y se los había llevado, y a mí no me tocó nada de ellos, y sucedió tal y como el Imâm había anunciado”.
    5. “Muhammad Ibn ‘Aîîâsh” cuenta: “Nos encontrábamos algunos reunidos y hablábamos respecto a los prodigios del Imâm Al-‘Askarî (P). Un hombre “nâsibî” (secta que enemistaba con ‘Alî -P-) se encontraba presente, entonces dijo: “Yo escribo una

    Quinta Parte

    carta sin tinta. Si el Imâm puede responder a ésta aceptaré que tiene el derecho”.
    Nosotros teníamos preguntas las cuáles escribimos. El nâsibî también escribió sin utilizar tinta, y todas las enviamos al Imâm Al-‘Askarî (P). El Imâm respondió a nuestras cartas y sobre la hoja del nâsibî escribió el nombre de éste, y el de su padre y madre. El nâsibî al ver esto perdió el conocimiento, y cuando se recuperó aceptó la verdad y se convirtió en uno de los shiíes del Imâm”.
    6. “‘Umar Ibn Abû Muslim” expone: “Mi vecino contiguo era “Samiî‘ Masmi‘î” y constantemente me molestaba. Escribí una carta al Imâm Al-‘Askarî (P) solicitándole que suplicara para que Dios diera una solución a mi problema. Me respondió:
    “Te doy la noticia de que muy pronto se solucionará y tú serás el propietario de la casa de tu vecino”.
    Después de un mes el vecino murió, yo compré su casa y por las bendiciones del Imâm agregué esa casa a la mía”.
    7. “Abû Hamzah” relata: “Vi repetidas veces que el Imâm hablaba con cada uno de sus sirvientes (que eran de diferentes nacionalidades, y había entre ellos turcos, bizantinos, dailamîes —norte de Irán— y ruso) en el idioma de cada uno de éstos. Yo quedé asombrado y me dije: “… el Imâm nació en Medina… ¿como es posible que pueda hablar diferentes idiomas?”
    El Imâm se volteó hacia mí y dijo:
    “En verdad que Dios Amado y Glorioso creó superior a Su prueba entre sus demás creaciones, y le Otorgó a cada cosa sabiduría. El Imâm conoce los diferentes vocablos, el linaje y lo que sucederá en el futuro, y si fuese contrario a esto, no existiría diferencia entre un hombre común y el Imâm”.

    * * *

    ALGUNAS DE LAS SABIAS PALABRAS DEL IMÂM
    “Te aconsejo que seas moderado en tu vida, y evites malgastar y excederte”.
    * * *
    Durante la infancia del Imâm un hombre lo encontró llorando mientras los demás niños se encontraban jugando. El hombre supuso que el Imâm quería un juguete que los demás niños tenían y el no. Le dijo:
    “¿Quieres que te compre un juguete?”
    El Imâm respondió: “¡Oh, escaso de entendimiento! Nosotros no fuimos creados para jugar”.
    Preguntó: “¿Entonces para que fuimos creados?”
    “Para adquirir la ciencia y adorar a Dios”.
    “¿De donde sacas eso?”
    “De las palabras de Dios Amado y Glorificado sea, (que están registradas en el Corán, donde dice):
    “¿Acaso pensasteis que os habíamos creado únicamente como diversión y que no habríais de volver a Nosotros?” –
    * * *
    “No discutas ni pelees tanto que perderás tu crédito, y no bromees que encontrarán atrevimiento hacia ti”.
    * * *
    “Saluda a cualquiera que encuentres y siéntate en las reuniones en la parte baja, de éstas que esto es muestra de humildad”. 4
    * * *
    “Para educarte a ti mismo es suficiente con que no realices lo que te disguste de los demás”. 5
    * * *
    “Mostrar alegría ante alguien que se encuentra triste, está lejos de la educación”. 6
    * * *
    “La humildad es una bendición que nadie siente envidia por ésta”. 7
    * * *
    “Aquél que aconseja a su hermano en secreto, lo ha adornado, y aquél que lo haga públicamente y frente a los demás, lo ha desacreditado”. 8
    * * *
    “Cuando los corazones se encuentran regocijantes llénalos de sabiduría y ciencia, y abandónalos cuando se termina su regocijo y se encuentran tristes”.
    * * *
    “El buen rostro es la belleza externa, y el buen intelecto la belleza interna”. 2
    * * *
    “Viajar para llegar a Dios, Glorificado sea, es el viaje que únicamente se logra por la noche (a través del desvelo)”. 3
    * * *
    “Las impurezas se encuentran reunidas en una casa, y la mentira es la llave de éstas”. 4
    * * *
    “Para obsequiar y regalar existe un límite, que si te excedes de éste se convierte en derroche”. 5
    * * *
    “Y para ser cuidadoso hay también una medida, que si te excedes de ésta provoca temor”. 6

    * * *

    ALGUNOS DE LOS COMPAÑEROS CERCANOS DEL IMÂM
    A pesar del ambiente sofocante que reinaba en la sociedad de esa época y lo limitado que se encontraba el Imâm y que sus compañeros cercanos eran contados, sin embargo, aquellos que se beneficiaron con la sabiduría del Imâm, son considerados del grupo de los grandes personajes divinos y sabios abstinentes, que en forma condensada nos permitimos presentarles a algunos de éstos:
    1. “Ahmad Ibn Is.hâq Ash‘arî Qomî
    Él fue uno de los compañeros especiales y corresponsal del Imâm Al-‘Askarî (P), así también fue el representante de la gente de Qom. El hacía llegar las preguntas y asuntos de la gente al Imâm para que él las respondiese y solucionase. El conoció en persona a los Imâmes Al-Ÿawâd (P) y Al-Hâdî (P) de los cuáles transmitió narraciones.
    Ahmad Ibn Is.hâq escribió una carta a “Husaîn Ibn Rûh” –el tercer representante especial del Imâm de la Época (P) durante la Ocultación Menor— y pidió permiso para ir al Haÿÿ (peregrinación). Este se lo dio y también le envió un pedazo de tela. Ahmad dijo: “¡Me ha sido anunciada mi muerte!”. Y cuando regresaba de la peregrinación falleció en un lugar llamado Halwân (al occidente de Irán).
    “Sa‘d Ibn ‘Abdul.lah” respecto a la muerte de Ahmad Ibn Is.hâq relata: “Aproximadamente 18 kilómetros antes de llegar a la Ciudad de Halwân le subió la temperatura y enfermó gravemente al grado que perdimos las esperanzas de que aliviara. Cuando llegamos a Halwân nos alojamos en un caravansar (hospedería de caravanas). Ahmad dijo: “Esta noche déjenme solo, y márchense a vuestra habitación”. Nos retiramos. Cerca de la madrugada me puse a pensar y abrí los ojos; en ese momento vi a “Kafûr” el sirviente de mi señor, Imâm Al-‘Askarî (P), que me decía:
    “¡Dios les da el pésame! Y os recompensará con un gran beneficio por esta gran pérdida. —Entonces agregó— Vuestro amigo ha sido lavado y amortajado. ¡Levantaos y enterradlo! En verdad que él por estar tan cerca de Dios es el más apreciado de entre vosotros por vuestro señor”. Entonces desapareció de mi vista”.
    2. “Abû Hâshim Dâwûd Ibn Al-Qâsim Al-Ÿa‘farî”
    Él fue uno de los descendientes de Ÿa‘far Taîîâr (hermano del Imâm ‘Alî –P-) y uno de los grandes de su familia y originario de Bagdad. El ocupaba una elevada jerarquía ante los Imâmes, tuvo contacto directo con los Imâmes Al-Ÿawâd (P), Al-Hâdî (P) y con el Imâm Al-‘Askarî (P), y a principios de la Ocultación Menor fue nombrado representante y corresponsal por parte del Imâm de la Época (P).
    Abû Hâshim se encontraba muy cerca de los Imâmes, y era considerado uno de sus amigos íntimos y compañeros especiales; él transmitió numerosas narraciones de estos cuatro Inmaculados, así también escribió un libro el cuál un grupo de los sabios y grandes personalidades shiíes lo han considerado y utilizado como un documento fiable.
    Abû Hâshim era un hombre independiente y valiente, cuando llevaron la cabeza de “Yahîâ Ibn ‘Umar Zaîdî” ante el gobernador de Bagdad “Muhammad Ibn ‘Abdul.lah Ibn Tâhir”, algunos lo felicitaron por esa victoria; Abû Hâshim se presentó ante el gobernador y sin respeto ni temor le dijo:
    “¡Amir! ¡Vine a felicitarte por algo que si el Enviado de Dios estuviese vivo hubiese guardado luto por ello!”
    El gobernador silenció ante Abû Hâshim y no dijo nada más.

    Sexta Parte (Final)

    3. “‘Abdul.lah Ibn Ÿa‘far Himîarî”
    Él fue uno de los personajes importantes de la Ciudad de Qom y considerado uno de los purificados compañeros cercanos del Imâm Al-‘Askarî (P). Él escribió numerosas obras como por ejemplo “Qurb Al-Asnâd” que siempre fue y ha llamado la atención de los grandes sabios y jurisconsultos de la Escuela Shî‘ah. ‘Abdul.lah Ibn Ÿa‘far poco después del año 290 H.L/902 d.C. se dirigió a Kufa en donde la gente aprendía narraciones de él.
    4. “Abû ‘Amr ‘Uzmân Ibn Sa‘îd ‘Amrî”
    Él fue el primer auxiliar del Imâm Oculto (que Dios apresure su aparición) durante la Ocultación Menor. Él fue un hombre honorable, de confianza y uno de los más destacados entre los compañeros cercanos del Imâm, fue representante de los Imâmes Al-Hâdî (P), Al-‘Askarî (P) y del Imâm Oculto (P). Desde los once años vivió, creció y fue educado bajo el cuidado del Imâm Al-Hâdî (P) y fue el intermediario entre la gente y los Imâmes Al-Hâdî (P), Al-‘Askarî (P) y del Imâm de la Época (P), e inclusive realizó prodigios. Al igual que se mencionó, él fue uno de los primeros auxiliares especiales del Imâm Al-Mahdî (P) y anteriormente también los Imâmes Al-Hâdî (P) y Al-‘Askarî (P) enviaban a la gente hacia él para que aprendieran los asuntos y preceptos islámicos de él. Los Imâmes ‘Alî Al-Hâdî (P) y Hasan Al-‘Askarî (P), cada uno dijeron respecto a él:
    “Abû ‘Amr (‘Uzmân Ibn Sa‘îd), es de mi confianza y hombre honesto. Aquello que os diga lo dice de mí, y aquello que os comunique lo ha comunicado de mi parte”.

    * * *

    SU MARTIRIO
    Los califas de Banî ‘Abbâs y sus subalternos habían escuchado que los Imâmes de Ahlul Baît (P) eran doce, y el duodécimo de entre éstos durante “la Aparición” después de la Ocultación, terminaría con los tiranos, daría fin a los gobiernos ilegales y establecería en el mundo la justicia y equidad. El conocimiento de este asunto, en especial durante la época de los Imâmes Al-Hâdî (P) y Al-‘Askarî (P) fue causa de preocupación entre los califas, y por ello vigilaban muy de cerca al undécimo Imâm Al-‘Askarî (P), y se encontraban muy deseosos que este Imâm no tuviese hijos. Ellos tenían bajo vigilancia todos los asuntos del Imâm desde diferentes ángulos, inclusive encarcelaron varias veces al Imâm y finalmente “Al-Mu‘tamid Al-‘Abbasî” que era testigo de cómo la atención de la gente hacia el Imâm incrementaba día a día, y la prisión, el ambiente sofocante y la vigilancia tenían una influencia contraria a la que él esperaba, no soportó y decidió matar a este Inmaculado, por lo que lo envenenó en secreto. Y el Imâm fue martirizado el 8 de Rabî Al-Auwal del año 260 d.H. (viernes 1 de enero 874 d.C.).
    “Los Saludos de Dios sean para él y para sus Inmaculados antepasados”.
    La influencia del Imâm en la sociedad, principalmente el pánico que tenía de que los shiíes y seguidores de ‘Alî (P) hiciese una revuelta al enterarse que el Imâm había sido envenenado, lo atemorizaba grandemente, por ello trató por cualquier medio de ocultar este suceso; “Ibn Sabâq Malikî” en su obra “Al-Fusûl Al-Muhimmah”, registra de uno de los vigilantes de la corte ‘Abbasí “‘Abdul.lah Ibn Jâqân” lo siguiente:
    “…Cuando el Imâm Abû Muhammad Hasan Ibn ‘Alî Al-‘Askarî (P) falleció, nos asombramos al ver el estado especial en que se encontraba Al-Mu‘tamid el Califa ‘Abbasí. Estábamos sorprendidos ya que él era califa de esa época y tenía en sus manos el poder. Cuando Abû Muhammad (Imâm Al-‘Askarî -P-) estaba agonizando, cinco personas especiales de los cercanos del califa que todos ellos eran de los jurisconsultos de la corte, fueron enviados a casa del Imâm. Al-Mu‘tamid les ordenó que no se moviesen de ahí y cualquier cosa que sucediese se lo informasen; así también envió a un grupo de enfermeros para que lo cuidasen y sirviesen, y ordenó a “Qâdzî Ibn Bajtîar” que eligiese a diez personas de confianza y las mandase a casa del Imâm, y día y noche frecuentasen la casa y lo tuviesen bajo vigilancia. Dos o tres días después informaron al Califa que la salud del Imâm había empeorado y que era imposible que la recuperara, el Califa ordenó: “¡Día y noche acompañen al Imâm en su casa!” Y así lo hicieron hasta que después de unos días el Imâm falleció.
    Cuando se expandió la noticia del fallecimiento de este Inmaculado, en Samarra comenzó un movimiento; por todos lados se dejaban escuchar gritos y lamentaciones, y los bazares y las tiendas cerraron. Los Banî Hâshim, los integrantes de los tribunales, los generales del ejército, los jueces de la ciudad, los poetas, los testigos y demás gente se dirigieron al funeral del Imâm. Ese día Samarra se asemejaba al día del Juicio Final. Cuando el cuerpo de este Inmaculado estuvo listo para ser enterrado, el Califa envió a su hermano “‘Isâ Ibn Al-Mutawakkil” para que realizara la oración del muerto para el Imâm. En el momento que colocaron el cuerpo sobre la tierra para realizar la oración, ‘Isâ se acercó y destapó la cara de este Inmaculado, y luego de mostrarla a los shiíes, a los ‘abbasíes, a los jueces, a los escritores y a los testigos, dijo: “Éste es Abû Muhammad Al-‘Askarî (P) que falleció de muerte natural y… (nombrando a dos los servidores del Califa) fueron testigos!” Luego cubrió nuevamente la cara del Imâm y realizó la oración del muerto para él y ordenó que lo llevaran a enterrar. El martirio de Abû Muhammad Hasan Ibn ‘Alî (P) en Samarra ocurrió el viernes de 8 de Rabî Al-Auwal de año 260 H.L./1ero. de enero de 874 d.C., y este Inmaculado fue enterrado en su casa y en la misma habitación en la cuál fue enterrado su padre”.
    Lo aquí mencionado, muestra claramente la situación sofocante en la que se encontraba el Imâm y el porqué el gobierno estaba preocupado. Así también evidencia como el Califa estaba aterrorizado de que se descubriese el envenenamiento y asesinato del Imâm y con un programa bien proyectado desde antes hizo parecer como si la muerte del Imâm hubiese sido una muerte natural y en su lecho. Así es, los tiranos consideraban peligrosa la existencia de los Inmaculados Imâmes para su reinado, y para apagar la luz de estos verdaderos líderes hasta donde les fue posible y bajo una estrecha vigilancia los mantenían alejados de la sociedad, y finalmente los asesinaban.
    Al-Mu‘tamid Al-‘Abbasî después de haber martirizado al Imâm Al-‘Askarî (P) aparentemente al repartir la herencia del Imâm entre la madre y el hermano de este Inmaculado trató de mostrar que el Imâm Al-‘Askarî (P) no tenía hijos, para de esta forma los shiíes perdiesen las esperanzas de un siguiente Imâm. En secreto mandó a sus comisionados para que buscaran en todas partes que en caso de que encontrasen a un niño lo tomaran preso. Los comisionados del Califa provocaron gran presión en la familia del Imâm, sin embargo, no pudieron encontrar a el Imâm Al-Qâ’im el Reformador (P) y Dios Todopoderoso lo protegió de los engaños de los tiranos. Y a pesar de que el Imâm Huÿÿat Ibn Al-Hasan Al-Mahdî(P) para estar protegido de los atropellos de los opresores, evitó tener contacto directo con la gente y presentarse en persona ante la sociedad y por orden divina se ocultó, sin embargo, los shiíes y los compañeros cercanos del Imâm Al-‘Askarî (P), que repetidas veces habían visto al Imâm Al-Qâ’im(P) cuando era un infante tenían la seguridad de su existencia y cuando el Imâm Hasan Al-‘Askarî (P) falleció, el Imâm Al-Qâ’im (P) se presentó en el patio de la casa del Imâm e hizo a un lado a su tío Ÿa‘far que quería realizar la oración de muerto para el Imâm Al-‘Askarî (P), entonces él mismo la realizó.
    Durante todo el Ocultamiento Menor también los shiíes mantuvieron contacto con éste Inmaculado por medio de los “representantes especiales” del Imâm, y también el Imâm a través de sus representantes respondía a las preguntas de los shiíes, y numerosos prodigios y milagros fueron realizados por estos sus representantes que día a día incrementaban el poder de sus creencias y seguridad de sus amantes, y nosotros si Dios quiere, en el siguiente libro hablaremos respecto a la vida del duodécimo de los Inmaculados Imâmes.

    BIBLIOGRAFÍA
    1. “Al-Fusûl Al-Muhimmah” escrito por Ibn Sabâg Mâlikî, f. el año 855 H.L./1452 d.C., impreso en Najaf.
    2. “Anwâr Al-Bahiîîah” escrito por el difunto Haÿÿ Shaîj ‘Abbas Muhadiz Qomî, f. el año 1359 H.L./1942 d.C.,, impreso en Meshed.
    3. “Bihâr Al-Anwâr”, escrito por Al.lâmah Muhammad Bâqir Maÿlisî, f. el año 1111 H.L./1700 d.C., impreso en Teherán.
    4. “Ihqâq Al-Haq”, escrito por Qâdzî Nûral.lahî Tustarî, martirizado el año 1019 H.L./1611 d.C.,, impreso en Teherán.
    5. “Ijtîâr Ma‘rifat Ar-Riÿâl” conocido como (Riÿâl Kushî) escrito por el Shaîj At-Tûsî, f. el año 460 H.L./1068 d.C., impreso en la Universidad de Meshed.
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    7. “Kamâl Ad Dîn”, escrito por el Shaîj As-Sadûq, f. el año 381 H.L./991 d.C., impresión Ajûndî.
    8. “Kashful Gummah fi Ma‘rifat Al-A‘imah” escrito por ‘Alî Ibn ‘Isâ Al-Arbilî, f. el año 687 H.L./1289 d.C., impreso en Tabriz.
    9. “Manâqìb âli Abî Tâlib” escrito por Muhammad Ibn ‘Alî Ibn Shahrâshûb Mâzândarânî, f. el año 588 H.L./1191 d.C., impreso en Najaf.
    10. “Muhaÿÿul Da‘wât” escrito por Saîîed Radzî Ibn Tâwûs, f. el año 664 H.L./1267 d.C., impreso en Irán.
    11. “Muntahâ Al-Âmâl” escrito por el Shaîj ‘Abbâs Qomî, f. el año 1359 H.L./1941 d.C.
    12. “Muqâtil At Tâlibîn”, escrito por Abî Al-Faraÿ Isfâhânî, f. el año 356 H.L./968 d.C., impreso en Egipto.
    13. “Murawwiÿ adh Dhahab” escrito por Mas‘ûdî, f. el año 346 H.L./957 d.C., impreso en Beirut.
    14. “Nûr Al-Absâr” escrito por Shablanÿî, que fue uno de los sabios del siglo XIII H.L., impreso en Egipto.
    15. “Qâmûs Ar-Riÿâl”, escrito por Shaîj Muhammad Taqî Tustarî, impreso en Teherán.
    16. “Tanqih Al-Maqâl” escrito por Maûlâ ‘Abdul.lah Mâmiqânî, f. el año 1351 H.L./1933 d.C., impreso en Teherán.
    17. “Tatimmih Al-Mujtasar fi Ajbâr Al-Bashar”, (Târîj Ibn Al-Wirdî) escrito por Zaînud Dîn ‘Umar Ibn Wirdî, f. el año 749 H.L./1349 d.C., impreso en Beirut.
    18. “Tatimmih Al-Muntahâ” Shaîj ‘Abbâs Qomî, f. el año 1359 H.L./1942 d.C.
    19. “Usûl Al-Kâfî”, escrito por Shaîj Al-Kulaînî, f. el año 329 H.L./940 d.C., impresión Ajûndî.
    20. “I‘lâmul Warâ”, Tabarsî, escrito por Amîn Al-Islâm Abû ‘Alî Fadl Ibn Hasan Tabarsî, fallecido en el siglo VI H.L., impreso en Najaf.
    Y otros libros…

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    Cuando aparece el nombre del Mensajero del Islam o uno de sus títulos, a continuación se ha escrito (BP), que es la abreviatura de: La Bendición y la Paz sean con él y su descendencia.
    Cuando aparece el nombre de uno de los miembros de la Casa Profética (Ahlul-Baît) se ha escrito (P), abreviatura de: La Paz sea con él o ellos.

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