Al-Murâÿa‘ât

Salim Al-Bishri Abdul Husain Sharafudin

(Las Referencias)
POR EL SEÎIED ‘ABDUL HUSAIN SHARAFUDDÎN
TRADUCIDO DEL ÁRABE POR: SHEIJ FEISAL MORHELL

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Introducción:

El libro “Al-Muraya‘ât” está conformado por una serie de cartas que, en la forma de preguntas y respuestas, busca explicar, justificar y sustentar la razón de ser del Shiísmo. El sabio Sunni, el Sheij Salim Al-Bishri, Director de la Universidad de Al-Azhar de El Cairo a principios del siglo XX, inició la discusión, no en la forma de un debate animoso, sino más bien por un vivo deseo de investigar y comprender el punto de vista Shî‘ah.
El Sheij Al-Bishri dirigió sus preguntas a un eminente sabio de la época, el Seiied ‘Abdul-Husain Sharafud-Din Yabal ‘Amili (de la parte sur de Líbano), quien visitó Egipto en 1911-12 (1329-30 de la Hégira) y estuvo en contacto con él. El Sheij se impresionó profundamente por lo franco, abierto, razonable y sabio del Seiied.

El Seiied, que era un hombre de disposición y acción, estaba deseoso por una pregunta que abriera la discusión y le proporcionara una oportunidad para revelar todo su atesorado conocimiento.
De esta manera, comienza la correspondencia. El Seiied no escatima esmero para responder a cada pregunta cualquiera sea, disipando dudas y desenmascarando ideas falsas. El citó autores para cada principio de la creencia Shî‘ah, dando capítulos y versículos del Corán, y citó las interpretaciones de los grandes comentaristas sunnitas como Fajrud Din Ar-Razi, Baidawi y Zamajshari.

Luego él apoyó su afirmación sobre las bases de tradiciones aceptadas universalmente por las diferentes escuelas sunnas como Sahîh Al-Bujârî, Sahîh Muslim, Sunan Abû Dawûd, Yâmi‘ At-Tirmidhî, As-Sawâ‘iq Al- Muhriqah y otros numerosos autores sunnis. El Sheij agradeció todas estas cartas, lo estimuló para que escribiera más, y cada vez que era necesario, señalaba alguna omisión que permanecía. El Seiied inmediatamente procedía a clarificar las dudas.
Este intercambio de cartas continuó por tres años y medio, al final de los cuales el Sheij alabó y agradeció a su amigo y admitió que las cosas se le habían esclarecido respecto a la Shî‘ah.
El propósito de estos dos hombres sabios, como ellos expresamente lo manifestaron en su correspondencia, no fue exhibir sus poderes dialécticos o su conocimiento sobre el Corán yla Sunnah con el fin de tomar ventaja de la debilidad de la otra parte, sino más bien fue para aventurarse en la búsqueda de la verdad y sus evidencias fundamentales con serenidad y reunir las pruebas necesarias para tal lógica.

Después de que la correspondencia fue completada, el Seiied, con el permiso del Sheij, las publicó finamente, bajo el título de Al-Muraya‘ât en 1936/1355 H., y el libro ha sido reimpreso varias veces desde entonces.
Al-Muraya‘ât causó un fuerte impacto entre los sabios Musulmanes. Así, una nueva generación de eminentes sabios emergieron en Egipto, Irak e Irán, quienes requirieron a las diferentes escuelas de pensamiento en el Islam unirse más estrechamente. Ellos formaron una organización para servir a este propósito en Egipto conocida como Dâr At-Taqrîb (La Morada del Acercamiento y la Comprensión). Como resultado de esta
asociación, el Director de Al-Az·har, el fallecido Sheij Mahmud Shaltut, emitió un dictamen (fatwah) en 1959 que reconocía a la escuela de pensamiento Shî‘ah Iznâ ‘Ashrî (shiíta duodecimana) como una escuela de pensamiento aceptable en el Islam. De acuerdo a su fatwah los musulmanes Sunnis pueden practicar el Islam de acuerdo a las enseñanzas de ésta como con cualquier otra escuela de jurisprudencia entre los Sunnis.
Al-Muraya‘ât es un caudal de información para el buscador de la Verdad. No obstante, debemos tener presente que estas son cartas que fueron intercambiadas entre dos sabios que probablemente dan por entendidas cosas que una persona común debería estudiar detalladamente para comprenderlas. Para aquellos que aspiren buscar cualquier punto en particular de manera más amplia, el libro está lleno de referencias exactas y detalladas en la forma de notas al pie, escritas mayormente por el mismo Seiied. Las referencias en su mayor parte son de los libros reconocidos como auténticos por la escuela de pensamiento Sunni.
Es nuestro ferviente deseo que aquellos que verdaderamente deseen comprender las realidades del Islam analizando objetivamente las diferentes escuelas y tendencias, sigan esta correspondencia con una mente abierta, un corazón sincero, y un genuino deseo de buscar la Verdad.

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Al-Murâÿa‘ât(LasReferencias)
Cartas I y II

Carta No1
1. Saludo del debatiente
2. Solicitud de conformidad para debatir
La Paz, la Misericordia y las Bendiciones de Allah sean con el noble sabio Sheij ‘Abdul Husain Sharafuddin Al-Musawi.

En el pasado yo no he indagado en profundidad acerca de la Shî‘ah, ni he examinado su moral, ya que no me he reunido con ninguno de ellos, ni he escudriñado a sus dirigentes. Yo estaba ansioso por encontrarme con sus mayores sabios y mis miembros estaban sedientos de hallarse en compañía de su gente común, para así estudiar sus opiniones e indagar sobre sus pasiones, hasta que Allah dispuso que me detuviera en las costas de tu amplio conocimiento y me brindaras un sorbo de una copa de tu fuente, de forma tal que Allah mitigó mi sed. Juro por la ciudad del conocimiento -tu abuelo Al-Mustafâ- y por su puerta -tu padre Al-Murtadâ-, que yo nunca antes había

probado sorbo más saciador para un sediento que esa agua dulce y refrescante proveniente de salsabîl (agua del Paraíso que en exégesis del Corán y tradiciones se la relaciona con los puros de la familia del Profeta).
Yo había escuchado acerca de ustedes -comunidad de la Shî‘ah- que se apartan de vuestros hermanos -la gente de la Sunnah-, que viven en forma salvaje, que se empecinan en el aislamiento, y muchas otras cosas por el estilo. Pero he encontrado en ti a una persona transparente, a un preciso polemista, conciso en la expresión, refinado en la conversación, cortés e imparcial en el argumento, de un trato digno, y un antagonista sincero, que hace sentir que un Shî‘ah es agradable como compañero y que como tal es lo más que puede desear una persona culta.
2- Yo me detengo ante las costas de tu vasto y profundo mar, y solicito tu conformidad para adentrarme en sus olas y sumergirme en su abundancia. Si es que me das tu permiso expondría detalles y ambigüedades que se han tejido en mi corazón desde hace ya mucho tiempo; en caso contrario, tuya es la elección y yo no soy de aquellos que tomarían eso como un tropiezo, ni soy de los que persiguen para buscar defectos, ni alguien que critica gratuitamente. Yo sólo soy un buscador de la Verdad, la cual si se evidencia, entonces, “Ciertamente, la Verdad es la que merece ser seguida”, y si no llegara a ser así, entonces como dice el poema:
Nosotros, de aquello que tenemos, estamos satisfechos y tú lo estas de lo que tienes
mientras las opiniones son variadas
En conclusión -si es que me lo permites- la correspondencia que te dirigiría sería referente a dos temas: el primero de ellos sobre el Imamato y la aceptación para seguir una escuela de pensamiento en principios y en jurisprudencia, y en segundo lugar sobre el Imamato en su concepción general, que es la Jilâfah o sucesión del Profeta de Allah (s.a.w.).
Yo firmaré mis cartas como “S” y te sugiero que firmes las tuyas como “SH”.[1] Espero que me disculpes cualquier error.
Was Salâm S.

Carta No2
1. Respuesta al saludo
2. Aprobación para el debate
1- La paz, la Misericordia de Allah y Sus Bendiciones sean con Maulana Sheij Al-Islam.

Mediante tu carta me has colmado de afectuosidad y me has favorecido de tal forma que mi agradecimiento es imposible de expresar, ya que hay algunas obligaciones que para cumplirlas no alcanza toda una vida.
Me has infundido el anhelo por tu compañía y por esperarte (en tus cartas), ya que tú eres la qiblah (orientación) de quien espera la compañía de un sabio y un refugio para quien espera el amparo del conocimiento. Desde Siria me he montado al lomo de la esperanza para dirigirme en mi anhelo hacia ti, deteniéndome en la explanada de tu acogimiento después de partir hacia el saber, nutriéndome de tu conocimiento y exponiéndome a la lluvia de tus virtudes. Es de esta manera que me dirijo hacia ti. ¡Responde a mi aspiración que es fuerte el anhelo!
Tienes mi autorización para el diálogo, y tuya es la decisión para lo que quieras ordenar o denegar. Pregunta todo lo que quieras y di todo lo que quieras decir. Tuya es la virtud puesto que tus palabras están llenas de integridad y tus juicios son justos.
Was Salâm,
Sh.
[1] Esta carta muestra su perfecta etiqueta en el debate, ya que no solicita conformidad para debatir hasta no exponer el tema sobre el cual giraría la discusión. También es evidente el motivo de su sugerencia de las letras “S” y “SH” ya que la “S” hace alusión tanto a su nombre Salim como a su condición de Sunnita y la “SH” se refiere tanto a mi nombre (Sharafuddin) como a mi condición de Shi‘ah.

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Al-Murâÿa‘ât(LasReferencias)
Cartas I y II

Carta No3
1- ¿Por qué los Shî‘as no adoptan las Escuelas de la Mayoría?
2- La necesidad de la Unidad
3- No se armonizarán las cosas sino mediante la adopción de las Escuelas de la Mayoría.

1- Yo te pregunto ahora la razón por la cual ustedes, los Shî‘as, no siguen las escuelas de la mayoría de los Musulmanes, o sea, la escuela Ash’arita[1] en cuanto a principios doctrinales y alguna de las cuatro escuelas de los Imames Abû Hanîfah, Ash-Shâfi‘î, Mâlik y Ahmad
ibn Hanbal, en cuanto a jurisprudencia y normas del Islam, ya que es esto lo profesado por nuestros respetables ancestros en el pasado, quienes las han juzgado como las más precisas y virtuosas. Ellos han concordado en la competencia jurídica y devocional de las mismas para cualquier tiempo y lugar, y han sido unánimes en juzgar la idoneidad,Iÿtihâd, piedad, santidad, abstinencia, pureza de carácter y capacidades prácticas y teóricas de los fundadores de las escuelas antes mencionadas.
2- Cuan necesario es para todos nosotros estar unidos, lo cual se realizaría si ustedes adoptaran las escuelas mencionadas siguiendo la opinión islámica general, sobre todo en estos tiempos, en que los enemigos del Islam han dispuesto sus fuerzas en nuestra contra, decididos a injuriarnos, y están utilizando todo su poder de dialéctica, pensamiento y sentimientos contra nosotros. Los musulmanes por otro lado, están profundamente sumergidos en el descuido y el adormecimiento e indirectamente están ayudando a los enemigos al desgarrar su
unión mediante el partidismo y el fanatismo, y su separación en grupos que se declaran desviados unos a otros y se desentienden entre sí. De esta manera, los lobos se nos han abalanzado y los perros nos codician.
3- ¿Acaso ustedes -que Allah los guíe- encuentran otro camino para armonizar las cosas además de aquel que mencionamos? Habla, que serás escuchado y ordena justamente, que serás obedecido.
Was Salâm S.

Carta No4
1. Las razones jurídicas prescriben seguir la Escuela de Ahlul Bait
2. No hay pruebas de que sea obligatorio seguir las escuelas de la mayoría
3. La gente de los tres primeros siglos no conocían dichas escuelas
4. La puerta del Iÿtihâd todavía está abierta
5. Se armonizarían las cosas si la escuela de Ahlul Bait fuera respetada

1- El hecho de que sigamos una escuela que difiera con la de los Ash‘aritas en lo referente a las creencias fundamentales, y a las cuatro escuelas de los juristas sunnis en lo relacionado a las leyes, normas y prácticas, no se debe a ningún sectarismo ni fanatismo, ni tampoco por dudar del Iÿtihâd, justicia, honestidad, escrupulosidad, o del vasto conocimiento de los Imames de esas escuelas, pero las pruebas jurídicas nos han llevado inevitablemente a adoptar la escuela de los Imames de Ahlu Baitin Nubuwah, o sea, la Gente de la Casa del Profeta, la cual es la depositaria del Mensaje y frecuentada por los ángeles, y quien recibió la inspiración y la revelación.
Nosotros nos referimos a ellos en lo relacionado a las normas y creencias de la religión, a los principios y reglas de la jurisprudencia, al conocimiento de la Tradición del Profeta (s.a.w.) y del Libro de Allah, y a las ciencias de la moral y la educación. Hacemos así en base a pruebas y argumentos comprobados, obedeciendo de este modo a la tradición del Señor de los Profetas y Mensajeros, que Allah bendiga a él, a su familia y a todos ellos.
Si se nos presentaran las pruebas en contra de seguir la escuela de Ahlul Bait, o si de alguna forma lográramos convencernos de que se puede realizar una acción con intención de acercarse a Allah, Glorificado Sea, sin que deba ser realizada según esta escuela, entonces seguiríamos los pasos de la mayoría, para enfatizar el pacto de lealtad entre los musulmanes y consolidar la hermandad; pero son las pruebas jurídicas contundentes las que delinean la dirección y actos del creyente, y las que se interponen entre él y aquello que pudiera anhelar.
2- Además de esto, la mayoría no posee ninguna prueba y son incapaces de presentar algún argumento para demostrar algo en algún sentido sobre la validez jurídica de sus escuelas, qué decir sobre la obligatoriedad de seguirlas.
Nosotros hemos analizado las pruebas de los musulmanes desde la óptica del analista que investiga con suma precisión y con profundización, y no hemos encontrado respecto a esas escuelas algún argumento mencionable a su favor más que aquellos que mencionaste de que fueron grandes juristas y hombres honestos y justos.

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Pero tú estás completamente consciente de que la capacidad jurídica, la honestidad, la justicia y la grandeza no se circunscribe a estas cuatro personas solamente. Entonces, ¿cómo puede ser que sean específicamente sus escuelas las obligatorias de seguir?
No pienso que nadie se atreva y pueda sostener que estos cuatro Imames sean, en conocimiento y práctica, superiores a los Imames de Ahlul Bait (a.s.), los puros y santos descendientes del Profeta, el Arca de la Salvación, la Puerta del Arrepentimiento, quienes son una seguridad ante la discrepancia en asuntos de la religión; ya que ellos son los emblemas de la guía, y el tesoro del Mensajero de Allah (s.a.w.), y su legado para su comunidad sobre quienes dijo:
“No tratéis de superarles, ni seáis negligentes a su respecto, pues en tal caso sería fatal para vosotros. No tratéis de enseñarles, pues ellos saben más que vosotros”.
Pero, he ahí la política y lo que ocasionó en los albores mismos del Islam.
Lo que más asombra de lo que dijiste, es sobre que los respetables ancestros, es decir nuestros predecesores -las primeras generaciones de Musulmanes-, adhirieron a esas escuelas y las consideraron como las mejores y más justas, concordando en la competencia jurídica y devocional de las mismas para cualquier tiempo y lugar, como si no supieras que los justos predecesores y las sucesivas generaciones de entre los seguidores de la Familia del Profeta (s.a.w.) -que constituyen esencialmente el cincuenta por ciento de los Musulmanes- se aferraron a los Imames que constituían el tesoro que el Santo Profeta dejó entre nosotros, conjuntamente con el Corán, como una de las dos cosas más preciosas, por lo que se aferraron a ellos; y que estas personas se mantienen en este sendero desde la época de ‘Ali y Fátima (a.s.) hasta los días presentes, mientras que, como es obvio, ni Al-Ash’ari ni ninguno de los Imames de las cuatro escuelas, ni siquiera los padres de éstos, habían nacido aún.
3- ¿A dónde estaban tales escuelas durante los tres primeros siglos? La gente de esa época obviamente no las practicaba en absoluto.
Al-Ash‘arî nació en el año 270 H. y murió en el trescientos treinta y pico; Ibn Hanbal nació en el año 164 H. y murió en el 241 H.; Ash-Shâfi‘î nació en el año 150 H. y murió en el 204 H.; Mâlik nació en el año 95 H. y murió en el 179 H.; y Abû Hanîfah nació en el año 80 H. y murió en el 150 H.
Los Shî‘as, por otra parte, siguen la escuela de los Imames de Ahlul Bait, y la Gente de la
Casa (Ahlul Bait) sabe mucho mejor lo que hay en ella, mientras que los que no seguían a Ahlul Bait (a.s.) actuaban según los ‘Ulamâ (líderes religiosos) de entre los Sahâbah(compañeros del Profeta) y los Tâbi‘în (seguidores de los compañeros). Entonces, ¿qué razón tornó obligatorio seguir a las escuelas de Al-Ash‘arî y los cuatro imames, excluyendo a las demás que estaban vigentes antes? ¿qué razón les hizo apartarse de quienes se equiparan al Libro de Allah, que son el tesoro del Mensajero de Allah (s.a.w.), el Arca de la Salvación de la Comunidad, sus guías y protectores, y la Puerta de la Remisión?
4- ¿Qué es lo que causó que la “puerta del Iÿtihâd” (deducción e interpretación de la ley Islámica) haya sido cerrada para los Musulmanes mientras que en los tres primeros siglos estaba abierta de par en par? Si no es por persistir en la insuficiencia, confiar en la apatía, contentarse con la privación y estar satisfecho con la ignorancia, ¿quién, de otra manera, se complacería en decir -ya sea que lo sienta o no- que Allah, Poderoso e Imponente, no envió al mejor de sus Profetas y Enviados con la mejor de las Religiones (el Islam) y Jurisprudencias
(la Sharî‘ah), ni reveló el mejor de Sus Libros conteniendo las mejores normas, ni perfeccionó Su Religión, ni completó Sus Gracias, ni le enseñó al Mensajero el conocimiento de lo que

sucedió y sucederá, sino tan sólo para que los Imames de esas escuelas se convirtieran en sus exponentes finales en forma exclusiva y monopólica, prohibiéndose acceder a algo de ese conocimiento a través de otros?

¿Es posible que la religión islámica, con su Libro Sagrado y su Tradición, junto al resto de sus pruebas y argumentos, sean tratados como propiedad absoluta e inalienable de estos hombres sabios, sin poder actuar respecto a todo ese gran tesoro a menos que sea según la opinión de esas personas? ¿Acaso ellos eran los herederos de los Profetas?, ¿acaso Allah dispuso a sus personas como sello de los sucesores e Imames?, ¿acaso les inspiró con todo el conocimiento del pasado y del futuro hasta el final del tiempo? ¿O acaso Allah les otorgó más conocimiento que el que se ha de entregar a otros en el mundo? ¡No! Ellos fueron hombres sabios como otros; ellos fueron custodios del conocimiento y maestros de la religión, y nunca un verdadero maestro cierra la puerta del conocimiento o impide a otros aspirar a él. Un sabio no sujeta las riendas del entendimiento y la razón, ni coloca una cubierta sobre los ojos, corazón u oídos de la gente; ni mordazas en sus bocas ni cadenas alrededor de las manos y cuellos, ni grilletes en las piernas. Tal actitud ha sido atribuida falsamente a ellos sólo por quien está mintiendo, y las propias palabras de estas personas, testimonian lo que decimos.
5- Vamos ahora a aquello tan importante sobre lo cual nos llamaste la atención y que es armonizar las cosas entre los musulmanes. Yo opino sobre esto que tal cosa no depende de que los Shî‘as renuncien a su escuela, ni de que los Sunnis abandonen la suya.
Imponer sobre los Shî‘as la renuncia a su escuela sin imponerles similar condición a los otros es una propuesta sin fundamento, como se desprende de lo que expusimos.
Así es, las cosas se armonizarían y los lazos de la unión y la fraternidad serían fortalecidos y se acabarían los desacuerdos, si ustedes respetaran a la escuela de Ahlul Bait (a.s.), y si la reconocieran como una de las escuelas de pensamiento Islámico, a fin de que tanto los Hanafitas, Shafi’itas, Malikitas y Hanbalitas vieran a los seguidores de la familia del Profeta (s.a.w.) con la misma óptica con que lo hacen entre ellos mismos. Es así como se logrará la unidad del Islam.
Las diferencias entre las diversas escuelas de pensamiento Sunni no son menores entre ellas que entre las mismas y la escuela de Ahlul Bait (s.a.w.). Esto es confirmado por los miles de libros de principios y jurisprudencia de ambas partes.
Entonces, ¿por qué ustedes condenan a la Shî‘ah por sus diferencias con las escuelas Sunnas, mientras que los Sunnas no son condenados por discrepar con la Shî‘ah? Ni siquiera lo son por la discrepancia entre ellas mismas.
Si se permite que haya cuatro escuelas de jurisprudencia, ¿qué es lo que impide que puedan ser cinco? ¿Cuál es la razón por la que ustedes piensan que la existencia de cuatro escuelas no rompe la unidad de los musulmanes, pero si hubiera cinco, ésta sería resquebrajada separándose los musulmanes en diferentes grupos?
Ojala cuando me invitaras a la unidad de las escuelas hicieras lo mismo con la gente de las cuatro escuelas de jurisprudencia, ya que sería muy fácil para ustedes sumergir las propias diferencias. ¿Por qué nos particularizas para tal invitación? ¿Acaso crees que los seguidores de Ahlul Bait son una causa que rompe la unidad Islámica, pero que son los que siguen a otros los que son causa de unión de los corazones y de las decisiones, aún discrepando las opiniones entre ellas mismas y teniendo tantas fuentes de conocimiento distintas y tendencias tan diferentes? No creo que tú quieras sugerir tal cosa, ni puedo suponer que nadie que conozca la prescripción coránica de amar a los parientes del Santo Profeta piense de tal manera.
Was Salâm, Sh.
[1] Los seguidores de Abul Hasan al-Ash’ari, 270-320 H., un alumno de Abu ‘Ali Muhammad ibn ‘Abdul Wahhab, apodado Al-Jubbay. Ash’ari abandonó a su tutor y fundó su propia secta que es denominada después de él. Las creencias de los Ash’aritas, brevemente, son las siguientes: (1) El Corán no tuvo creación (ya que es palabra de Allah); (2) La humanidad no es libre de elegir entre lo correcto y lo errado porque todas nuestras acciones están predestinadas; (3) Los atributos de Allah son distintos a Su Esencia. Por medio de la segunda creencia mencionada arriba, los Ash’aritas buscan justificar todos los actos malos de personas tales como Iazid y otros a quienes ellos consideran Califas; de aquí su insistencia en la predestinación y en la posibilidad de que Allah sea injusto.

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Al-Murâÿa‘ât (Las Referencias)
Cartas V y VI

Carta No5
1. Su reconocimiento de los argumentos que expusimos
2. Pedido de pruebas y argumentos más detallados

1- Recibí tu honorable carta, la cual es amplia en sus expresiones, prolija en su composición, minuciosa, y no escatima esfuerzo en clarificar de que:
A) No hay obligación en absoluto de seguir las escuelas de la mayoría en lo referente a principios y jurisprudencia, y en demostrar que:
B) La puerta del Iÿtihâd permanece abierta.
Tu carta contiene fuertes fundamentos sobre estos dos puntos y tu argumentación es correcta respecto a ambos. No puedo negar tu cuidado y eficacia en el análisis de ambas cuestiones y en la dilucidación de las ambigüedades que presentan. Yo no me había ocupado anteriormente de manera puntual al respecto y concuerdo con tu opinión.
2- En respuesta a mi pregunta acerca de la razón por la que ustedes rechazan que se pueda seguir las escuelas de jurisprudencia que han adoptado la mayoría de los musulmanes, tú has respondido que la causa de ello son las pruebas jurídicas contundentes, por lo tanto, ahora debes tratar estas razones detalladamente. ¿Acaso puedes exponer en detalle a partir del Corán y de la Sunnah, esas pruebas jurídicas contundentes que son las que delinean la dirección y actos del creyente, y las que se interponen entre él y aquello que pudiera anhelar?
Gracias.
Was Salâm S.

Carta No5
1. Su reconocimiento de los argumentos que expusimos
2. Pedido de pruebas y argumentos más detallados

Tú eres, Alabado Sea Allah, de entre aquellos a quienes, con la alegoría y la simple alusión, se les vuelve innecesario el detallar, y que con la mera indicación, no necesitan de aclaración y puntualización.
Que Allah no permita que un hombre sabio como tú abrigue alguna duda sobre los veraces y puros descendientes del Santo Profeta, o alguna vacilación en anteponerlos a otros. Su superioridad está bien establecida, se perfeccionaron hasta ser autosuficientes, y se distinguieron de los demás. Ellos obtienen del Mensajero de Allah (s.a.w.) la sabiduría de los Profetas, y es a través suyo que entienden completamente tanto las normas mundanales como las espirituales del Islam.
1- Fue por esta razón que el Santo Profeta los relacionó con el Sagrado Corán, los dispuso como líderes para aquellos dotados de intelecto, como Arca de la Salvación en el tempestuoso mar de la hipocresía, como salvaguarda de la comunidad ante las discrepancia durante las ráfagas de desunión y discordia; como la Puerta de la Remisión donde el que la traspase será perdonado, y como el asidero más firme el cual no puede romperse.

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2- Dijo Amir Al Mu’minîn ‘Alî (a.s.): “¿A dónde vais? ¿A dónde os dirigís? El estandarte de la verdad está enarbolado y sus signos manifiestos; y a pesar de que los faros están erigidos estáis extraviados. ¿A dónde fuisteis llevados? ¿Por qué estáis confundidos cuando entre vosotros está la descendencia de vuestro Profeta (s.a.w.) que son las riendas de la verdad y el estandarte de la religión, que cuando hablan lo hacen verazmente. Disponedles en la mejor posición y concepto en que la que tengáis al Corán. Dirigíos hacia ellos de la forma en que los animales sedientos lo hacen hacia los abrevaderos.

¡Oh gente! Recordad lo dicho por el sello de los Profetas (que Allah le bendiga y otorgue la paz al igual que a su familia): “Quien muere de entre nosotros (Ahlul Bait), en realidad no está muerto; y quien envejece de entre nosotros, en realidad no se vuelve viejo”. Entonces, no digáis aquello que no sepáis, ya que la mayor parte de la verdad está en aquello que desconocéis. Pedid perdón a aquel contra quien no tenéis argumento, que soy yo mismo. ¿Acaso no he actuado con vosotros según el tesoro mayor (el Corán)? ¿No he dejado entre vosotros el tesoro menor (Ahlul Bait) para guiaros? Yo he dispuesto el estandarte de la fe como vuestra referencia…etc.”.[1]

En otra ocasión él dice: “Observad a la Gente de la Casa de vuestro Profeta, aferráos a su dirección y seguid sus huellas, ya que nunca os sacarán del sendero de la guía, ni os dirigirán hacia la destrucción. Haced silencio cuando ellos lo hagan, y cuando se movilicen hacedlo vosotros también. No tratéis de adelantaros a ellos porque os desviaríais, ni os alejéis de ellos porque seríais aniquilados”.[2]

Otra vez (además), dice: “Son quienes dan vida a la ciencia y al conocimiento, y son la muerte de la ignorancia. Su gran paciencia es señal de la profundidad de su conocimiento. Su aspecto manifiesto indica su aspecto oculto y su silencio la prudencia de su lógica. No contradicen la verdad ni discrepan con ella. Son pilares del Islam y el mejor refugio al cual aferrarse. Es por su intermedio que se restablece la verdad y se desarraiga la falsedad, escindiendo su lengua de donde estuviera floreciendo. Comprendieron la religión con la lógica de quien la abarca y practica, y no con la lógica de quien sólo la escucha y la transmite, ya que, ¡cuántos son los que solamente transmiten el conocimiento, y que tan pocos los que lo aplican”.[3]

Además, él dice: “Su descendencia es la mejor de las descendencias, su familia la mejor de las familias y el árbol de su existencia el mejor de los árboles que ha crecido en la santidad y erigido en la dignidad, que tiene altas ramas y frutos inalcanzables…”.[4]
Además, él dice:[5] “…Somos la Familia del Profeta (s.a.w.). Somos sus justos compañeros. Somos los depositarios del Mensaje. Somos la Puerta de la Ciudad del Conocimiento, y ciertamente que no se entra en las casas sino por sus puertas, que quien entra en ellas sin hacerlo por la puerta es llamado ladrón. Respecto a Ahlul Bait han sido reveladas aleyas en su honor. Son tesoros del conocimiento del Misericordiosísimo que cuando hablan lo hacen verazmente y que cuando hacen silencio nadie se les puede anteponer. Aquel que es conductor de su gente debe ser veraz y recurrir a su intelecto”.[6]

Dice en otra de sus disertaciones: “Debéis saber que nunca conoceréis el sendero de la verdad hasta que no conozcáis a quienes lo han abandonado, ni nunca seréis fieles al pacto del Corán hasta que conozcáis a quienes lo han quebrantado, ni nunca os aferraréis a él hasta no conocer a quienes lo han rechazado. Procurad eso de la gente del conocimiento, ya que son éstos los que dan vida al mismo y quienes representan la muerte de la ignorancia. Estos son quienes por sus propios juicios se reconoce su conocimiento, por su silencio su lógica, y por su aspecto manifiesto, el oculto. No contradicen la religión ni discrepan respecto a la misma, la cual es entre ellos un testigo veraz y elocuente en su silencio”.[7]

Hay innumerables dichos de Amir al-Mu’minin respecto a Ahlul Bait, tales como éste: “Es por nosotros que fuisteis guiados en las tinieblas y accedisteis a cimas elevadas. Es por nosotros que entrasteis en la alborada a partir de la oscura noche en que os encontrabais. Ciertamente que es sordo el oído que no escucha la (buena) invocación…”.[8]

También dice: “¡Oh gente! Ilumináos con aquel que es una lámpara, que así como advierte se deja advertir cumpliendo lo que predica, y tomad de esa fuente cristalina y limpia de toda turbiedad…”.[9]

También dice: “Nosotros somos el árbol de la profecía, somos el lugar donde fue depositado el Mensaje, y donde los ángeles frecuentan, somos los tesoros del conocimiento y las fuentes de la sabiduría. Quien es nuestro auxiliador y nos ama, puede esperar la Misericordia (de Allah); y quien es nuestro enemigo y nos odia, puede esperar la maldición y el castigo”.[10]

También dice: “¿A dónde están aquellos que falsamente pretenden ser los imbuidos en la ciencia excluyéndonos tiranamente, siendo que Allah nos elevó y les relegó, que nos otorgó una eminencia de la que les privó, que nos introdujo en Su gracia de la que les excluyó? De esta forma, es a través nuestro que alguien se hace acreedor a la guía y se iluminan aquellos que están ciegos. Ciertamente que los imames de Quraish surgirán de la descendencia de Hashim (hijo de Abdul Muttalib). Esto es algo que sólo es adecuado para ellos, y la autoridad sólo es correcta para ellos”. Dice en el mismo discurso refiriéndose a los desviados: “Prefirieron esta vida mundanal a la otra vida, y rechazaron un agua cristalina eligiendo la putrefacta…”.[11]

También dice: “Ciertamente que quien muere de entre vosotros en su propio lecho, habiendo comprendido adecuadamente la realidad de su Señor, y la de Su Profeta (s.a.w.) y la de Ahlul Bait (a.s.), al irse de este mundo lo habrá hecho con la recompensa de un mártir, correspondiéndole a Allah otorgársela. Se hace acreedor a recompensas incluso por aquellas buenas acciones que tuvo la intención de realizar, equivaliendo esa intención al desenvainar de su espada…”.[12]

Dice en otro lugar: “Nosotros somos los distinguidos. Fuimos designados como lo fueron los profetas. Nuestro grupo es el de los partidarios de Allah, Poderoso e Imponente. El grupo
tirano es el de los partidarios de Satanás. Y quien nos equipara con nuestros enemigos no es de los nuestros…”.[13]

Y el Imam Hasan (a.s.), el nieto del Santo Profeta, dice: “Teme a Allah en relación a tu actitud hacia nosotros, pues nosotros somos tus comandantes”.[14]

El Imam Zainul ‘Abidin, ‘Ali ibn al-Husain (a.s.), solía recitar el siguiente versículo del Sagrado Corán: «¡Oh, creyentes! ¡Temed a Dios y estad junto a los sinceros!» (9:119); luego el decía una súplica prolongada que consistía en muchas súplicas para lograr el más alto grado de veracidad, describiendo la miseria de aquellos que se han enemistado o separado de los Imames, los descendientes del Santo Profeta. El continuaba de la siguiente manera: “…Y otros son negligentes a nuestro respecto. Argumentan con aquello del Corán que es alegórico e interpretándolo según su propio punto de vista, y sospechan de las narraciones del Profeta (s.a.w.) en relación a nosotros… ¡Oh Allah! Entonces, ¿a quién se dirigirán los sucesores de esta comunidad si se desvanecen los estandartes de la religión y la gente se sumerge en los abismos de la desunión y la discrepancia, donde se consideren incrédulos unos a otros? Allah, Elevado Sea, dice: «Y no seáis como aquellos que se dividieron y discreparon después de haberles llegado los claros indicios». Entonces, ¿quien es más confiable para presentar las pruebas y deducir las normas sino quienes están interrelacionados al Corán, quienes son los hijos de los imames de la guía y los faroles en la oscuridad, a los cuales Allah dispuso como pruebas para sus siervos, ya que El nunca dejaría a la Creación sola sin pruebas?, y ¿acaso los reconocerías o encontrarías sino en quienes son las ramas del bendito árbol de la Profecía y su progenie de la cual Allah alejó la impureza y purificó de sobremanera, librándoles de las contrariedades espirituales y prescribiendo la obligatoriedad de amarles en Su Libro?…”.

Estas son literalmente las palabras (reales) del Imam Zainul ‘Âbidîn (a.s.). Encontrarás que en estas palabras y en las de Amir al-Mu’minîn Ali (a.s.), se representa a la escuela de Ahlul Bait (a.s.) con suma claridad. Estas frases constituyen un ejemplo de las palabras de los demás Imames de Ahlul Bait, ya que son todos unánimes en este tema y nuestros libros más confiables están repletos de tradiciones similares que se repiten en todos ellos.

[1] Sermón 90.
[2] Sermón 100.
[3] Sermón 243.
[4] Sermón 97.
[5] Tal como leemos en la pag. 58 del tomo II del Nahÿ al-Balâgah, sermón no 150 (N. del Autor). [6] Nahÿ al-Balâgah, t.2, p.270, ed. Al-Andalûs y p.264 otra edic.
[7] Sermón 150.
[8] Sermón 8.
[9] Sermón 108.
[10] Sermón 112.
[11] Sermón 147.
[12] Sermón 195
[13] Hadîz narrado por muchos sabios, entre ellos Ibn Haÿar en As-Sawâ‘iq / P.142.
[14] As-Sawâ‘iq al-Muhriqah, de Ibn Haÿar, p. 34, al final del capítulo en el testamento del Santo Profeta.

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Al-Murâÿa‘ât (Las Referencias)
Cartas VII y VIII

Carta No7
1. Pedido de evidencias fundamentadas en el Corán y en los Dichos del Profeta
2. Argumentar en base a los Dichos de Ahlul Bait constituye un círculo vicioso

1- Dame alguna prueba clara fundamentada en el Libro de Allah y en los dichos de Su
Mensajero (s.a.w.) que testimonie la obligación de seguir a los Imames de Ahlul Bait y no a otros. Excluye todas las cosas dejando sólo al Corán y a los dichos del Santo Profeta (s.a.w.).
2- Los dichos de tus propios Imames no pueden ser usados como prueba para sus antagonistas. Como puedes entender, tal argumentación en este caso constituye un círculo vicioso ya que es sólo fundamento para vosotros mismos.
Was Salâm,
S.

Carta No8
1. Defecto para apreciar mi carta anterior
2. El error de que necesariamente se produce un círculo vicioso
3. La Tradición de las “Dos Cosas más Preciosas”
4. La gran cantidad de cadenas de transmisión aceptadas universalmente
5. El extravío de quien no se aferra a la pura Descendencia del Mensajero (s.a.w.)
6. Ellos representan al Arca de Noé, la Puerta de la Remisión y la seguridad ante la
discrepancia sobre Religión
7. ¿Cuál es aquí el significado de “Ahlul Bait”?
8. La razón de la similitud del Arca de Noé y la Puerta del Arrepentimiento

1- Yo no he omitido los dichos del Profeta (s.a.w.), en realidad, los mencioné al
comienzo de mi carta donde en forma muy clara indican que es obligatorio seguir sólo a los Imames de entre Ahlul Bait y a nadie más. Esto es al manifestar en mi carta que el Santo Profeta los ha relacionado estrechamente con el Corán, y los dispuso como los líderes para aquellos dotados de intelecto, como el Arca de la Salvación, como seguridad para los Musulmanes y como la Puerta de la Remisión, en referencia a lo transmitido del Santo Profeta que contiene estas narraciones confiables y textos evidentes que pueden ser encontrados en la mayoría de los libros de tradiciones.
También he mencionado que tú eres de entre aquellos a quien con la alegoría y la simple alusión se le vuelve innecesario el detallamiento y que con la mera indicación no necesita de aclaración y la puntualización.
2- Entonces, las palabras de nuestros Imames son correctas -juzgando de acuerdo a lo que indicamos- para ser dispuestas como prueba aún para sus antagonistas y no sólo para nosotros mismos. La argumentación por su intermedio, como puedes entender, no constituye entonces en este caso un círculo vicioso.
3- Ahora procedo a exponer detalladamente aquellos dichos del Santo Profeta (s.a.w.) a los cuales hice alusión.
El Santo Profeta dijo clara y públicamente clamando entre los ignorantes y descuidados:“¡Oh gente! Dejo entre vosotros aquello que si lo seguís no os extraviaréis: el Libro de Allah y mi descendencia, la Gente de mi Casa (Ahlul Bait)”.[1]
También dijo (s.a.w.): “Dejo entre vosotros aquello a lo cual si os aferráis no os desviaréis después de mí: el Libro de Allah, el cuál es un cordel que se extiende desde el cielo hacia la tierra, y mi descendencia, la Gente de mi Casa (Ahlul Bait). Ciertamente que no se separarán uno del otro hasta que retornen a mí en el Haud (la Fuente del Paraíso). Así que observad como tratáis a ambos en mi ausencia”.[2]
También dijo: “Dejo entre vosotros dos sucesores (jalifatain): el Libro de Allah, el cual es un cordel que se extiende entre lo que hay en los cielos y la tierra (o “lo que hay entre los cielos hacia la tierra”), y mi descendencia, Ahlul Bait; y estos dos nunca se separarán uno del otro hasta que vuelvan a mí en la Fuente (Haud)”.[3]
También dijo: “Dejo entre vosotros las Dos Cosas Preciosas (Zaqalain): El Libro de Allah y la Gente de mi Casa (Ahlu Baiti). Por cierto que ambas no se separarán hasta que vuelvan a mí en la Fuente”.[4]
También dijo: “Se acerca el momento en que yo sea llamado y deba responder, pero dejo entre vosotros Dos Cosas Preciosas, el Libro de Allah, Poderoso e Imponente, y mi Descendencia. El Libro de Allah es como un cordel que se extiende desde el cielo hacia la tierra, y mi descendencia es la Gente de mi Casa (Ahlu Baiti). Por cierto que el Benevolente, el Informado, me ha anoticiado que ambos nunca se separarán hasta que vuelvan a mí en la Fuente. Así que observad cómo los tratáis después en mi ausencia”.[5]

Cuando el Santo Profeta estaba regresando (a Medina) de la Peregrinación de Despedida y llegó a Gadir Jum, se detuvo allí y dijo: “Es como si ya hubiera sido convocado y estuviera respondiendo, pero estoy dejando entre vosotros Dos Cosas Preciosas, una de las cuales es más grande que la otra. Ellas son el Libro de Allah, Elevado Sea, y mi Descendencia. Así que observad cómo los tratáis en mi ausencia, ya que ambos nunca se separarán el uno del otro hasta que vuelvan a mí en la Fuente”.

Luego continuó: “Allah, Poderoso e Imponente, es mi Maulá (Señor), y yo soy el Maulá de todo creyente verdadero”.
Luego, tomo la mano de ‘Ali dijo: “De quien yo fuera su Maulá, este es su Walí (soberano). ¡Dios mío, sé amigo de quien sea su amigo y enemigo de quien le odie!…” (continuando el hadîz el cual es extenso).[6]

‘Abdullah ibn Hantab narró que: el Mensajero de Allah nos dirigió la palabra en una Jutbah o disertación que ofreció en Yuhfah, diciendo: “¿Acaso yo no tengo autoridad sobre vosotros más que vosotros mismos?” Todos ellos dijeron: “Sí, por supuesto”. Luego él dijo: “Yo os responsabilizaré de dos cosas: el Libro de Allah y mi Descendencia”.[7]

4- Las narraciones clasificadas como confiables que dictaminan la obligatoriedad de aferrarse al Zaqalain son numerosas y con muchas cadenas de transmisión que se refieren a más de veinte y pico de compañeros donde todas se corroboran entre sí.
El Santo Profeta (s.a.w.) las manifestó públicamente en numerosas oportunidades; entre ellas: una vez en Gadir Jum, como ya lo expuse; otra vez en el día de ‘Arafat durante Huyyatul Wada’ (la Peregrinación de Despedida); otra vez a su regreso de Ta’if, otra en Medina

desde el Mimbar o púlpito en la mezquita; y también mientras él estaba postrado en su lecho de muerte donde la habitación estaba atestada de sus compañeros cuando dijo:

“¡Oh gente! Se acerca el momento en que mi alma sea tomada y yo sea llevado. Si bien ya os lo he dicho, como disculpa para vosotros ¿acaso no os he dicho que pronto partiré de aquí, mas dejo entre vosotros el Libro de Allah, Poderoso e Imponente, y mi Descendencia, Ahlul Bait?”.
Luego él alzó la mano de Ali y dijo: “¡Mirad, este es ‘Ali!; él está con el Corán y el Corán está con él. Nunca se separarán el uno del otro hasta que regresen a mí enla Fuente del Paraíso (Haud)”.[8]

Un gran grupo de distinguidas personas pertenecientes a lo que se da en llamar la ‘mayoría’ (Yumhûr) de los musulmanes y consideradas entre las más sabias, ha reconocido ésto. Incluso Ibn Haÿar, cuando trata el Hadîz Az-Zaqalain (la tradición de las Dos Cosas Preciosas), comenta sobre ello diciendo: “La Tradición que expresa que hay que aferrarse a esas dos cosas, tiene numerosas cadenas de transmisión y la han narrado más de veinte discípulos”. Luego, continúa: “La Tradición ha sido transmitida a través de varias fuentes todas similares entre sí. Algunas de esas fuentes transmiten que el Profeta (s.a.w.) expresó esas palabras durante Haÿÿat al-Wadâ’ (la Peregrinación de Despedida), otras, como que ellas fueron pronunciadas en Medina mientras él estaba postrado en su lecho de muerte y estando la habitación atestada de sus discípulos; otras dicen que él las pronunció en Ghadir Jum, y otras que lo hizo al regreso de Ta’if”. El agrega: “Estas narraciones no se contradicen, ya que es muy posible que, por la importancia y grandeza del Sagrado Corán y de la pura Descendencia, el Santo Profeta haya repetido tales palabras en todas estas ocasiones…”.[9]

Teniendo en cuenta que los puros Imames de Ahlul Bait se consideran ante Allah y Su Profeta (S.A.W.) como el mismo Sagrado Corán, entonces, al igual que éste “no les alcanza en absoluto la falsedad”.

Esto es suficiente prueba para que los musulmanes entiendan que deben actuar según su escuela, ya que considerando que ningún musulmán preferiría ningún otro libro al Corán, entonces lo mismo debe ocurrir con quienes son sus símiles en autoridad.
5- El significado de las palabras que dicen: “Por cierto que dejo entre vosotros aquello a lo cual si os aferráis no os extraviaréis: el Libro de Allah y mi Descendencia”, como es obvio, significa el extravío de quien no se aferre a ambas cosas, y esto es enfatizado por las palabras del Hadiz de Zaqalain como lo narra At-Tabarânî que expresan: “no tratéis de superarles ni seáis negligentes a su respecto porque estaríais en la perdición; ni tratéis de enseñarles, pues son más sabios que vosotros”.

Dice Ibn Haÿar: “Las palabras del Santo Profeta (s.a.w.) que dicen: “no tratéis de superarles ni seáis negligentes a su respecto porque estaríais en la perdición; ni tratéis de enseñarles pues son más sabios que vosotros”, son un claro indicio de que quien de entre ellos se hace acreedor a altos estado espirituales y se capacita para las obligaciones religiosas es superior a los demás…”.[10]

6- Entre aquello que compele a todo Musulmán a seguir a Ahlul Bait y que hace que el creyente deba referirse a ellos en los asuntos de la religión, están las palabras del Santo Profeta (s.a.w.) que expresan: “¿Acaso la Gente de mi Casa (Ahlul Bait) no son en relación a vosotros como el Arca de Noé, quien se embarca en ella se salva y quien se aleja de la misma se ahoga?”.[11]

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Otra tradición nos cuenta que el Santo Profeta (s.a.w.) dijo: “El ejemplo de la Gente de mi Casa entre vosotros es como el del Arca de Noé, quien se embarca en ella se salva y quien se aleja de ella se ahoga. El ejemplo de la Gente de mi Casa entre vosotros es como el de la Puerta de la Remisión de los hijos de Israel, quien entra por ella es perdonado”.[12]

También dijo (s.a.w.): “Las estrellas protegen a los habitantes de la tierra de ahogarse, y mi Ahlul Bait son los protectores de mi comunidad contra la discordia (en los asuntos de la religión). Por lo tanto, si un grupo de entre los Arabes se opone a Ahlul Bait (en lo referente a los Mandatos de Allah, Poderoso e Imponente), se habrá dividido y se habrá convertido en partidario de Satanás”.[13]

Este es el propósito que en un amplio sentido impone a la comunidad islámica aferrárseles y a no oponérseles. No puedo imaginar que haya entre los idiomas de la humanidad palabras más indicadoras al respecto que estos hadices.

7- El significado de Ahlul Bait aquí es su conjunto en el sentido de la totalidad de los que tienen la condición de Imames, y no todos y cada uno de ellos, ya que tal posición sólo la poseen aquellos que son las pruebas de Allah sobre la tierra y quienes son distinguidos por El en forma especial al ser Sus legítimos delegados. Esto se extrae tanto en base al juicio del intelecto como a lo correctamente transmitido. Muchos de entre los más sabios de entre las escuelas de la mayoría reconocen esto.

Por ejemplo, Ibn Haÿar escribe en su As-Sawâ’iq al-Muhriqah: “Probablemente el término Ahlul Bait se refiere a quienes el Santo Profeta ha designado como seguridad para la comunidad ante la discrepancia, los sabios entre ellos, pues aquellos a través de los cuales se obtiene la guía, se puede decir que, son como estrellas; aquellos que cuando ya no estén, les llegue a la gente de la Tierra los signos que le fueron prometidos (es decir, el Día de la Resurrección)”. Luego continúa: “Esto sucederá cuando reaparezca Al-Mahdi, como fue mencionado en las tradiciones, y el Profeta Jesús rece detrás de él, y sea muerto el Daÿÿâl (Anticristo) en su tiempo. Entonces los signos del Todopoderoso aparecerán uno después de otro…”.[14]

En otro lugar Ibn Haÿar escribe: “Se le preguntó al Santo Profeta: ¿Cuánto permanecerá la gente después de Ahlul Bait?, y él respondió: “Permanecerá tanto como un asno cuya espina dorsal está fracturada”.[15]

8- Tu puedes comprender que el significado de su comparación con el Arca de Noé, es que quien se refugia en ellos en lo que a religión respecta, y adopta las normas y principios de los rectos Imames, se salva del castigo del fuego infernal, y que quien se aleja de ellos es como quien en el día del diluvio se dirigió a buscar refugio en la montaña para verse a salvo de lo que Allah había decretado, sólo que se ahogó y terminó en el infierno (amparémonos en Allah de tal cosa).

El significado de su comparación con la Puerta de la Remisión, es que Allah, Exaltado Sea, dispuso esa puerta como manifestación del sometimiento a su Grandeza y Soberanía. Eso era una razón para obtener el perdón.
Asimismo, dispuso que la comunidad debe ser conducida por la gente da la Casade Su Profeta (S.A.W.), y que seguir a los Imames de Ahlul Bait es una manifestación del sometimiento a su Grandeza y Soberanía. Eso es una razón para obtener el perdón.

La comparación es precisamente para resaltar ese aspecto. Ibn Haÿar ha abordado estas cuestiones también[16] después de mencionar estas tradiciones y otras similares, él añade:
“El sentido de su comparación con el Arca de Noé, es que quien los quiere y honra como agradecimiento por la gracia de tal nobleza y sigue la guía de los sabios de entre ellos, se salva de las tinieblas de la discrepancia y la discordia, y que quien se aleja de ellos se ahoga en el mar de la incredulidad y la ingratitud de la bendiciones, aniquilándose en el desierto de la iniquidad”.
Luego agrega: “En cuanto a la Puerta de la Remisión, o sea el sentido de su comparación con la misma, es que Allah, Exaltado Sea, dispuso que entrar por la misma, que es la puerta de Jericó o bien la de Jerusalén, con estado de sometimiento y pidiendo perdón, conlleva el perdón. Asimismo dispuso que el amor a Ahlul Bait sea lo que conlleve el mismo”.[17]
Las narraciones catalogadas como muy confiables que se refieren a la obligatoriedad de seguir a los Imames de Ahlul Bait son Mutawatir (con numerosos caminos y cadenas de transmisión ininterrumpidas), especialmente a través de la pura descendencia del Mensajero de Allah (s.a.w.).
Si no fuera por el temor a aburrirte y fastidiarte, liberaría las riendas de mi pluma en el análisis de todas esas narraciones, pero considero que lo que he mencionado es suficiente para nuestro propósito.
Was Salâm
Sh.
[1] Narrada por Tirmidhî y An-Nisa’î a través de Ÿâbir Ibn Abdul·lah Al-Ansârî y transmitida de ellos por Al-Muttaqî Al-Hindî al comienzo de su capítulo “La Adhesión al Libro de Allah y la Tradición” en su libro Kanz Al-‘Ummâl, pt. 1, p.44.
[2] Narrada en Sahîh At-Tirmidhî, transmitida por Zaid ibn Al-Arqam. Es el Hadîz No 874 de entre las tradiciones tomadas de Kanz Al-‘Ummâl, pt. 1, p. 44.
[3] Lo narra el Imam Ahmad (Ibn Hanbal), refiriéndolo a Zaid Ibn Zâbit a través de dos fuentes muy confiables, en su Musnad, vol. 5, p.182, y vol. 5, p. 189 al final de la página. También narrado por At- Tabarânî en su Mu‘ÿam al-Kabîr también de Zaid ibn Zâbit y es el Hadîz 873 en Kanz Al-‘Ummâl, vol. 1, p. 44.
[4] Narrado por Al-Hâkim en su Al-Mustadrak, pt. 3, p. 148, con el comentario de que esta tradición tiene un Isnâd o cadena de transmisión correcta y muy confiable de acuerdo a las reglas dispuestas por los dos Sheij (es decir, Muslim y Bujari) aun cuando no la han incluido en sus colecciones. Dhahabî la ha incluido en su Taljîs Al-Mustadrak reconociendo su autenticidad de acuerdo a las reglas dispuestas por los dos Sheij.
[5] Registrado por Imam Ahmad (Ibn Hanbal) de la tradición relatada por Abu Sa‘îd al-Judrî a través de dos caminos. Uno de ellos en su Musnad, t. 3, primeramente al final de p. 17 y en segundo lugar al final de p. 26. También registrada por Ibn Abi Shaibah, Abu Ia‘lâ e Ibn Sa‘d, donde los tres refieren el hadîz a Abû Sa‘îd, siendo la Tradición No 945 en Kanz Al-‘Ummâl, t. 1, p. 47.
[6] Narrado por Al-Hâkim de Zaid ibn al-Arqam en pt. 3, p. 109 de su Mustadrak, con el comentario de que esta tradición tiene un Isnâd o cadena de transmisión correcta y muy confiable de acuerdo a las reglas dispuestas por los dos Sheij (es decir, Muslim y Bujârî) aun cuando no la han incluido en sus colecciones a causa de su extensión. También lo registró a través de otra fuente refiriéndolo a Zaid ibn Arqam y registrado en pt. 3, p. 533 delMustadrak, con el comentario de que es auténtico y muy confiable, si bien los dos Sheij no la han registrado. Dhahabî también lo ha registrado en
su Taljîs reconociendo su autenticidad y fiabilidad.
[7] At-Tabarânî ha registrado esta tradición como mencionada por An-Nabhânî en su ‘Arba‘în al-
Arba‘în y As-Suiutî en su Ihiâ’ al-Maiît. Tú sabes que su disertación (s.a.w.) en ese día no se limitó a ésto, ya que un discurso es una alocución detallada, pero, ¡cuántas veces las palabras de los narradores y las

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plumas de los escritores fueron sujetadas por la política! Pero aún así, este breve extracto es todo un mar de reflexión y suficiente para nuestros propósitos.
[8] As-Sawâ‘iq al-Muhriqah de Ibn Haÿar (después de los cuarenta hadices de entre las narraciones al respecto), al final del capítulo 9, de la 2o parte/ P.75.
[9] As-Sawâ‘iq al-Muhriqah de Ibn Haÿar, parte 1, capítulo 11, p.89.
[10] As-Sawâ‘iq al-Muhriqah, capítulo sobre el testamento del Santo Profeta respecto a Ahlul Bait, p. 135. En vista de este reconocimiento, sería interesante preguntarle a Ibn Haÿar lo siguiente: ¿Por qué dio preferencia sobre Ahlul Bait a Al-Ash‘arî en lo referente a principios islámicos y a los cuatro juristas (Abû Hanîfah, Mâlik Ibn Anas, Ahmad Ibn Hanbal y Ash-Shâfi‘î) en lo relacionado a las normas islámicas? ¿Por qué en cuestión de tradiciones da preferencia sobre Ahlul Bait a Jariÿitas como ‘Imrân ibn Hattân? ¿Por qué en lo relacionado a interpretación del Sagrado Corán (tafsîr), considera de más peso a la interpretación de Al-Muqâtil ibn Sulaimân (quien pertenecía a la secta Murÿi’ah y era antropomorfista, esto es, que cree que Allah tiene un cuerpo) que al tafsîr de Ahlul Bait? ¿Por qué en la ciencia de la moral (ajlâq), la autopurificación, y curaciones del alma, antepone a Ma‘rûf y a otros similares a él? ¿Por qué en el asunto de la Jilâfah, es decir, la sucesión al Santo Profeta (S.A.W.), desestimó y relegó a su hermano y walî, por quien el Santo Profeta había dicho:“Sólo Ali puede realizar mis obligaciones”. ¿Por qué respecto al califato consideró correctos a los omeyas y a otros que se opusieron a la pura descendencia del Mensajero de Allah (S.A.W.) y menospreció las demandas de estos últimos? ¿Qué calificaciones tuvo que puedan justificar que en cosas relacionadas exactamente a “altos estado espirituales” y a la “capacidad para las obligaciones religiosas”, haya escogido a sus oponentes? ¿Acaso puede decir que ha obrado según las confiables narraciones del Hadîz Az-Zaqalain y otras similares? ¿Cómo sería posible para él decir que se ha aferrado a la pura descendencia, que se ha embarcado en el Arca de la Salvación y que ha entrado por la Puerta de la Remisión?
[11] Mustadrak por Al-Hâkim Al-Haskânî, vol. 3, p. 151, una tradición transmitida a través de fuentes auténticas de Abu Dharr (que Allah esté complacido con él).
[12] Esta tradición ha sido narrada por At-Tabarânî en su Al-Awsat (tradición No 18) refiriéndola a Abû Sa‘îd y también por An-Nabhânî en su Arba‘în, p. 216 (La historia de la Puerta de la Remisión está mencionada en el Corán; 2: 57-58).
[13] Mustadrak por Al-Hâkim Al-Haskânî, vol. 3, p. 149, refiriéndolo a Ibn ‘Abbâs, con la nota sobre que ésta es una tradición clasificada como muy confiable aunque no ha sido narrada por los dos Sheij, Muslim y Bujârî.
[14] As-Sawâ’iq al-Muhriqah, capítulo 11, p. 91, al tratar la interpretación del séptimo versículo mencionado en ese capítulo.
[15] As-Sawâ’iq al-Muhriqah, p. 143.. Le preguntamos a Ibn Haÿar: si Ahlul Bait tiene tan alta posición, entonces, ¿a dónde os dirigís?
[16] As-Sawâ’iq al-Muhriqah, capítulo 11, p. 91, al tratar la interpretación del séptimo versículo mencionado en ese capitulo.
[17] Reflexiona sobre estas opiniones de Ibn Haÿar y luego dime: ¿Por qué no siguió la guía de estos Imames en lo que se refiere a normas y principios islámicos, o a la jurisprudencia y sus leyes, o a las ciencias del Hadîz y del Corán, o las ciencias de la moral, la educación y la autorrealización? ¿Por qué se alejó de ellos ahogándose en el mar de la incredulidad y el desagradecimiento de las bendiciones y aniquilándose en el desierto de la iniquidad? No obstante, que Allah pueda perdonarlo por los falsos alegatos que él sembró en contra nuestra, los Shî‘as, y las calumnias que él nos ha prodigado en su libro.


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