El estatus de la mujer en el Islam es una cuestión pertinente de nuestros tiempos; esto debido a la divergencia de prácticas culturales en el mundo Musulmán desde la perspectiva Islámica-como la percepción errónea en Occidente de que Islam oprime a las mujeres.
Si se hace un estudio objetivo y comparativo de las fuentes originales del Islam con la posición de las mujeres en la era preislámica, podremos observar que para las mujeres el Islam es una bendición especial.
“Antes del Islam,” escriben los autores del Atlas Cultural del Islam, “una mujer era considerada por sus padres como una amenaza al honor de la familia y de ahí la razón de ser enterrada viva en la primera infancia. Como un adulto, ella era un objeto sexual que podría ser comprado, vendido y heredado. De esta posición de inferioridad y la incapacidad legal, el Islam elevó a la mujer a una posición de influencia y prestigio en la familia y la sociedad. “
Los derechos y responsabilidades de las mujeres son iguales a la de los hombres, pero no son necesaria- mente idénticos. Esta diferencia se entiende porque los hombres y las mujeres son diferentes psicológica y físicamente. Con esta distinción en mente, no existe, para un musulmán, la posibilidad de imaginar que las mujeres son inferiores a los hombres. Aunque quizás seria más apropiado referirse a las relaciones de género, como una “de equidad” en lugar de la palabra comúnmente usada “la igual- dad”, que podría ser entendida erróneamente al significar la igualdad en cada aspecto de vida y no la igualdad total.
EL ASPECTO ESPIRITUAL
El sagrado texto del Glorioso Qur’an y la historia de los primeros musulmanes son testigos de que las mujeres son consideradas como algo vital para la vida de los hombres. El Islam refuta la idea que Eva tentó a Adán, para desobedecer a Dios y haber causado su desgracia. El Qur’an dice que ambos desobedecieron y niega la idea que las mujeres son una fuente del mal. En un mundo donde las mujeres no eran más que objetos de gratificación sexual para los hombres y donde los círculos religiosos discutían acerca de que si las mujeres eran humanas o almas poseídas; el Islam proclamó:
¡Hombres! Os hemos creado de un varón y de una hembra
[Qur’an 49:13]
¡Hombres! ¡Temed a vuestro Señor, Que os ha creado de una sola persona, de la que ha creado a su cónyuge, y de los que ha diseminado un gran número de hombres y de mujeres! ¡Temed a Dios, en Cuyo
nombre os pedís cosas, y respetad la consanguinidad! Dios siempre os observa. [Qur’an 4:1]
Hombres y mujeres son de la misma familia, por lo tanto tienen los mismos derechos y deberes, y su Señor les promete en el Glorioso Qur’an:
«No dejaré que se pierda obra de ninguno de vosotros, lo mismo si es varón que si es hembra, que habéis salido los unos de los otros [Qur’an 3:195]
Así, en la tradición Islámica, una mujer tiene una identidad independiente. Ella es un ser responsable de su propios derechos y lleva la carga de sus obligaciones morales y espirituales.
EL ASPECTO SOCIAL
Las mujeres tienen derechos, así como los hombres, para la educación. Alrededor de hace 14 siglos, el Profeta Muhammad (pbef) declaró que la búsqueda del conocimiento le corresponde tanto al hombre como a la mujer. Esta declaración fue muy clara y en gran parte fue puesta en práctica por musulmanes en todas partes de la historia.
El Islam elevó la posición de las mujeres en la sociedad y las trató de igual manera que a los hombres, y en algunos casos, como por ejemplo a las madres, claramente se les dio precedencia sobre los hombres. De esta manera cuando el Profeta Muhammad (pbef) fue cuestionado: “¿Quien tiene el mayor derecho para ser tratado amablemente por mi? El Profeta (pbef) respondió: “ Tu madre”, el hombre preguntó: “¿Y después quien? El Profeta (pbef) dijo: “Tu madre”. El hombre preguntó nuevamente “¿Después quien? El Profeta (pbef) dijo: “Tu madre”. El hombre preguntó por cuarta vez, ¿Después quien? El Profeta (pbef) respondió: “Tu padre” .
En otra ocasión, cuando un hombre se acercó al Profeta (pbef), y le expresó su deseo para unirse a la expedición militar, el Profeta (pbef) le preguntó si tenía madre. Cuando él hombre le contestó que sí tenía, el Profeta (pbef) le aconsejó, “Permanece con ella, pues el paraíso está a sus pies” Como hijas, las mujeres tienen el derecho de ser tratadas justa y equitativamente por sus padres. El Profeta (pbef) favorecía a aquellos quienes no insultaban a sus hijas o ponían a sus hijos por encima de ellas.
Una mujer tiene el derecho de aceptar y rechazar propuestas matrimoniales, y su consentimiento es un prerrequisito para validar el contrato matrimonial. Un matrimonio se basa en la paz mutua, amor y compasión.
El Dr. Yamal Badawi, un profesor islámico canadiense, puntualiza en su libro La Equidad de Género en el Islam:
“El marido es responsable de la manutención, la protección y el liderazgo general de la familia dentro de un sistema de la consulta y la bondad. La mutualidad y el complementarse como esposo y esposa no significa “subordinación” por cualquier partido al otro, El Profeta Muhammad (pbef) ayudó en los quehaceres domésticos, aunque las responsabilidades y los asuntos que el encaró en la comunidad eran inmensos”.